El Bar?a hace a¨²n m¨¢s grande a Laso
¡°Lo que mola es ganar¡±. Esa fue la sentencia de Xavi Pascual tras la final de Copa que en febrero se adjudic¨® su equipo en Vitoria tras superar al Madrid en cuartos. Es una frase en la que, seguro, unos y otros deben estar de acuerdo. Ocurre que el Real Madrid llevaba mucho tiempo sin conquistar una Liga, desde 2007 con Joan Plaza, y lleg¨® a entrar en una espiral entre el fatalismo, la impaciencia y la falta de convicci¨®n. Su proyecto fue dando bandazos. Crey¨® encontrar la piedra filosofal con la contrataci¨®n de un t¨¦cnico del prestigio de Ettore Messina, un reputado ganador con diferentes clubes. El entrenador italiano, sin embargo, acab¨® lanzando la toalla y se fue echando de menos el respaldo de ¡°una gran entidad¡± y lamentando ¡°la obligaci¨®n de convivir con la anacr¨®nica necesidad de la victoria¡±. La llegada de Pablo Laso en julio de 2011 provoc¨® no pocas reticencias en el seno del propio club madridista, pese a que estuvo acompa?ada por las de Rudy Fern¨¢ndez, Carroll y Pocius. No era un entrenador contrastado en la ¨¦lite. Uno de sus mayores aciertos estriba precisamente en la fe ciega que ha demostrado en los mejores y sobre todo en los peores momentos, en su idea de juego y en sus jugadores, en sus propias posibilidades como entrenador de primera fila, sin ning¨²n tipo de complejo.
El intento de Navarro se qued¨® en eso. Se pareci¨® m¨¢s al vano deseo de Gin¨®bili en la final del Mundial de 2002
Laso transit¨® por la cornisa. La resoluci¨®n de la pasada edici¨®n de la Liga fue un primer golpe en la l¨ªnea de flotaci¨®n. Aquella derrota ante el Barcelona, cuando el Madrid tuvo la serie en la mano (dominaba por 2-1 tras ganar el tercer partido por 26 puntos y el cuarto fue en el Palacio de Deportes), hizo mucho da?o. La decepci¨®n ya aludida en la ¨²ltima Copa volvi¨® a sacudir fuerte al Madrid y a aquellos que dudaban del proyecto en marcha. Se apaciguaron las cr¨ªticas con el triunfo en la final four de Londres, una vez m¨¢s ante el Barcelona de Pascual, ante la bestia negra del Madrid en los ¨²ltimos a?os, aunque se volvi¨® a las andadas con la final perdida ante el Olympiacos. Y la cosa se puso realmente peliaguda en este final de Liga, especialmente tras la derrota en el cuarto partido en el Palau.
El Barcelona trabaj¨® a fondo la vertiente an¨ªmica del partido definitivo. Apel¨® a todos los est¨ªmulos psicol¨®gicos habidos y por haber a fin de preservar algunos principios mesi¨¢nicos: ¡°Nada es imposible¡±, ¡°cr¨¦etelo¡±, etc. Preceptos que estimulan el ardor guerrero y refuerzan el esp¨ªritu colectivo. Los jugadores de Xavi Pascual vieron poco antes del envite un v¨ªdeo grabado desde Miami por su compa?ero Pete Mickeal, que trata de superar un tromboembolismo pulmonar. Xavi Pascual y Navarro convinieron que el capit¨¢n azulgrana iba a jugar a pesar de la rotura fibrilar que sufri¨® el domingo. Como si tratara de imitar la haza?a del legendario Willis Reed, aquel p¨ªvot de los Knicks que sorprendi¨® a los Lakers jugando unos minutos del ¨²ltimo partido de la final de la NBA en 1970 en un golpe de efecto determinante para el triunfo de los de Nueva York. El intento de Navarro se qued¨® en eso. Se pareci¨® m¨¢s al vano deseo de Gin¨®bili en la final del Mundial de 2002. Tambi¨¦n jug¨® lesionado el argentino aquel d¨ªa pero no pudo anotar en 12 minutos y Argentina perdi¨® ante Yugoslavia.
El t¨¦cnico blanco ha mostrado una fe ciega, sobre todo en los peores momentos, en su idea y en sus jugadores
El propio Navarro ya jug¨® lesionado en un playoff de la Liga contra el Baskonia en 2011. Entonces sali¨® bien; esta vez no. Bastaron tres minutos para confirmar que no se encontraba en condiciones y algo m¨¢s para constatar que Oleson, Marcelinho y Lorbek no estaban al nivel superlativo que exig¨ªa la cita. Era previsible la embestida del Madrid. El Barcelona no estuvo a la altura en los primeros escarceos. Pero concluy¨® el primer cuarto y volvi¨® a suceder lo que se ha repetido en muchas fases de esta intrigante final. Se atiende a la estad¨ªstica y gana el Madrid. Se observa el juego y denota que el Barcelona, pese a ir a remolque, pese a verse sacudido por Carroll y Llull, se muestra amenazador, aplomado, respond¨®n. Y as¨ª transcurri¨® el partido. Arreci¨® el castigo que le inflig¨ªa el Madrid a un rival deslavazado, con un triple por fin de Rudy. El Madrid se fue por 17 puntos. Pero el Barcelona nunca se dej¨® ir, volvi¨® a amenazar, hasta el final.
Tuvo much¨ªsimo m¨¦rito el Barcelona y eso engrandece todav¨ªa m¨¢s el valor del logro de Laso y del Madrid.
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