Retorno a Risoul

Quiz¨¢s ser¨ªa por la bruma, que todo lo confund¨ªa y desdibujaba los abetos de las laderas de la monta?a, o por el fr¨ªo de un junio fr¨ªo y tan h¨²medo que achicaba a los corredores debajo de los chubasqueros y los manguitos y los escond¨ªa, pero este Risoul en el que Chris Froome esprint¨® de amarillo orgulloso para confirmar al mundo que ganado la Dauphin¨¦ estaba preparado para ganar el Tour dentro de tres semanas no parec¨ªa el Risoul en el que, hace ya tres a?os, el ciclismo colombiano hab¨ªa confirmado tambi¨¦n al mundo que regresaba para ser nuevo, para marcar el camino a los dem¨¢s.

Quiz¨¢s fuera tambi¨¦n por la bruma, tan teatral, por el fr¨ªo y el sello dram¨¢tico que imprime en el rostro de los ciclistas, o por su tendencia innata al disimulo como arma cargada en el ciclismo, por lo que antes de la llegada de Froome tras el h¨¦roe del d¨ªa, el friulano Alessandro de Marchi, el escalador que como el joven belga Tim Wellens, hijo de un ganador de la Vuelta a Suiza, sabe que afirmar las ambiciones duele y obliga a luchar, el ingl¨¦s y el Rival, Alberto Contador se entretuvieron y quisieron entretener a unos espectadores preparados para abuchear la funci¨®n decepcionante, con un juego de parejas que como poco roz¨® sacr¨ªlegamente la noci¨®n sagrada de que los campeones son solos y son ego¨ªstas, aparte de limar el prestigio aventurero osado que se le supone a todos los australianos.

Quiz¨¢s esa ficci¨®n ciclista ¨CContador, el espa?ol que responde en ingl¨¦s cuando le preguntan en franc¨¦s, descolg¨¢ndose del grupo para acompa?ar a su gregario, el australiano Rogers, que est¨¢ perdiendo su puesto en el podio justamente por una aceleraci¨®n previa del mismo Contador; o Froome, el ingl¨¦s que responde en franc¨¦s y con una sonrisa, acelerando en el ¨²ltimo kil¨®metro para ganar la etapa pero fren¨¢ndose a medias porque le gustar¨ªa que la ganara su gregario australiano Richie Porte, que no puede resistir la velocidad de su jefe-, a la que, se supone, nunca se prestar¨ªa Nairo Quintana, tambi¨¦n contribuy¨® a desacralizar la subida a Risoul, que quiz¨¢s no tenga el peso de las grandes subidas del Tour pero s¨ª su significado.

Hace tres a?os era otra cosa. Era septiembre y hac¨ªa calor y Nairo Quintana, un chaval¨ªn de 20 a?os entonces, quer¨ªa ganar el Tour del Porvenir, deb¨ªa ganar la carrera que tanto simboliza para Colombia ¨CAlfonso Fl¨®rez, en 1980, y Mart¨ªn Ram¨ªrez, en 1985, abanderaron all¨ª la primera invasi¨®n colombiana¡ªen las dos subidas, una el s¨¢bado en l¨ªnea, otra cronoescalada el domingo final, que la organizaci¨®n hab¨ªa dispuesto a Risoul, la estaci¨®n de esqu¨ª a 1.844 metros en medio del bosque blanco que llega hasta el coloso Vars, no muy lejos de la sombra del padre Izoard, en una subida regular y tendida de 13,9 kil¨®metros al 6,7%.

¡°Para m¨ª esa ha sido la victoria m¨¢s contundente del ciclismo colombiano de ruta en la historia: primero y tercero [Jarlinson Pantano] en la general, Puma [Darwin Atapuma] tambi¨¦n top 10. Primeros por equipos, con varios minutos al segundo, que fue Espa?a, y la monta?a con Pantano¡±, recuerda Ignacio V¨¦lez, conocido como El Coach, uno de los responsables, junto a Luis Fernando Saldarriaga, El Profesor, de aquella selecci¨®n colombiana en la que destac¨® Quintana. ¡°Y creo, adem¨¢s, que fue el comienzo del regreso del ciclismo colombiano a Europa, que se vio cristalizado en el reciente Giro con los talentos de Ur¨¢n y Betancur. Pero todo podr¨ªa haber empezado en el 2009 con Sergio Henao, que tuvo una ca¨ªda horrible el primer d¨ªa del Tour del porvenir. Si no es por eso, la historia habr¨ªa empezado un a?o antes¡±.

