Una Copa en deuda con la gente
La carest¨ªa de las entradas marca la final Madrid-Atl¨¦tico Los blancos pueden aliviar su mal curso y los rojiblancos saldar una cruz de 14 a?os Simeone comparece con su capit¨¢n, Gabi, y la estrella, Falcao; Mou deja solo a Ramos
M¨¢s que nunca, la gran fiesta anual de la final de Copa (TVE-1, 21.30) debe justificarse. Real Madrid y Atl¨¦tico han puesto un precio desorbitado al partido (entre 50 y 275 euros por billete) y sus hinchadas, las gentes del f¨²tbol, bien merecen una respuesta deportiva acorde con lo que unos y otros han valorado el espect¨¢culo. Un exceso en estos tiempos de penurias por lo que ayer a¨²n quedaba medio millar de entradas a la venta, los ticketsm¨¢s caros de Europa. Ins¨®lito para un encuentro de semejante calado. Como inaudito result¨® que Jos¨¦ Mourinho diera plant¨®n al encuentro y a los hinchas y no compareciera ante los medios, el hilo conductor con el p¨²blico. Esta vez, ni Karanka. Sergio Ramos, en solitario, asumi¨® las funciones de portavoz, como el maduro capit¨¢n en que se ha convertido desde hace tiempo: ¡°No he venido a hablar de Mou, el club est¨¢ por encima de todo; este es un partido de jugadores y hay que devolver el cari?o a la afici¨®n¡±.
El cartel muestra a dos equipos de trayectorias opuestas. El Madrid llega tras una temporada de turbulencias con idea de aliviar el curso; para el Atl¨¦tico, m¨¢s sosegado en estos d¨ªas, supone el lazo a una campa?a que le ha devuelto a la cumbre de la Liga de Campeones. En Chamart¨ªn, el entrenador ha soliviantado a la entidad; en el Manzanares, es precisamente la figura del t¨¦cnico la que ha cohesionado a un club tradicionalmente en convulsi¨®n. Con Mourinho de despedida, el Atl¨¦tico tiene carrete con Simeone, que ayer, junto a Gabi y Falcao, transmiti¨® un elocuente signo de seguridad: avanz¨® la alineaci¨®n titular de esta noche. Su colega portugu¨¦s solo revel¨®, a trav¨¦s de los cauces de comunicaci¨®n del club, la convocatoria y decidi¨® concentrar a los 24 futbolistas disponibles, todos menos el lesionado Varane. Sin el franc¨¦s, una de las inc¨®gnitas ser¨¢ saber si el entrenador levanta el veto a Pepe o alinea a Albiol junto a Sergio Ramos. En sus ¨²ltimas apariciones, tanto en el Masters de tenis de Madrid, como al inicio de los entrenamientos o en la comida de hermandad del pasado martes, a Pepe se le ha visto muy arropado por Cristiano Ronaldo, un simb¨®lico gesto. Son ellos, los jugadores, los que han cerrado filas esta semana, buscando por su cuenta la unidad. De ellos depende en buena medida cerrar la temporada en comuni¨®n con sus aficionados, el madridismo con el madridismo, sin interferencias.
Los madridistas son favoritos, pero los rojiblancos responden bien en las finales
En lo puramente deportivo, el Real Madrid carga con todo el favoritismo, por plantilla y por tres casi tres lustros sin un azote de su rival en los enfrentamientos directos. Los colchoneros llegan con la losa de 14 a?os de frustraciones en los derbis, pero con el aval de sus buenas prestaciones en las finales, tanto en las recientes europeas como en sus cuatro retos pasados con el Madrid (tres victorias ¡ªtodas en el Bernab¨¦u¡ª y una derrota ¡ªen el Calder¨®n¡ª). Su ¨²ltimo enfrentamiento de Liga dej¨® malparado al conjunto de Simeone, superado por un adversario con suplentes y la cabeza en el Borussia Dortmund. Al Atl¨¦tico le sobr¨® voltaje y le falt¨® f¨²tbol. Pero los antecedentes no siempre anticipan algo ante las grandes finales, en las que la carga emocional se multiplica. ¡°Ellos son mejores, pero a un partido todo es posible¡±, admiti¨® Simeone, nexo indiscutible de un club que, acostumbrado a vender a sus estrellas a?o a a?o, ha encontrado sobre qui¨¦n gravitar. Una circunstancia aplazada en el Real Madrid, que esta noche es m¨¢s que probable que cierre un nuevo ciclo. Quedan los futbolistas, su mejor patrimonio, los que pueden brindar con sus militantes por un nuevo t¨ªtulo. Nada mejor para la estabilidad. Para el Atl¨¦tico, una Copa en casa ajena y en tiempos de inferioridad presupuestaria ser¨ªa el broche perfecto a estos a?os de repunte. Por motivos variados, unos y otros est¨¢n en deuda.
Al menos, que la final no tenga precio.
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