El viraje de los Pirineos
Cuando descubr¨ª los Pirineos como profesional, un antiguo director me hizo una descripci¨®n bastante gr¨¢fica de estas monta?as: hay dos Pirineos; uno de Luchon (Bagn¨¨res-de-Luchon) hacia el Este, donde hay puertos cortos y duros, de mucho desgaste, pero que al final no deciden nada; y otro de Luchon hacia el Oeste, donde est¨¢n los grandes, los verdaderos puertos del Tour.
Este a?o el Tour acaba de dejar los Pirineos cuando a¨²n faltan dos semanas de carrera, y la clasificaci¨®n queda muy aclarada. Pero el guion se ha escrito tanto ayer como anteayer al Este de Luchon, en esos puertos de guarnici¨®n del plato principal, tal y como a m¨ª me los presentaron. El s¨¢bado en Palhi¨¨res, seguramente el puerto m¨¢s duro de estas monta?as; y ayer porque la intensidad de la jornada estuvo en los kil¨®metros iniciales hasta Luchon, justo al pie del Peyresourde, donde se anestesi¨® la etapa.
El guion del Tour se ha escrito al Este de Luchon, en esos puertos de guarnici¨®n del plato principal, tal y como me los presentaron
El Pic du Midi de Bigorre, por encima del Tourmalet, fue testigo desde las alturas de lo sucedido. De c¨®mo el ciclismo est¨¢ cambiando y de c¨®mo el papel de esta cordillera ha virado en el transcurso de esta edici¨®n. Por el cruce de Saint-Marie-de-Campan, donde comienza la ascensi¨®n al puerto-mito que se quedaba olvidado a la izquierda, circulaban escapados con poco m¨¢s de medio minuto Dani Martin y Fuglsang. Faltaban 14 kil¨®metros hasta la meta y en el grupo perseguidor de apenas una veintena de unidades circulaba el l¨ªder Froome aislado, sin compa?eros.
Situaci¨®n in¨¦dita y hasta cierto punto impensable. Pero todo se hab¨ªa gestado m¨¢s de 100 kil¨®metros antes, en el tramo inicial de la etapa, subiendo Aspet y Ment¨¦. En realidad, todo se hab¨ªa maquinado en el transcurso de la semana, cuando interpretando peque?os detalles del d¨ªa a d¨ªa, hab¨ªa trascendido en el pelot¨®n que Froome estaba muy fuerte, pero que el Sky no era ni mucho menos el del a?o pasado. El resultado del s¨¢bado, especialmente el segundo puesto de Porte, camuflaba esta realidad. Pero al margen de Kennaugh, que estuvo plet¨®rico y excesivo en su labor, el equipo hab¨ªa salvado el d¨ªa de manera m¨¢s bien discreta. Efectiva pero discreta, tomando como referencia no solo el dominio del pasado a?o, sino el de alguna de las carreras previas de este mismo curso.
A pesar de la soledad de Froome, nadie pudo inquietarle en la posesi¨®n de su prenda amarilla
As¨ª que el Movistar sali¨® dispuesto a plantar cara al Sky desde el primer kil¨®metro con una t¨¢ctica agresiva que desbarat¨® por completo los planes de los ingleses. El objetivo era aislar a Froome y, para sorpresa de todos, se consigui¨® antes de lo imaginable. Es cierto que Kennaugh qued¨® eliminado por una ca¨ªda y que Porte no tuvo un mal d¨ªa, sino un mal momento ¡ªas¨ª lo demostr¨® en su labor inmensa de persecuci¨®n que no lleg¨® a buen t¨¦rmino, pero que fue una verdadera demostraci¨®n de fuerza¡ª. Pero tambi¨¦n es cierto que a pesar de la soledad de Froome, nadie pudo inquietarle en la posesi¨®n de su preciada prenda amarilla.
En la meta aseguraba Froome con sinceridad haber vivido uno de los d¨ªas m¨¢s duros que nunca ha tenido sobre una bicicleta. Quintana quiso poner la guinda al trabajo de sus compa?eros con repetidos ataques en La Hourquette d¡¯Ancizan (puerto paralelo al Aspin, pero de mayor dureza), pero en el cara a cara ¡ªen ese escenario que 100 kil¨®metros antes le pod¨ªa parecer ut¨®pico y que al final se dio¡ª Froome se mostr¨® plet¨®rico. El colombiano tiene un cambio de ritmo letal para los gregarios del Sky, pero no para el l¨ªder de los ingleses, que tiene esa misma capacidad explosiva en los m¨²sculos de sus piernas.
Y la etapa, de m¨¢s a menos, fue al final para el irland¨¦s Martin, que supo interpretar muy bien en su propio beneficio el guion que se escrib¨ªa por detr¨¢s. Tan bien como la llegada, en la que lleg¨® incluso a frenar dentro del ¨²ltimo kil¨®metro para esprintar como si la meta estuviese en la ¨²ltima curva, y no 140 metros despu¨¦s.
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