Para m¨ª esa ha sido la victoria m¨¢s contundente del ciclismo colombiano de ruta en la historia" Ignacio V¨¦lez

El Coach y el profesor son los padres del Porvenir de Quintana, y tambi¨¦n del siguiente, ganado por Esteban Chaves, y del siguiente, que perdi¨® Juan Chamorro por 1s, y del nuevo ciclismo colombiano, el del estricto control antidopaje interno, el de la fe en la tecnolog¨ªa en el trabajo, el de la convicci¨®n, el que llega a Europa para batallar en todos los frentes, al que ahormaron en su proyecto 4/72, su principal sponsor, correos de Colombia, y del que surgi¨® primero Henao, ahora en el Sky, y luego Quintana, ahora en el Movistar.

Pero todo empez¨® con Quintana, un ciclista de sangre campesina pero convertido en guerrero luchador por el trabajo de Saldarriaga y que al comienzo del Porvenir, cuando a¨²n estaba todo por definir, le dijo a V¨¦lez, con una seguirdad que impresionaba: ¡°?Sabe, Coach? yo me voy a ganar el Tour¡±.

Ese mismo Coach maneja el coche detr¨¢s de Quintana, ya de amarillo despu¨¦s de haber ganado la v¨ªspera ya la l¨ªnea en la cronoescalada final, y va tan emocionado que su cabeza est¨¢ siempre fuera de la ventanilla. ¡°En la llegada a Risoul el d¨ªa anterior todo el pelot¨®n se puso en contra nuestra, especialmente Estados Unidos e Inglaterra¡±, recuerda V¨¦lez. ¡°Trataron de cortar a los nuestros antes de la subida con Taylor Phinney al frente los ¨²ltimos 20 kil¨®metros de llano, en un recorrido quebrado, de corredor de potencia. El lote literalmente ven¨ªa a 60 por hora y se quedaban y se quedaban cada vez m¨¢s corredores, pero los tres nuestros siempre estaban muy atentos adelante. Cuando empez¨® la subida Taylor Phinney se tir¨® al piso y cuando pasamos a su lado estaba sentado al lado de la carretera casi sin respiraci¨®n¡±.

?Sabe Valverde que Quintana es muy bueno de verdad?¡±, pregunt¨® hace nada Contador a un amigo del murciano

?La subida fue otra cosa. En la subida se fue Nairo solo, y por detr¨¢s se form¨® un grupo con Atapuma, el norteamericano Talansky y Pantano. ¡°Al final soltaron a Pantano y perdimos el que ser¨ªa luego el segundo puesto con Talansky, el mismo yanqui con el que Nairo disput¨® hace unos meses la subida a Lure en la Par¨ªs-Niza¡­¡±, dice V¨¦lez. ¡°Sub¨ª con Nairo la cronoescalada y desde el primer parcial interno le empezamos a descontar al holand¨¦s Slagter, que no hizo finalmente buena crono... Estaba conectado con el celular con Colombia, pero la se?al era p¨¦sima, alanc¨¦ a narrar en radio en directo cuando Nairo le descont¨® los primeros cinco segundos. Al final le lleg¨® muy cerca, casi lo alcanza¡­¡±.

A Talansky se le volvi¨® a ver en Risoul ayer, cuando un golpe de nostalgia le oblig¨® a acelerar para terminar tercero la etapa tras De Marchi y Froome. A Quintana no se le espera por las carreteras europeas hasta su debut en el Tour dentro de tres semanas, y se le espera a lo grande. ¡°?Sabe Valverde que Quintana es muy bueno de verdad?¡±, pregunt¨® hace nada Contador a un amigo del murciano, el l¨ªder oficial del Movistar para el Tour.