El desgaste de un gran campe¨®n
Las cuitas entre las familias barcelonistas y las cuestiones personales condicionan el futuro de un equipo intratable en la Liga y sumiso en la Champions, entregado a sus futbolistas
![Ramon Besa](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F042b42c5-ca63-411a-883d-cb74d8d0d911.jpg?auth=3ea973647cbe92600acf20aba2329a6d83143025ecc0001b5b83e4d6be68bb1e&width=100&height=100&smart=true)
![Neymar, durante el partido contra Inglaterra.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6WFUBVH4EW5L3EOFBWSHSSOBZY.jpg?auth=e340ac07eb7172623b9cc21b3ddee1bacda07cf0991a6a66c135511326d8a2fb&width=414)
El Barcelona ha completado una muy buena temporada 2012-13. Adem¨¢s de alcanzar las semifinales de la Copa y de la Champions, ha ganado una Liga hist¨®rica por haber igualado el r¨¦cord de puntos (100) y marcar m¨¢s goles que nunca en su vida azulgrana (115) y por sobrevivir a Guardiola y Mourinho. El torneo comenz¨® sin el catal¨¢n por voluntad propia y ha acabado con la rendici¨®n del portugu¨¦s para suerte de Vilanova, tan distanciado del dedo agresor del portugu¨¦s como del manto protector del catal¨¢n, circunstancia vital para entender su perplejidad: ¡°Si la gente no est¨¢ contenta con lo que hemos hecho ya vendr¨¢n otros tiempos¡±.
El discurso del t¨¦cnico se ha endurecido con el tiempo hasta llegar a sorprender a los propios barcelonistas. Intervencionista al inicio, Vilanova ha pasado de ser el valedor de los actuales jugadores a declarar: ¡°A m¨ª me dan una plantilla y yo la entreno¡±. Los reproches que ha provocado el juego del equipo en alg¨²n momento, sobre todo por no saber ganar los grandes partidos y especialmente su deficiente actuaci¨®n en la fase final de la Champions, han acentuado el malestar del cuerpo t¨¦cnico, que se ha sentido ninguneado. El problema es que desde el club se ha identificado a los cr¨ªticos como cruyffistas o guardiolistas, sin reparar en las disfunciones propias del ¨²ltimo ejercicio.
A veces dio incluso la sensaci¨®n de que la afirmaci¨®n de Vilanova pasaba por negar a Guardiola ante el asombro de quienes les supon¨ªan amigos y no saben los motivos de su separaci¨®n. Afloran de nuevo las cuitas entre las familias barcelonistas, cosa l¨®gica por otra parte si se tiene en cuenta que el presidente, Sandro Rosell, propuso una acci¨®n de responsabilidad social contra Laporta y provoc¨® la salida del club de Cruyff por discutir su cargo de representaci¨®n cuando quer¨ªa neutralizar su influencia. Y una vez sabido que Cruyff es un mal enemigo, Rosell ya tiene una coartada para justificar por qu¨¦ no junta al Barcelona.
N¨²?ez se acerca a Rosell, que se aleja de Cruyff mientras Tito parece negar a Guardiola
N¨²?ez se ha acercado a Rosell en la misma media que ha huido Cruyff. Al presidente le ha faltado un discurso institucional desde el trono y le han sobrado comentarios de sobremesa contra personas de la propia instituci¨®n, como si gobernara en minor¨ªa o no se atreviera a mandar. No est¨¢ claro que el consejo, los t¨¦cnicos y la plantilla vayan en la misma direcci¨®n. El v¨ªnculo, relativo a los valores y el ADN de equipo, a la carga simb¨®lica del club, ha perdido fuerza por fatiga o poca fe y, ante la falta de autoridad y liderazgo, se ha atomizado el vestuario.
