Redding reina en el caos

Fue la gran esperanza brit¨¢nica, la nueva revelaci¨®n. Scott Redding fue, es todav¨ªa, el ganador m¨¢s joven de la historia del mundial: venci¨® en el trazado de Donington Park en 2008, cuando apenas contaba con 15 a?itos, edad a la que ahora ni siquiera se puede debutar en el escenario mundialista. Fue aquel, tambi¨¦n, el podio de menor edad jam¨¢s visto: le acompa?aban un min¨²sculo Marc M¨¢rquez, tambi¨¦n con 15 a?os, y Di Meglio, a la postre ganador del Mundial. Pero de aquello hace demasiados a?os como para no exigirle algo m¨¢s a Redding, ahora m¨¢s alto, m¨¢s corpulento, con el mismo talento, ese que este domingo, por fin, rein¨® en medio del caos. En una carrera que se corri¨® con los reglajes y las gomas de seco, pero con la amenaza continua de la lluvia.

Fue una carrera adem¨¢s, que deb¨ªa correrse con mucha cabeza, pues el fr¨ªo y el agua ca¨ªda la noche anterior no hab¨ªan dejado un asfalto demasiado amigable. Dieron buena cuenta de ello los pilotos, hasta los m¨¢s experimentados, incluidos los favoritos al t¨ªtulo. Redding volvi¨® a ganar despu¨¦s de cuatro a?os de sequ¨ªa y tuvo la suerte de hacerlo el d¨ªa en que todos sus rivales terminaron por los suelos. Lo hicieron primero, casi al un¨ªsono, Espargar¨® y Rabat, compa?eros de equipo y tambi¨¦n de penas este domingo: perdieron el control de sus respectivas motos tumbados, en plena curva, esa a la que llaman la curva del museo y que obliga a dibujar una larga par¨¢bola hacia la izquierda. Solo era la tercera vuelta. Rodaban, respectivamente, en segunda y tercera posici¨®n. La salida fulgurante del peque?o de los Espargar¨® ¨Csal¨ªa 7? y en la primera curva ya era segundo¨C sirvi¨® de bien poco. Pues all¨ª mismo, en un abrir y cerrar de ojos, se despidieron de la carrera y, en el caso de Rabat, tambi¨¦n del liderato.

Se caer¨ªan poco despu¨¦s tambi¨¦n Torres y Luthi, mientras Espargar¨® trataba de volver a toda prisa al asfalto y Rabat esperaba impaciente a que le arreglaran la moto enfrente de su garaje. Poco hab¨ªa que salvar ya a aquellas alturas. Unos giros m¨¢s tarde el caos se multiplic¨® cuando el entonces l¨ªder de la prueba, Nakagami, otro de los aspirantes al cetro de Moto2, terminaba tambi¨¦n por los suelos. Llevaba tres segundos de ventaja respecto de sus perseguidores. Y cay¨®, sin m¨¢s. En aquella misma curva del museo, la n¨²mero siete del circuito de Le Mans. Terreno despejado para Redding, que ya solo deb¨ªa batir a Zarco, el ¨ªdolo local. Le cost¨® un par de vueltas. Y a la novena ya pas¨® por meta en primer lugar.

El brit¨¢nico mantuvo su ritmo, inalterable, observando con tranquilidad las desgracias a su alrededor

El resto fue coser y cantar. O eso pareci¨®, claro. Porque mantenerse encima de la moto no deb¨ªa ser tarea f¨¢cil en aquellas condiciones. Para muestra, las numerosas ca¨ªdas habidas y por haber: faltaba Terol, por ejemplo, que tambi¨¦n sucumbi¨® al extra?o secreto de aquella curva n¨²mero siete. El brit¨¢nico, sin embargo, manten¨ªa su ritmo, inalterable, observando con tranquilidad las desgracias a su alrededor. Superado Zarco se concentr¨® en seguir constante y ampliar su ventaja. Y as¨ª lo hizo. Atendiendo, o no, a ese mensaje que su equipo le lanzaba desde el muro: respira, le dec¨ªan al recordarle que era primero y todo pintaba muy bien. Solo dud¨® un instante. Cuando not¨® caer las primeras gotas. La lluvia hab¨ªa aparecido y el asfalto era m¨¢s inseguro todav¨ªa. Quedaban cinco vueltas. Y levant¨® su mano izquierda pidiendo clemencia. Unas curvas m¨¢s tarde ya observ¨® que los comisarios mostraban banderas de agua en pista. Y a la siguiente vuelta se mostr¨® la bandera roja. Fin del sufrimiento. Tiempo para celebrar. Kallio y Simeon le acompa?aron en el podio, pues Zarco hab¨ªa perdido fuelle en los ¨²ltimos giros, sus gomas no resistieron el empuje. Redding es el nuevo l¨ªder de Moto2.