Una victoria a ciegas
Espargar¨® domina desde la pole una carrera que gana pese a tener el cuadro de mandos estropeado
Gan¨® la primera carrera del a?o, en Catar, crey¨® que la temporada podr¨ªa vestirse de color de rosa, y grit¨® a los cuatro vientos que quer¨ªa y asum¨ªa el cartel de favorito. Pero algo empez¨® a fallar. Eran los neum¨¢ticos, quiz¨¢, cuyo rendimiento le hunde el ¨¢nimo. No se entend¨ªa con ellos, explicaba, no hab¨ªa forma de encontrar el agarre suficiente para rodar c¨®modo y dar lo que se espera de ¨¦l. Y mientras Pol Espargar¨® sufr¨ªa d¨ªa tras d¨ªa, en Austin o en Jerez, no le hac¨ªa ninguna gracia que su compa?ero de equipo, Tito Rabat, le batiera una y otra vez con la misma moto. Buscaba explicaciones. Y no las encontraba. Trabaj¨® y trabaj¨® con su equipo, recibi¨® tantas caranto?as como fueron necesarias de Sito Pons, y empez¨® a encontrar su sitio. Mejor¨® en Mugello, donde termin¨® cuarto y el lunes siguiente, en los tests encontr¨® algo que le dar¨ªa un empuj¨®n. As¨ª que confirm¨® su buen estado de forma en Montmel¨®, un circuito en el que nunca hab¨ªa ganado antes, ante unas gradas que le vieron caer irremediablemente hace un a?o, tras ser atropellado por M¨¢rquez a falta solo de tres vueltas.
CLASIFICACI?N DE LA CARRERA
1. Pol Espargaro (Esp) Kalex 41:17.307
2. Esteve Rabat (Esp) Kalex 41:17.388
3. Thomas Luethi (Sui) Suter 41:23.571
4. Scott Redding (Gbr) Kalex 41:26.368
5. Takaaki Nakagami (Jap) Kalex 41:27.904
6. Randy Krummenacher (Sui) Suter 41:28.884
7. Johann Zarco (Fra) Suter 41:32.876
8. Dominique Aegerter (Sui) Suter 41:45.587
9. Mika Kallio (Fin) Kalex 41:45.659
10. Simone Corsi (Ita) Speed up 41:45.768
11. Mattia Pasini (Ita) Speed up 41:46.199
12. Mike Di Meglio (Fra) Motobi 41:48.522
13. Danny Kent (Gbr) Tech 3 41:48.625
14. Axel Pons (Esp) Pons Kalex 41:49.064
15. Julian Simon (Esp) Kalex 41:50.497
Cuando el peque?o de los Espargar¨® dej¨® de preguntarse por qu¨¦, cuando se centr¨® en sacar todo el rendimiento a su moto, en tratar de adaptar su estilo a ella en lugar de pretender que fuera la m¨¢quina la que se amoldara a esa manera suya de apretar la maneta del gas, pues nada podr¨ªa alegrarle el ¨¢nimo tanto como una victoria en Montmel¨®, a solo cinco minutos de su casa, solo entonces dio con la tecla. Se olvid¨® de todo y se centr¨® en correr: hizo derrapar su rueda trasera a la entrada de cada curva.
Y as¨ª, desde la pole, suave al manillar, como hac¨ªa tiempo que no se le ve¨ªa, sali¨® lanzado a por el triunfo. Tir¨® tanto que termin¨® con las gomas destrozadas, casi incapaz de mantenerse encima de la moto, sufriendo el ¨¦xito, disfrut¨¢ndolo como nunca. Pues no fue una victoria f¨¢cil, aunque pudiera parecerlo. Sobre todo porque corri¨® toda la prueba con el cuadro de mandos de su moto ¨Cesa pantalla que ofrece informaci¨®n sobre la velocidad o las marchas, por ejemplo¨C averiado: ¡°He corrido pr¨¢cticamente a ciegas, sin saber si mi ritmo era bueno, escuchaba reventar el motor para cambiar de marcha¡±, relataba.
Espargar¨® lider¨® la prueba desde la primera vuelta y solo cedi¨® el primer puesto a Rabat a falta de 10 giros. Se abri¨® ligeramente, de modo que no quedaba muy claro si fue rebasado por ese compa?ero que tan dif¨ªcil le est¨¢ poniendo la temporada o si se dej¨® adelantar para estudiar el ritmo de su rival y el estado de sus gomas. ¡°Le dej¨¦ pasar para tener alguna referencia y entender, aun sin informaci¨®n, c¨®mo podr¨ªa ganar la carrera¡±, confesar¨ªa. El caso es que Rabat lleg¨® al final de la prueba con los neum¨¢ticos tan desgastados como su colega. Y Pol recuper¨® la primera posici¨®n a falta de seis vueltas.
Por aquel entonces ya eran solo ellos dos quienes peleaban por la victoria. Hac¨ªa ya muchos giros que dejaron atr¨¢s a Nakagami, primero, que pareci¨® conformarse con no caerse, por una vez; a Redding, que no resisti¨® el ritmo tras el apret¨®n inicial, cuando debi¨® recuperar en una vuelta lo que perdi¨® por culpa de una salida catastr¨®fica; y a Luthi, que est¨¢ de vuelta ¨Crecuperado ya de la lesi¨®n en el h¨²mero sufrida en pretemporada, que le dej¨® fuera de juego al inicio de un Mundial al que aspiraba¨C y fue tercero.
As¨ª que, a seis giros del final eran dos compa?eros de equipo quienes se bat¨ªan el cuero por una victoria. Y ambos jugaban en casa. Pero, aunque Rabat lo intent¨® hasta los ¨²ltimos giros ¨Csolo 81 mil¨¦simas le separaron de la victoria¨C, Espargar¨® ten¨ªa muy claro que no pod¨ªa fallar. Y si su compa?ero se sub¨ªa por los pianos para lograr atraparlo, ¨¦l buscaba los l¨ªmites de la pista con su codo. Nadie podr¨ªa con ¨¦l este domingo.
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