El desgaste emocional y deportivo de los ¨²ltimos a?os, seguramente los m¨¢s c¨¦lebres de la historia del club, ha sido tremendo. Hay muchas historias particulares y vivencias personales por contar, propias de futbolistas con una larga trayectoria en el Camp Nou, por m¨¢s que en las ¨²ltimas conferencias hayan comparecido los cuatro capitanes para dar sentido de unidad. No se sabe qu¨¦ ha pasado ni pasar¨¢ con Vald¨¦s; ha tardado en salir Puyol para contar su operaci¨®n; la gesti¨®n de la lesi¨®n de Messi fue calamitosa; y a¨²n no se han explicado los motivos de las renovaciones al alza de Xavi, Puyol y Messi cuando se hab¨ªa dicho que pretend¨ªan rebajar su alta ficha y reducir la masa salarial, superior a la del Madrid.
Tampoco se sab¨ªa que Thiago pod¨ªa comprar ahora la carta de libertad por 18 millones y no se ha entendido muy bien que no continuara Abidal y haya renovado por cuatro a?os Adriano. A excepci¨®n de Zubizarreta, director deportivo, y de Vi?als, entrenador del juvenil A, los dem¨¢s t¨¦cnicos acaban su vinculaci¨®n laboral y no sabe nada de su futuro: hay versiones antag¨®nicas en funci¨®n de la fuente de la noticia. ?Qui¨¦n manda? Y lo mismo ocurre con algunos empleados cualificados del vestuario. Hay consenso, en cambio, sobre la continuidad de Vilanova. Aunque se prev¨¦n m¨¢s idas y venidas a Nueva York, los directivos le han dicho ¡°sigue¡± y los m¨¦dicos le invitan a ir ¡°para adelante¡±.
![Vilanova y Abidal levantan el trofeo de campeones de Liga.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LGJ3WX3UCCCHPUVMZW5N5ROT3Q.jpg?auth=42020156bd49c23e27d1e95f203252c87886e5912f78dd42daa0ad9b123947c5&width=414)
El equipo funcion¨® muy bien con Vilanova y en cambio decay¨® en su ausencia: disminuy¨® el trabajo de campo y la visualizaci¨®n de los partidos; faltaron variables t¨¢cticas en los encuentros presuntamente m¨¢s igualados y se agravaron los problemas en defensa. La inercia se impuso hasta que reapareci¨® la mejor versi¨®n azulgrana en el tramo final de la Liga. Las explicaciones de Vilanova, en cualquier caso, han sido distintas, por m¨¢s parecido que guarde siempre con Rexach: ha pasado de la exposici¨®n natural a la respuesta ir¨®nica y defensiva.
A la espera de los fichajes, Vilanova se siente fuerte para manejar un plantel que hoy supera los 30 futbolistas. El equipo precisa recuperar la cultura del esfuerzo, fomentar la competitividad y definir el papel de la cantera, para no reincidir en la autogesti¨®n propiciada por los futbolistas de mayor rango ni caer en la anarqu¨ªa o la messidependencia (60 goles, 46 de los 115 en la Liga). Las expectativas son, en cualquier caso, tan buenas que Neymar, el futbolista m¨¢s importante del mercado, ha preferido jugar con Messi que competir contra el n¨²mero uno. Ante una plantilla tan rutilante como la del Madrid, la respuesta barcelonista ha sido fenomenal en la Liga; no en el cuerpo a cuerpo.
Hay la sensaci¨®n de que el plan que sirvi¨® para la transici¨®n debe modificarse para la afirmaci¨®n. Toca redefinir los papeles y acabar con las falsas apariencias. Algo pasa en un club que, por primera vez desde 1996, ninguna de sus secciones ganar¨¢ la Copa de Europa. La esperanza es que la llegada hoy de Neymar sirva de agitador y obligue a recomponer las fuerzas. No se trata de desmentir a Cruyff, quien recela de un barco con dos capitanes (Neymar y Messi), ni de dar la raz¨®n a Rosell por contratar al brasile?o, sino de acabar con los personalismos ¡ªy los ismos¡ª y solucionar los problemas del Bar?a.
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