Froome y los otros
El ingl¨¦s deja casi fuera de combate a sus rivales en la contrarreloj y disfruta de ventajas superiores a los tres minutos sobre Valverde y Contador en la clasificaci¨®n general
Chris Froome es tan tan educado que cuando se sienta a la mesa para comer lo primero que hace es desplegar la servilleta cuidadosamente y coloc¨¢rsela pulcramente sobre las rodillas, y despu¨¦s, cuando come ante la mirada maravillada de sus compa?eros que eructan, hablan, se levantan, pelean por el pan y exigen ser servidos los primeros, y luego comen con un codo sobre la mesa y de medio lado, mirando su m¨®vil al lado del plato y tecleando entre bocado y bocado, ¨¦l, Froome, baja los codos de la mesa, se sienta de frente ante el plato y se pasa la servilleta por los labios antes de beber vino. Y cuando le dicen ¡°?que aproveche!¡± ¨¦l responde que gracias, y cuando se le saluda devuelve el saludo, aunque est¨¦ en esos momentos maldiciendo al Tour que le obliga a meterse con su cabra polvorienta por un camino de cabras polvoriento que le da la espalda a la arquitectura gris de la abad¨ªa en el monte aislado por la marea, despu¨¦s de haberse entrenado un mediod¨ªa de brisa intensa junto al Atl¨¢ntico en el recorrido de la contrarreloj.
Y pese a toda su gentileza, amabilidad y buena educaci¨®n, y llevando la contraria a tantos que han mantenido los ¨²ltimos a?os que para ganar el Tour hab¨ªa que ser malo y parecerlo, ego¨ªsta y mal compa?ero, y agresivo a lo Armstrong, Chris Froome es tambi¨¦n maillot amarillo, y lo es con tanta claridad despu¨¦s de la contrarreloj pivotal (3m 25s en la general al segundo clasificado, al feliz Valverde, al que m¨¢s teme; 3m 54s al no tan feliz Contador, cuya voluntad inmensa choca con limitaciones con las que no puede y con una posici¨®n en la bici tan aerodin¨¢mica y dif¨ªcil de mantener que le tiene bailando sobre el sill¨ªn a saltitos; 5m 18s al sabio Quintana, 56 kilitos expuestos a un viento que hace volar a los m¨¢s grandes¡) que, educadamente tambi¨¦n, los otros, los que no son Froome, pandilla de descre¨ªdos, hablan de un Tour de dos niveles, el de Froome y el de los dem¨¢s. O, como dijo uno de ellos, uno de los volados, ¡°?qu¨¦ barbaridad!¡±, y mov¨ªa la cabeza en se?al de incredulidad, como los normandos, que en Normand¨ªa ya est¨¢ el Tour, le mov¨ªan al levantarse y comprobar que llevaban ya tres d¨ªas seguidos de sol y buen tiempo.
CLASIFICACIONES
ETAPA
1. Tony Martin (ALE/Omega Pharma-Quick-Step) 36:29.
2. Chris Froome (GBR/Team Sky) a 12 segundos.
3. Thomas De Gendt (BEL/Vacansoleil) 1:01.
4. Richie Porte (AUS/Team Sky) 1:21.
10. JONATHAN CASTROVIEJO (ESP/Movistar) 1:52.
13. ALEJANDRO VALVERDE (ESP/Movistar) 2:12.
15. ALBERTO CONTADOR (ESP/Saxo - Tinkoff) m.t.
56. JOAQUIM RODRIGUEZ (ESP/Katusha) 3:29.
GENERAL
1. Chris Froome (GBR/Team Sky) 42:29:24.
2. ALEJANDRO VALVERDE (ESP/Movistar) a 3:25.
3. Bauke Mollema (HOL/Belkin) 3:37.
4. ALBERTO CONTADOR (ESP/Saxo - Tinkoff) 3:54.
5. Roman Kreuziger (RCH/Saxo - Tinkoff) 3:57.
8. Nairo Quintana (COL/Movistar) 5:18.
11. JOAQUIM RODRIGUEZ (ESP/Katusha) 5:48.
Lo hac¨ªa, lo de mover la cabeza el rival, porque no pod¨ªa creer que, salido el ¨²ltimo, varias horas despu¨¦s del terrible Tony Martin (y este, el especialista, s¨ª que asusta, inm¨®vil en su Specialized y con un plato de 58 dientes entre sus piernas, que hace girar lento, pero fluido y cadencioso, con swing, sin tirones, a m¨¢s de 54 kil¨®metros por hora) fuera capaz Froome, que, dice el de la barbaridad, ni es carne ni pescado, ni ave zancuda, cig¨¹e?a, ni ara?a de largas extremidades, ni contrarrelojista puro ni escalador a¨¦reo, de moverse en los mismos tiempos, segundo arriba segundo abajo que el imbatible campe¨®n del mundo, el sucesor de Cancellara. Fue la demostraci¨®n de Froome, sencillamente, el signo de su calidad, un talento ya expresado hace un mes en la Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦, en la que marc¨® su territorio e indic¨® a los potenciales desafiadores, a Valverde, a Purito, a Contador, a los que le dieron la Vuelta el pasado septiembre, la dificultad de la tarea de julio, ganarle en el Tour.
Al final, por insistencia, y tambi¨¦n porque el ¨²ltimo sector era el m¨¢s especializado, aquel en el que el viento soplaba m¨¢s de cara, se impuso Martin en la etapa por 12s (y una media de 54,271 kil¨®metros por hora, la tercera m¨¢s alta en la historia de las contrarrelojes del Tour, despu¨¦s de los 54,545 de LeMond en el 89 y los 54,361 de Millar en 2003), lo que en absoluto merma la importancia del n¨²mero realizado por el ingl¨¦s de Kenia y sonriente, el tipo m¨¢s temido del pelot¨®n. Si el Tour no hubiera decidido, para alargar la transmisi¨®n, hacer salir a los 25 ¨²ltimos cada tres minutos, en vez de los dos habituales, se habr¨ªa visto un final sorprendente, un sprint vibrante y entrada de fotofinish entre Valverde y Froome, pues el ingl¨¦s le sac¨® dos minutos justos, menos tres cent¨¦simas, un tubular, al murciano.
La media del vencedor, 54,2 km/h, es la tercera m¨¢s alta de la historia en el Tour
Si Valverde, Contador y su lugarteniente Kreuziger limitaron en cierta forma las p¨¦rdidas, y tambi¨¦n los dos holandeses, Mollema y Ten Dam, que, escuela Zoetemelk, est¨¢n sin estar, sin emprender iniciativas pero sin desengancharse tampoco, y hasta Cadel Evans, que se resiste al declive, todos en los mismos tiempos, segundo arriba, segundo abajo, de los espa?oles, para Nairo Quintana (3m 16s), Purito Rodr¨ªguez (3m 17s), Dan Martin (3m 24s) y el Andy Schleck que quer¨ªa renacer (4m 32s), se dispar¨® la cuenta, lo que abre una brecha tambi¨¦n entre los otros: los hay otros y m¨¢s otros, en cierta forma, lo que alentar¨¢ los movimientos t¨¢cticos en las monta?as que se avecinan, a partir del domingo con el Ventoux, tan deseado y temido.
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