Lorenzo puede m¨¢s que Honda

Hay pocas motos en la parrilla de MotoGP mejores que la Honda: un motor envidiado, por potencia y aceleraci¨®n, un cambio de marchas supers¨®nico, la electr¨®nica m¨¢s avanzada, un chasis perfeccionado a golpe de cr¨ªtica... Pero las m¨¢quinas no corren solas. Hay pilotos que pueden m¨¢s, que compensan el derroche econ¨®mico, las d¨¦cimas de segundo perdidas cuando las revoluciones no acompa?an. Pilotos que no pierden la calma aunque se caigan, aunque destrocen inexplicablemente el embrague, aunque hayan descorchado ya cuatro de los cinco motores con los que se puede correr una temporada sin ser penalizado. Pilotos como Jorge Lorenzo, tozudo, de los que mira siempre al frente, confiado, positivo si lo que est¨¢ en juego es la victoria, ese bien tan preciado.

Solo as¨ª se explica que sea capaz de hacer lo que hace. Pocos lo saben tan bien como Valentino Rossi, que pilota esa misma Yamaha con la que su compa?ero de equipo pule a sus rivales mientras ¨¦l debe conformarse con ser el m¨¢s r¨¢pido del viernes. Esa M1 es una moto casi tan brillante como la Honda. Pero solo casi. Y hacer que ese casi no se note est¨¢ en manos de los privilegiados, los que suelen preferir un triunfo a un segundo puesto aunque el campeonato est¨¦ en juego. No especula Lorenzo. Ya no se desquicia cuando pierde. Ya no tira los guantes por el suelo cuando algo sale mal. Pero si se sabe con ritmo, si se cree mejor que el resto, no sale del box hasta que empieza a caer la noche del s¨¢bado para dejar su moto niquelada, y al d¨ªa siguiente exprime su m¨¢quina, mima esos neum¨¢ticos tan delicados y se juega el pellejo en la primera curva. Todo por ganar.

Lo hizo en Montmel¨®. Y lleva tres victorias en Catalu?a en los ¨²ltimos cuatro a?os. En un circuito de curvas r¨¢pidas que se le da a las mil maravillas. Pero, tambi¨¦n, en un fin de semana en el que el tremendo calor amenazaba con dejar inutilizables sus gomas, un escenario que debe, en teor¨ªa, dar cierta ventaja a las Honda. En un gran premio en el que las malas noticias se multiplicaban en su taller: una ca¨ªda ¡ªla primera del a?o¡ª, un embrague roto, un motor menos para completar el curso y solo uno sin un solo kil¨®metro en el contador. ¡°Era una carrera muy mental, no he perdido la concentraci¨®n, no me he venido abajo a pesar de todo lo que nos ha pasado¡±, conceder¨ªa despu¨¦s.

Pedrosa, el l¨ªder del Mundial, ese que suma dos triunfos y lleva cinco carreras sin bajar del podio, se hab¨ªa llevado la pole con un tiempo estratosf¨¦rico, de r¨¦cord. Y se postulaba como el favorito. ?l, sin embargo, dijo basta cuando observ¨® que los neum¨¢ticos flaqueaban ¡ªel calor hizo que todos sufrieran mucho, hubo ocho abandonos, muchos por culpa de las gomas¡ª, cuando a falta de siete vueltas y despu¨¦s de perseguir con la lengua fuera al mallorqu¨ªn vio que este en lugar de medio segundo empezaba a abrir hueco r¨¢pidamente a falta de seis giros. ¡°Al final esto son, tambi¨¦n, carreras de pilotos; le he buscado alg¨²n punto d¨¦bil a Jorge, pero parec¨ªa tener controlada la situaci¨®n¡±, dijo el de Honda en referencia al trabajo de su rival. ?l se content¨® con el segundo puesto: ¡°No he podido apretar m¨¢s¡±. Y pens¨® en el Mundial, que lidera y quiere ganar con la cabeza.

Adem¨¢s, claro, ocurr¨ªa que en aquellos ¨²ltimos minutos se quer¨ªa colar un invitado m¨¢s en la fiesta. Mientras Lorenzo ampliaba su ventaja sobre Pedrosa, un sorprendente M¨¢rquez recortaba distancias con su compa?ero de equipo. Si la salida de Lorenzo fue magn¨ªfica, adem¨¢s de arriesgada, la de M¨¢rquez es digna de menci¨®n: en apenas dos curvas el chico de Cervera, que sal¨ªa sexto, ya rodaba tercero, a rueda de su compa?ero de equipo.

Desde entonces, no perdi¨® detalle. Y no solo aguant¨® a la estela de Pedrosa, sino que a falta de cinco giros empez¨® a amagar con un ataque, pegado como una lapa a su colega, insistente como un ni?o que pide una recompensa al acabar sus tareas. El ¨²ltimo intento fue, c¨®mo no, en la ¨²ltima vuelta. Y forz¨® tanto su m¨¢quina que esta le dio un aviso. Pero, pese al susto, volvi¨® a acercarse. Y lo prob¨® otra vez. Aunque no lleg¨®: cruz¨® la meta a solo 63 mil¨¦simas.

M¨¢rquez suma otro podio, el quinto en seis pruebas. Un podio, de nuevo, ¨ªntegramente espa?ol ¡ªy van tres este a?o¡ª en un escenario que vio desplegar una pancarta independentista con el lema, en ingl¨¦s, Catalonia is not Spain, en el que se silb¨® el himno nacional cuando son¨® en honor de los campeones y en el que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, que dio el premio a Lorenzo, fue abucheado por unos cuantos. Para desengrasar estaba ah¨ª arriba, en el escal¨®n m¨¢s alto, Anna Vives, con esa sonrisa imborrable, junto al ganador, a quien le ha dise?ado un casco especial que subastar¨¢ la Fundaci¨®n Itinerarium.