Derrota, descenso y crispaci¨®n social

En medio de un ambiente crispado contra la dirigencia, protestada desde horas antes por su hinchada frente a la sede del club, el Zaragoza certific¨® su descenso a Segunda. El segundo en cuatro a?os, ambos con Agapito Iglesias como m¨¢ximo accionista. Las cargas policiales al final del partido para despejar los encendidos aleda?os del estadio retrataron la convulsi¨®n que rodea a un club hist¨®rico.

Si la probabilidad le conced¨ªa poca fe real a la grada, el partido que protagoniz¨® su equipo termin¨® por borr¨¢rsela de un plumazo. Hasta siete ocasiones claras, gol anulado a Miranda y cabezazo de Diego Costa al larguero incluidos, tuvo el Atl¨¦tico para hacerse con los tres puntos antes de que Arda Turan marcara el primer tanto rojiblanco.

No se jugaba nada el equipo de Simeone, que incluso hab¨ªa soliviantado al resto de equipos implicados en el descenso por no convocar a Falcao, traspasado al M¨®naco. Nada se le puede reprochar al Atl¨¦tico, que compiti¨® con profesionalidad. Marc¨® Turan y La Romareda se gir¨® al palco para ya no volverse. Se olvidaron los aficionados locales de lo que suced¨ªa en la hierba. Incluso cuando empat¨® Helder Postiga. Al poco respondi¨® Diego Costa. Marc¨® tambi¨¦n el tercer tanto rojiblanco el delantero brasile?o. En realidad, fue una pesadilla para toda la defensa del Zaragoza desde el primer minuto.

Necesitaba la victoria el equipo de Jim¨¦nez y que pincharan el Celta y el Deportivo, pero ni siquiera pudo cumplir con la parte que le tocaba. No gan¨® y lo peor es que ni siquiera pudo achacar a la mala suerte o a la falta de punter¨ªa su incapacidad para sumar los tres puntos. Con sus futbolistas atenazados e imprecisos, la afici¨®n zaragocista convirti¨® el duelo en una protesta continua contra el due?o del club, acentuada hasta retumbar en el minuto 32 de cada tiempo [por 1932, a?o de fundaci¨®n del club]. Las cartulinas amarillas con la inscripci¨®n ¡°Zaragoza s¨ª, Agapito, no¡±, daban cuenta de la fractura entre las tribunas y el palco. La afici¨®n quiso poner una vez m¨¢s de manifiesto que quiere ver a los actuales gestores fuera. Los decibelios del desencanto local fueron aumentando a medida que se acercaba el final y se consumaba el descenso. La ca¨ªda al pozo llega en medio del concurso de acreedores y con la instituci¨®n descarnada.

Esta temporada, el Zaragoza no ha podido obrar el milagro. Su segunda vuelta ha sido muy floja, con solo dos victorias. La imagen del entrenador, cerrando los pu?os y arengando a los suyos, que la campa?a pasada pareci¨® ejercer sobre sus futbolistas una fuerza interior, esta vez no ha causado efecto alguno. Se ha ido el Zaragoza a Segunda de la peor manera. Cayendo ante sus seguidores, a los que ni siquiera pudo alimentar la esperanza con un partido esperanzador.

El encuentro fue un reflejo de lo que ha sido el equipo durante la mayor parte de la temporada. Poco juego, poca defensa y peor ataque. La atronadora pitada que emanaba del grader¨ªo mientras sus futbolistas enfilaban el t¨²nel de no fue m¨¢s que el eco que ha acompa?ado al Zaragoza en los ¨²ltimos meses.