Microcirug¨ªa en Maranello

Ferrari tiene un problema. El meollo de la cuesti¨®n es su magnitud y su diagn¨®stico. M¨¢s all¨¢ del decepcionante noveno puesto de Alonso en la calificaci¨®n o de su meritorio podio en Silverstone, los avatares de la carrera y el talento de Fernando salvaron de un batacazo a la firma de Maranello. Se hubiera contemplado como un drama. En esa clave se ley¨® la deficiente tanda clasificatoria en la que Fernando se qued¨® a un segundo y tres d¨¦cimas de Hamilton. Y peor le fue a Massa tanto el s¨¢bado como el domingo. Desde luego, no es esa la distancia real entre los Mercedes y los Ferrari. Pero no estoy de acuerdo con aquellos que consideran que la f¨¢brica italiana ha fracasado con las evoluciones que aporta. Conozco bien a esa gente, s¨¦ c¨®mo trabajan.

La cuesti¨®n estriba en la elecci¨®n de los neum¨¢ticos y su adaptaci¨®n a cada circuito y a la temperatura. Si el neum¨¢tico es duro y hace calor, no hay ning¨²n problema. Pero si es duro y hace fr¨ªo, a Ferrari, al igual que a Lotus, se les presenta un grave problema. Son incapaces de crear calor y quitarle adherencia al neum¨¢tico en una vuelta. Eso penaliza todo el fin de semana.

Los ajustes que se precisan para un rendimiento ¨®ptimo del coche en esas circunstancias son muy finos. Esos neum¨¢ticos, por decirlo de alguna manera, son muy sensibles. Rinden al m¨¢ximo solo con la temperatura adecuada y con un margen de actuaci¨®n muy corto. Si te pasas con los ajustes por debajo, el coche no funciona bien; si lo haces por arriba, se sobrecalientan y se destruyen. Se a?ade una desventaja: no se puede entrenar y todos los datos son te¨®ricos o deben extraerse de los datos de lo ocurrido en carrera.

Si Pirelli elige un tipo de neum¨¢tico duro y hace fr¨ªo, los Ferrari y los Lotus pueden hacer lo que quieran, que sufren much¨ªsimo

Los operarios de Maranello trabajan en una serie de mejoras que funcionan en el t¨²nel del viento, pero despu¨¦s quedan anuladas por la acci¨®n del neum¨¢tico. Si Pirelli elige un tipo de neum¨¢tico duro y hace fr¨ªo, los Ferrari y los Lotus pueden hacer lo que quieran, que sufren much¨ªsimo. A los Mercedes les sucede al rev¨¦s. A una vuelta son rapid¨ªsimos, pero si no se andan con ojo, el neum¨¢tico se destruye, como le pas¨® a Hamilton. En cambio, Red Bull ha conseguido un compromiso medio con un balance entre la carga aerodin¨¢mica, la tracci¨®n y la potencia con la que trabaja el motor. Gracias a ello sus coches pueden ser competitivos en las calificaciones y en las carreras. Con los superblandos, Ferrari y Lotus van como un tiro. No los desgastan tanto como Red Bull y Mercedes.

Ferrari se equivoca si atiende solo a un mal resultado puntual y entra en p¨¢nico a estas alturas de la temporada. Por supuesto que debe dar con una soluci¨®n al problema, pero sabiendo que se trata de una cuesti¨®n de microcirug¨ªa y siendo conscientes de que, con calor, sus coches son competitivos, y as¨ª puede acontecer en Alemania y Hungr¨ªa.

Todo ello se enmarca en una temporada en que el embrollo de los neum¨¢ticos es enorme. Todo empez¨® cuando Ecclestone pidi¨® a Pirelli que fabricara un tipo de gomas cuya degradaci¨®n dotara a las carreras de m¨¢s emoci¨®n e incertidumbre. Pero se han encontrado con un grave problema de fiabilidad. Ahora, o se ponen todas las escuder¨ªas de acuerdo ¡ªcosa improbable¡ª, o la FIA deber¨ªa cambiar el reglamento por una cuesti¨®n de seguridad y permitir que Pirelli volviera a fabricar los neum¨¢ticos como lo hac¨ªa el a?o pasado.