Certezas... y una duda

Una duda y varias certezas tras la etapa de Pailh¨¨res. Porque la etapa terminaba en AX 3 Domaines, pero la clave estaba en la temida ascensi¨®n al puerto-horno que denominaba Arrieta, que ya el d¨ªa anterior nos daba la clave de lo que pod¨ªa suceder en carrera con una declaraci¨®n de intenciones: ¡°Quintana es el ¨²nico que ha conseguido romper este a?o el ritmo del Sky¡±.

Primera y m¨¢s importante certeza: Froome es el hombre m¨¢s fuerte de la carrera. Si un d¨ªa antes la carrera era cosa de tres hombres ¡ªSagan, Greipel y Cavendish¡ª, esta vez lo era de dos ¡ªFroome y Contador¡ª. He aqu¨ª la grandeza de las grandes vueltas, las peque?as batallas diarias que aparentemente no tienen una importancia crucial en el resultado de la guerra. Ayer la batalla era una, hoy otra completamente diferente. Pero todos los actores han de participar ineludiblemente en todos los actos, por mucho que no les apetezca. ?Cu¨¢ntos de los protagonistas hubiesen deseado que lo ocurrido hasta ahora hubiese sido un mero juego? ?Y cu¨¢ntos de los protagonistas anteriores se hubiesen saltado con gusto estas dos etapas pirenaicas? La respuesta es la misma a ambas preguntas: pr¨¢cticamente todos. Pero as¨ª es esta guerra, y todos ¡ªincluidos los debutantes¡ª, saben bien de d¨®nde vienen.

Otra certeza: Quintana volvi¨® a hacer lo mismo que en Dauphin¨¦, postul¨¢ndose como el ¨²nico hombre capaz de romper el ritmo torturador del Sky. Y la consecuencia de esto es otra certeza m¨¢s: Quintana tiene la clave estrat¨¦gica para decidir qui¨¦n gana este Tour. Froome tendr¨¢ que vigilar muy bien su rueda, y mover muy bien a sus hombres para que el peque?o y explosivo colombiano no le amargue lo que puede parecer un paseo triunfal hasta Par¨ªs. Quiz¨¢ en el fondo lo sea, veremos, pero el paseo no tendr¨¢ nada de c¨®modo.

Froome es el hombre m¨¢s fuerte de la carrera, Quintana es la clave estrat¨¦gica del Tour y ?Porte aguantar¨¢ la jerarqu¨ªa?

Otra certeza m¨¢s. El estilo minimalista de Quintana es m¨¢s efectivo que el churrigueresco de Voeckler. El franc¨¦s pretendi¨® ofrecernos uno de esos recitales excesivos a los que nos tiene acostumbrados ¡ªy que tanto gozan en su pa¨ªs¡ª en las primeras rampas de Pailh¨¨res, pero se choc¨® de frente con un Quintana que, tan m¨ªnimal como el vestido de las azafatas que le impusieron el maillot blanco de primer joven, le sobrepas¨® riguroso y concentrado en su esfuerzo. Sin estridencias, sin abrir la boca ni sacar la lengua, y sin miradas atr¨¢s para alimentar la labia de los comentaristas: pura efectividad. Como se dice en argot de manera gr¨¢fica, le quit¨® las pegatinas.

Y m¨¢s certezas, todas mezcladas: Contador no tuvo su mejor d¨ªa. Muy bien acompa?ado por Kreuziger, lo salv¨® dignamente pero fue el gran perdedor. Purito no anduvo lejos pero no se le vio en ning¨²n momento entre los mejores. Los Belkin, tanto Mollema como Ten Dam, resistieron bien al primer golpe; al igual que los Euskaltel, Nieve y Ant¨®n. Y los Movistar, tanto Valverde como Quintana, fueron quienes m¨¢s de cerca vivieron el show del Sky.

Y la duda que dejamos para el final: ?Ser¨¢ Froome el Wiggins del a?o pasado?, ?y ser¨¢ Porte el Froome? Es decir, ?est¨¢ la jerarqu¨ªa del Sky tan marcada como el a?o pasado independientemente de lo que la carretera decida? Tras la meta le han preguntado a Froome por su mayor rival a partir de ahora, y su respuesta no ha dejado lugar a dudas: Porte.