Volando hacia el continente
La contrarreloj por equipos de este martes en Niza romper¨¢ la igualdad de las primeras etapas corsas Gerrans vence la tercera etapa y Bakelants sigue vestido de amarillo
Ni ca¨ªdas, ni sangre ni descalabrados m¨¢s all¨¢ de los provocados por el autob¨²s atascado el primer d¨ªa, un par de cojeras, unos puntos y una tirita. Nada m¨¢s. Qu¨¦ aburrimiento, dir¨ªan los tremendistas alimentados por tama?a penuria de morbo, una escasez en primeras etapas que no se conoc¨ªa desde hace d¨¦cadas, y clamar¨¢n desde sus p¨²lpitos que como en estos tiempos podridos las terribles etapas corsas no han estado a la altura ni de las expectativas ni de su territorio, tan fastidioso. Y ha habido puertos, continuar¨ªan, y exceptuando el vuelo zancudo de Froome, corto, ninguno de los favoritos se ha movido¡
De C¨®rcega, volando y en transbordador hacia Niza, sale el Tour con un l¨ªder (sigue el buen Jan Bakelants) por 1s y 71 corredores, hasta el asturiano Dani Navarro, empatados, y ninguno de los favoritos ha perdido ni una cent¨¦sima. Y Prudhomme, recordar¨¢n los tremendistas de ojos cerrados, nos hab¨ªa prometido que muy mal se tendr¨ªan que dar las cosas para que entre el destino, el recorrido y el aire corso no se llegara a la contrarreloj de Niza, los equipos, hoy, con diferencias interesantes. Y resulta que ni Sagan ha hecho un numerito, ni ha podido, ni tampoco Cavendish. Y va Valverde y dice que ha salido vivo, que era lo importante, y que tampoco era para tanto el miedo corso, pero que toda prudencia nunca es excesiva.
Clasificaciones
TERCERA ETAPA
Ajaccio-Calvi: 145,5km.
Velocidad media: 39,4 Km/h.
1. Simon Gerrans (Orica) 3h 41m 24s
2. Peter Sagan (Canondale) m.t.
3. J. Joaqu¨ªn Rojas (Movistar) m.t.
GENERAL
1. Jan Bakelants (Radioshack) 12h 21m27s
2. Julien Simon (Sojasun) a 1s
3. Simon Gerrans (Orica) a 1s
19. Alejandro Valverde (Movistar) a 1s
PR?XIMA ETAPA
Niza (contrarreloj equipos): 25 km.
Y, encima, Rolland de lunares de arriba abajo esprintando en los segundas con la boca cerrada¡ ?Qu¨¦ estafa!
El australiano Gerrans, del Orica, veng¨® con su victoria la fatalidad de su autob¨²s
?Estafa?, se pregunta c¨¢ndidamente, con la ingenuidad del debutante de ojos bien abiertos y mirada hacia adelante, Nairo Quintana, que exclama: ?Qu¨¦ r¨¢pido se va! Habla del calor h¨²medo de las costas y los repechos a 400 metros entre pedruscos, al que le cuesta adaptarse despu¨¦s de dos meses en la primavera perpetua de los m¨¢s de 2.000 metros de su C¨®mbita en Colombia; habla de los ascensos, que, pese a ser escalador, le duelen porque tambi¨¦n lleva dos meses sin competir, sin ritmo de carrera; habla del llano, en el que s¨ª que se siente a gusto, con su magn¨ªfico motor y suspira por que llegue la contrarreloj por equipos que los suyos, los del Movistar, creen que pueden ganar por las largas avenidas de Niza en la Costa Azul, y su Paseo de los Ingleses. Y los Sky, se sabe, los favoritos, no est¨¢n como se tem¨ªa y tienen a una de sus locomotoras, al gal¨¦s Thomas, cojo; y el mejor de los Omega, Tony Martin, tiene el codo hecho un asco, y no podr¨¢ apoyarlo en el acople. Y habla tambi¨¦n Quintana, un buen descendedor, de los descensos, rapid¨ªsimos y ordenados, tensos, a trav¨¦s de las rocas rojas vigilantes de granito rojo de los Calanches de Piana, los acantilados que llegan hasta las monta?as de tomillo y que los turistas recorren con la boca abierta de pasmo, entre ?ahs! y ?ohs!, y se suben al Capo Rosso para ver la puesta de sol ¨²nico y partirse la crisma a oscuras descendiendo por el sendero, la boca a¨²n abierta, y el mar azul marino ah¨ª abajo. Pero los ciclistas no son turistas sino gentes de paso, sin ra¨ªces, ladrones de emociones que coleccionan y descienden con los ojos bien abiertos y la mirada en el horizonte, insensible.
Nadie ataca, pero bajan r¨¢pido, sin tiempo para contar las curvas incontables. Los que bajan bien se relajan y con naturalidad avanzan puestos; a los que la naturaleza no les ha dado el sentido del descenso sino v¨¦rtigo y rigidez de cart¨®n, lo hacen mientras internamente van recordando las lecciones y los trucos de su profesor de descenso en Giant, el espa?ol ?scar Saiz, que les ense?a a dominar unas bicicletas cada vez m¨¢s complicadas de dirigir. Se obligan a no mirar la rueda delantera sino las dos o tres curvas siguientes, a calcular seg¨²n las sombras si se cierran o si se abren, a recordar que hay que frenar con el freno delantero para no derrapar, a soltarse¡
Chavanel es de los innatos, y generoso, de los que bajan muy bien, de los que no dudan en vaciarse sin c¨¢lculo. Despu¨¦s de Rolland subiendo, se destac¨® Chavanel bajando aerodin¨¢mico, y form¨® un cuarteto a 10 kil¨®metros de meta con otros atacantes en ascenso, Nieve entre ellos. El viento de cara acab¨® con su hermosa aventura. Hubo sprint junto al aer¨®dromo de Calvi, y all¨ª donde el a?o pasado habr¨ªa ganado por una bicicleta, Sagan lleg¨® tan justo que debi¨® de anticipar el golpe de ri?ones, in¨²til ante la velocidad del australiano Simon Gerrans, del Orica, que veng¨® con su victoria la fatalidad de su autob¨²s.
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