El Bar?a sobrevive al Palacio

Con menos pol¨¦mica, m¨¢s sudor y la misma intriga, el Barcelona sobrevivi¨® al Palacio y empat¨® la final, que ahora toma el puente a¨¦reo otorgando la ventaja de campo a los azulgrana. Tras una intensa batalla f¨ªsica liderada por los capitanes de ambos equipos, Reyes y Navarro (13 y 19 puntos respectivamente), el Madrid dispuso de la ¨²ltima posesi¨®n para apuntarse la victoria. Se la jug¨® Sergio Rodr¨ªguez, pero en esta ocasi¨®n, relativizando su estado de gracia, fall¨®. El bal¨®n hizo la corbata escurri¨¦ndose alrededor del aro y Carroll no pudo levantar el rebote en una nueva acci¨®n para el debate. Otro cap¨ªtulo vibrante para una serie ¨¦pica, de vaivenes indescifrables y finales abiertos.

Un triple de Mirotic, otro malabar¨ªstico de Llull y dos puntos m¨¢s de Su¨¢rez sellaron la carta de presentaci¨®n de los blancos con un 8-0 de parcial que ataj¨® la anunciada sobreexcitaci¨®n azulgrana en pos del desquite. La secuencia creci¨® con dos puntos m¨¢s con los que Mirotic redonde¨® uno de los contragolpes del libro de estilo madridista. Destemplado en el primer encuentro de la serie, los cinco puntos del ala-p¨ªvot montenegrino en apenas cinco minutos igualaban su producci¨®n anotadora del domingo forzando adem¨¢s el primer tiempo muerto de Pascual, con 10-2 en el marcador. Pero el Bar?a reaccion¨® al instante, equilibr¨® la pelea bajo los aros, comenz¨® a percutir en ataque y, con Navarro y Oleson como estiletes, cerr¨® el primer acto por delante (10-11).

Surti¨® efecto moment¨¢neamente la atosigante defensa de ayudas azulgrana hasta que, en un elogio de la paciencia, pautado de nuevo por Sergio Rodr¨ªguez, los de Laso comenzaron a lubricar su engranaje en busca del pase extra que encontrara la posici¨®n id¨®nea de tiro, aunque ello les costara bordear la cornisa al l¨ªmite de la posesi¨®n. Cada ataque era una batalla, cada rebote una refriega, cada bloqueo una escaramuza y cada decisi¨®n arbitral un motivo de gresca y una excusa para escenificar la sensaci¨®n de agravio. Otra contienda de la m¨¢xima exigencia f¨ªsica que el Madrid fue manejando con tiento mientras el Bar?a entregaba su alma a la determinaci¨®n de Navarro. Cuando el capit¨¢n azulgrana se sent¨® en busca de resuello al filo del descanso los locales aprovecharon para estirar la renta hasta los 10 puntos (36-26, m.20). Para entonces, ya hab¨ªa desaparecido un enigm¨¢tico Mirotic, pero Begic marcaba el paso en su baile con Tomic, y Rudy consolidaba el dominio del rebote.

Mientras el conjunto de Laso diversificaba su producci¨®n anotadora, con meritorias apariciones epis¨®dicas de alguno de los menos habituales, como Darden, en el Bar?a, sin noticias de la br¨²jula de Marcelinho ni del tino de Sada ni del nervio de Wallace y Mavrokefalidis, apenas Oleson secundaba a un Navarro notable.

El banquillo madridista, m¨¢s profundo y en¨¦rgico, ofrec¨ªa una amplia variedad y Laso recurri¨® de nuevo a Draper para gestionar la velocidad de crucero. Pero cuando su equipo hab¨ªa acumulado la m¨¢xima renta (39-26, m. 21) se atasc¨® ante la zona azulgrana y desperdici¨® los ahorros en un santiam¨¦n, encajando un parcial de 0-11 que ajust¨® de nuevo el pulso (39-37, m. 23). Cargado de moral, abrazado a la abnegaci¨®n de Reyes y aupado por los 12.000 parroquianos que abarrotaban el Palacio, el Madrid volvi¨® a subir ladera arriba y devolvi¨® el golpe con un contundente 14-2 que dej¨® la partida en 53-39 a falta de 12 minutos. Una renta y un reloj parecidos a los que el Bar?a no supo gestionar el domingo. Tampoco result¨® suficiente para los locales.

Navarro sali¨® del banquillo con su disfraz de superh¨¦roe y Pascual volvi¨® a enredar el ataque rival con otra zona laber¨ªntica para los blancos, que se fueron diluyendo en su af¨¢n contemporizador. Incapaz de encontrar el descabello, el Madrid dio vida a la ¨²ltima embestida del Bar?a. El acorde¨®n de la anotaci¨®n volvi¨® a estrechar la contabilidad (65-64 a falta de 2m44s) y aboc¨® a los contendientes a otro final de foto finish. Las faltas personales se fueron cobrando sus primeras piezas. Primero se fue Tomic, ensimismado desde hace semanas, y despu¨¦s, a falta de 1m 15s, lo hizo Felipe Reyes, barnizado en sudor. Tan guadianesco como providencial para su equipo, despert¨® entonces Mirotic, con cinco puntos consecutivos que pusieron el 71-67 a 52 segundos. Un triple de Wallace (que desperdici¨® un tiro adicional), una p¨¦rdida de bal¨®n del Madrid y dos tiros libres de Oleson lo voltearon hasta el 71-72 a falta de 7,07s y Sergio Rodr¨ªguez fall¨® el tiro de gracia.

V¨ªdeo: Resumen del partido