Leo Beenhakker: ¡°Ahora el Madrid es m¨¢s fr¨ªo¡±
Fue a ver la final de Copa en el Bernab¨¦u, hace una semana, y desde que pis¨® el umbral del estadio sinti¨® que el viejo Madrid en el que hab¨ªa trabajado entre 1986 y 1992 hab¨ªa desaparecido. Quiz¨¢s Leo Beenhakker (Rotterdam, 1942) record¨® con nostalgia los encuentros cotidianos con Ram¨®n Mendoza en el despacho de las oficinas antiguas, el ambiente futbolero que le daban aquellos empleados que se pasaban la vida en el club, y aquella cantera que constituy¨® el verdadero poder de la instituci¨®n. Ma?ana asistir¨¢ a la final de la Champions deseoso de ver triunfar a Robert Lewandowski, a quien hizo debutar en la selecci¨®n de Polonia.
Pregunta. Usted y Miguel Mu?oz tienen el r¨¦cord de t¨ªtulos conseguidos por un entrenador en los primeros tres a?os en el banquillo: seis t¨ªtulos, tres Ligas¡ y tres semifinales de Champions.
Respuesta. Mi secreto era un equipo impresionante. Se cre¨® un ambiente triunfador porque hab¨ªa un aut¨¦ntico equipo. Las emociones de todos iban unidas. Ese esp¨ªritu es un arma poderosa y llega desde el interior del equipo. Recuerdo que un d¨ªa fuimos en avi¨®n a jugar a Vigo. Era un s¨¢bado por la tarde y al llegar cerraron el aeropuerto. Jam¨¢s me olvidar¨¦. Nos desviamos a San Sebasti¨¢n: estaba cerrado. Nos desviamos a Bilbao: imposible. Santillana estaba verde. Ten¨ªa un miedo impresionante a los aviones. Volvimos a Madrid el s¨¢bado por la noche. El club contrat¨® un tren con camas. Fuimos a Vigo. Paramos en todos los pueblos. No durmi¨® nadie. Llegamos a las once de la ma?ana a un hotel en Vigo: todo el mundo roto perdido. Desayunamos y nos fuimos tres horas a la cama. Lleg¨® la charla: normal: ¡®T¨² juegas, pam, pam, pam¡¡¯ Y aparece Camacho: ¡®M¨ªster, ?puedo decir algo?¡¯ ¡®?Claro, capit¨¢n!¡¯ Y coge a Butrague?o y dice: ¡®?Oye, t¨²! ?Nene! ?Est¨¢s cansado? ?Y qu¨¦? ?Qu¨¦ pasa? ?Que el equipo tiene que pagar la cuenta porque t¨² est¨¢s un poquito cansado? ?A tomar por culo! ?Estamos rotos, pero pase lo que pase, aqu¨ª no vamos a perder! ?De ninguna manera!¡¯ Jugamos un partido horroroso. Pero ganamos. 0-1. Y a casa. ?Esa era la mentalidad! Y esa es la mentalidad que me falta en este Madrid¡ ?Yo ten¨ªa una buena banda!
¡°?Lo que pas¨® con el Rey en la final de Copa no puede pasar! Un poco de clase¡¡±
P. Pellegrini dice que aqu¨ª hay mucha presi¨®n pol¨ªtica y social. Florentino P¨¦rez argument¨® que Mourinho no puede soportar la presi¨®n¡
R. Ya, en mi ¨¦poca era igual. Es la grandeza de este club. Hay que separar la presi¨®n de tu equipo. Y l¨®gicamente necesitas el apoyo de la gente del club. Mendoza fue un padre, un padre de los jugadores. Nos proporcion¨® todo lo que necesit¨¢bamos para entrenar, vivir y jugar. Cualquier empleado estaba concentrado en eso: c¨®mo ayudar al equipo. Ese era el ambiente de aquel Madrid. Eso es importante porque da tranquilidad y seguridad a los jugadores. Y ese ambiente me falta un poquito actualmente. El club ha cambiado mucho. Se nota cuando entras al estadio. Tambi¨¦n se ve en Holanda y en otros pa¨ªses. Hace tiempo, dentro de los clubes, las personas que mandaban eran del club. Ahora es m¨¢s gente de negocios. Aparece un director de una compa?¨ªa con 30.000 empleados y quiere ser presidente: y todo es m¨¢s fr¨ªo, sin emoci¨®n, sin calor. En mi ¨¦poca, Samper, L¨®pez Serrano, Fern¨¢ndez Trigo y Mendoza daban calor al club y estaban pendientes del equipo. Hab¨ªa m¨¢s f¨²tbol. Eran los cl¨¢sicos dirigentes.
¡°Antes hab¨ªa m¨¢s f¨²tbol, el personal era gente de club, ahora son gente de negocios¡±
P. ?Qu¨¦ echa en falta en este Madrid?
R. La mayor¨ªa de los jugadores son de otra parte, no de la casa. Este es el gran poder del Bar?a. Y no solo pasa con los jugadores, pasa con los t¨¦cnicos y con los dirigentes. En mi ¨¦poca ten¨ªa seis o siete de la cantera. Y es otro ambiente. Bien o mal. Pero con gente como Chendo, Camacho, Butrague?o, M¨ªchel, Mart¨ªn V¨¢zquez¡ Era otra cosa. El club era su vida. Tuvimos malos d¨ªas pero jam¨¢s perdimos un partido por motivos extradeportivos. ?Jam¨¢s!
