Haas es eterno
A los 35 a?os, el alem¨¢n es el cuartofinalista de m¨¢s edad desde 1971 y sue?a con volver al top-10.- Djokovic, su rival tras remontar 4-6, 6-3, 6-4 y 6-4 a Kohlschreiber


Uno. Dos. Tres. Cuatro¡ Cuando Mikhail Youzhny se pone a pegarle golpes a su raqueta, Tommy Haas, su contrario de octavos, no se altera. El autocontrol que demuestra no tiene nada que ver con sus 35 a?os, ni con la experiencia que da haber sido n¨²mero dos mundial y plata ol¨ªmpica. Lo que le ocurre al alem¨¢n es que eso le gusta. Que sonr¨ªe pensando en aquel d¨ªa en el que empez¨® a decirse a s¨ª mismo ¡°subnormal¡±, ¡°por qu¨¦ haces esto¡±, intentando motivarse con insultos igual que Youzhny lo hace rompiendo su raqueta. Haas observa al ruso y sigue con la quir¨²rgica destrucci¨®n que ha provocado esa reacci¨®n volc¨¢nica del cosaco: 6-1, 6-1 y 6-3 para convertirse en cuartofinalista de Par¨ªs por primera vez en su carrera, el de mayor edad en esa ronda desde 1971 y tras superar una operaci¨®n de cadera, otra de hombro, mil lesiones m¨¢s y un r¨¢nking hundido hasta el n¨²mero 1.086 del planeta. Ahora puede so?ar con el top-10.
¡°Esas estad¨ªsticas son guays¡±, reconoce luego el alem¨¢n, que se siente como un chaval, tan sorprendente es la segunda oportunidad que le ofrece su carrera. ¡°Al final del d¨ªa, te hacen sentirte orgulloso. Lo que es un gran ¨¦xito es haber llegado aqu¨ª a los cuartos por primera vez, haberme dado esa oportunidad¡±, a?ade. ¡°Siento que voy montado sobre una ola que espero que dure lo m¨¢ximo posible. Estar en esta situaci¨®n es espectacular¡±, contin¨²a. ¡°Siento que he intentado todo lo que pod¨ªa en mi carrera, que contin¨²o haci¨¦ndolo, y eso es lo que me hace sentirme orgulloso. Tienes que ser mentalmente fuerte. Tienes que seguir creyendo. Ser positivo. Seguir ayud¨¢ndote a conseguir grandes cosas¡±.

La de Haas es la historia de un ambicioso. Con todo hecho y conseguido, el alem¨¢n contrat¨® este febrero a un nuevo entrenador que complementara al anterior: quer¨ªa un nuevo par de ojos que le dieran una visi¨®n distinta, opiniones diferentes a las que ya conoc¨ªa, para mantener vivo el pulso competitivo. Del mismo modo, sigui¨® entren¨¢ndose en la academia de Nick Bollettieri, en Florida, enfrent¨¢ndose a los j¨²niors m¨¢s prometedores del mundo mientras levantaba pesas en el gimnasio con algunos de los mejores tenistas del planeta. En ese ambiente hipercompetitivo, Haas empez¨® a esculpir una temporada que ya le ha dado un t¨ªtulo (M¨²nich) y que ahora le cita por la lucha por las semifinales con el serbio Novak Djokovic.
El n¨²mero uno mundial sufri¨® lo suyo para llegar a su encuentro. As¨ª pasan las cosas. El alem¨¢n Kohlschreiber se hace con la primera manga y suma 13 bolas de break durante el partido. Sopla el viento. Nole juega entre torbellinos. El n¨²mero uno no encuentra su derecha y tiene que remar mucho para remontar un partido que siempre depende m¨¢s de la raqueta de su contrario. S¨®lido en el fondo, el alem¨¢n pierde sus opciones porque no consigue convertir en realidad las bolas de break que se procura. Su derrota deja a Djokovic ante Haas. Dos purasangre frente a frente, el presente contra el pasado que no quiere irse.
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