Osasuna se queda a lo grande

El ansia, la precipitaci¨®n y la falta de ox¨ªgeno forman una combinaci¨®n que no mezcla con nada. Solo sirve de empuje circunstancial para tirar hacia adelante, como quien quiere comerse el cielo a mordiscos.

Pero, la ilusi¨®n, la fe, y hasta la oraci¨®n, funcionan como una pila con dos polos positivos que se encarga de apartar la fatiga cuando esta empieza a crecer por las piernas. As¨ª lleva funcionando Osasuna toda la temporada, enganchado a ese torbellino emocional que lo mismo le ahoga que le da alas. Ante el Sevilla le impuls¨® con dos goles soberbios, que le convalidaron un a?o m¨¢s en Primera, como quien paga la matr¨ªcula fuera de plazo pero con billetes de 500.

De las botas de Masoud salieron las jugadas m¨¢s elegantes, aunque m¨¢s cerca del gol estuvo De las Cuevas con un remate de cabeza al poste. El Sevilla, por su parte, se agarr¨® a las piernas de Navas, que se multiplicaron a cada paso y a la silueta de Negredo, enorme cuando se trata de acariciar el bal¨®n con la bota izquierda. Lo hizo con delicadeza tras recibir un pase al hueco de Navas, y con una arrastrada tir¨® al suelo a Andr¨¦s y a Rub¨¦n, en una jugada propia de un partido de exhibici¨®n sobre parqu¨¦. Pero ah¨ª acabo todo el repertorio andaluz, irregular a lo largo de todo el curso, incapaz de encontrar su punto de estabilidad.

Al tanto sevillista, lento y estiloso, respondi¨® Pu?al con un zapatazo, veloz y vociferante desde la frontal del ¨¢rea que clav¨® su pupila en la escuadra de Beto. Pero de pupilas entendi¨® tambi¨¦n Cejudo, y con un golpeo de falta volvi¨® a colocar el bal¨®n en el palo izquierdo del portero portugu¨¦s.

En una temporada en la que resulta caro encontrar dos tantos m¨¢s espectaculares, Osasuna los marc¨® cuando se jugaba la vida y la sangre. Porque para eso le sobran las agallas.