P. ?Le falta uni¨®n a este Madrid?
R. Desde fuera parece que s¨ª porque no juega como equipo. De lo que no hay duda es que cada jugador est¨¢ luchando dentro de sus posibilidades: cada uno, en la final contra el Atl¨¦tico, quer¨ªa ganar el partido. Pero cada uno a su propia manera. No vi una idea de equipo. Cada uno intentaba ganar por su cuenta. Faltaba algo. Y eso lo not¨¦ yo al entrar al estadio: era distinto. Es muy curioso¡ Porque esa siempre hab¨ªa sido la grandeza del Madrid. Tambi¨¦n la reacci¨®n cuando las cosas no salen bien. ?Hay que ser grandes en la derrota! Eso es parte de este club. Y no como han reaccionado en la final. ?Venga! ?Esa es la imagen del club? Cuando perdimos la semifinal contra el Milan de Sacchi lo merec¨ªamos. ?C¨®mo vas a hacer tonter¨ªas? Hay que respetar al rival. Los jugadores est¨¢n tristes pero son hombres. ?Vamos a reconocer que han sido mucho mejores! ?Vamos a trabajar! ?Y el club tambi¨¦n! ?Vamos a hacer algo! ?Lo que pas¨® con el Rey no puede pasar! Un poquito de clase¡ Eso es un espejo de la vida. Cada vez hay menos normas sociales. Seamos un poquito humanos.
¡°Klopp saca lo m¨¢ximo, su labor recuerda a la de los primeros a?os de Guardiola¡±
P. ?Qu¨¦ le parece el f¨²tbol actual?
R. Ha mejorado mucho. Cada vez hay m¨¢s conocimiento, sobre todo de la preparaci¨®n f¨ªsica. A m¨ª me encanta c¨®mo se est¨¢ jugando. Es una ¨¦poca muy interesante en la evoluci¨®n del juego. En Holanda siempre hemos practicado este estilo para intentar salir jugando, para dominar el partido. Poco a poco se ve por todos lados. Hace unos a?os al Barcelona le esperaban muy atr¨¢s buscando el contragolpe. Ahora los equipos tienen m¨¢s coraje y m¨¢s soluciones para apretar arriba, y el resultado es que vemos que el Barcelona empieza a tener problemas para salir desde atr¨¢s y crear el juego en el centro del campo. Es lo que hizo el Bayern, y lo hizo fant¨¢stico. Con Mourinho, al principio el Madrid le jug¨® muy atr¨¢s, pero de vez en cuando, ¨²ltimamente, tambi¨¦n ha jugado partidos apretando mucho m¨¢s arriba para tener la iniciativa y jugar de t¨² a t¨². Y esa es la grandeza del f¨²tbol alem¨¢n actual. Porque el f¨²tbol alem¨¢n siempre se ha caracterizado por esperar el fallo y contragolpear. Ha cambiado mucho para bien.
P. Mourinho dijo que el Bar?a es el mejor equipo de los ¨²ltimos 20 a?os.
R. Estoy de acuerdo. Al final de los ochenta el Milan de Sacchi tuvo un equipo impresionante. Desde entonces, lo que ha hecho Guardiola es de otro mundo.
¡°La gran ventaja de mi ni?o Lewandowski es su salud mental. Crea sus oportunidades¡±
P. ?Cu¨¢l de los dos equipos que llegan a la final de la Champions le parece m¨¢s trabajado?
R. El Dortmund. El nivel individual de cada jugador del Bayern es mucho mejor. Eso significa que J¨¹rgen Klopp es la nueva figura del mundo de los entrenadores. Ha trabajado con buenos jugadores, pero tampoco de otro mundo, y ha sacado lo m¨¢ximo de cada uno. Su labor se parece a la de Guardiola en los primeros a?os en el Bar?a. Es un fen¨®meno. Tambi¨¦n es un hombre con un car¨¢cter muy fuerte. ?Pero hay que mandar! Las decisiones t¨¢cticas las puede tomar casi cualquier entrenador profesional. Pero conocer lo que est¨¢ pasando exactamente a cada jugador dentro del vestuario es la gran labor.
P. ?Qui¨¦nes ser¨¢n los jugadores de la final?
R. Robben es un fen¨®meno. Su problema es que es como el tiempo en Holanda: hay sol y es brillante y al minuto siguiente llueve. Schweinsteiger tiene a todos los jugadores bajo control. Y l¨®gicamente mi ni?o Lewandowski: yo era seleccionador de Polonia cuando comenz¨® a jugar en el Lech Poznan. Lo ficharon de un club de Tercera. Desde que lo vi me enamor¨¦ de ¨¦l. Le invit¨¦ con 19 a la selecci¨®n y su entrenador protestaba porque que era demasiado joven. ?Pero era tan bueno el cabr¨®n! Su gran ventaja es su salud mental. Un hombre tranquilo. Crea sus propias oportunidades. Donde otros piensan que no se puede hacer nada y tocan atr¨¢s, ¨¦l s¨ª ve el gol. La gran satisfacci¨®n de un t¨¦cnico es ver crecer un talento.
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