D¨ªa de reflexi¨®n
Lo m¨¢s impresionante del Mont Ventoux no son los datos globales, a pesar de que estos asustan por s¨ª mismos: 20,8 kil¨®metros al 7,5%, que traducidos a la realidad son unos 16 al 10%, pues el tramo desde B¨¨doin a la curva a izquierdas de Les Bruns no es m¨¢s que la fase de calentamiento, el ascenso al campo base para los himalayistas que aspiran a subir al gigante de Provenza.
Si una imagen vale m¨¢s que mil palabras, todo lo que te hayan contado de esta monta?a, todo lo que hayas visto en el pasado, todo el peso de esta monta?a solitaria en la historia del ciclismo, queda reducido a un pesado lastre cuando divisas la cima desde la lejan¨ªa: hasta ah¨ª arriba hay que escalar. Esta vez, en los m¨¢s de 200 kil¨®metros de aproximaci¨®n en paralelo al valle del R¨®dano, esta visi¨®n debi¨® de ser por la Cota de Bourdeaux, un tercera por el que la escapada rodaba a¨²n con cuatro minutos de ventaja, sabiendo ya que el Movistar de Quintana no dejaba oportunidad de so?ar.
Faltaba a¨²n por ascender el no puntuable Col de la Madeleine ¡ªno confundir con su hom¨®nimo alpino¡ª para divisar en todo su esplendor la vertiente sur del monte pelado, el de la cima de roca caliza blanca que te hace quitarte las gafas para comprobar que no es nieve, y al que los astilleros de Toulon despoblaron de su bosque originario a partir del siglo XII.
Tuve la impresi¨®n de que iba a ganar la etapa, pero al final me falt¨® fuerza", dijo Quintana
Quintana, sueltas las amarras y proclamado gracias al viento ¡ªjunto a la mala suerte de Valverde¡ª l¨ªder del Movistar, quiso entrar en la historia del Tour, qu¨¦ grande lo del peque?o colombiano en su debut en la carrera m¨¢s grande, ganando una etapa con connotaciones hist¨®ricas en un cara a cara con el m¨¢s fuerte, Froome. Se le hab¨ªa adelantado un ambicioso Mikel Nieve, todo pundonor, aprovechando que no es peligroso para la general. Faltaban a¨²n 13 kil¨®metros cuando Nairo realiz¨® lo esperado, y Froome, impasible y concentrado en los datos de su medidor de potencia, continu¨® al ritmo que marcaba su compa?ero Kennaugh, sabiendo la bala guardada que a¨²n quedaba por quemar con Porte.
Y fue faltando siete kil¨®metros, tras consumirse esta ¨²ltima fase del lanzamiento que dej¨® al grupo reducido a tres unidades ¡ªlos dos Sky y Contador¡ª, cuando Froome olvid¨® los fr¨ªos n¨²meros de los vatios y se dej¨® llevar por su instinto ofensivo. En una primera aceleraci¨®n, terrible y con riesgo de descarrilar en las curvas con ese estilo tan poco ortodoxo, alcanz¨® a su temido colombiano. Habl¨® con ¨¦l, comenzaron a colaborar buscando intereses comunes viendo c¨®mo Contador ced¨ªa segundos a cuentagotas, pero el esfuerzo era tan intenso que bastante ten¨ªa Nairo con aguantar la rueda del de amarillo. Dos nuevos cambios de ritmo de Froome probaron a Quintana, que aguantaba robusto.
¡°Tuve la impresi¨®n de que iba a ganar la etapa, pero al final me falt¨® fuerza. Di todo lo que ten¨ªa¡¡±, dijo Quintana explicando el momento en el que sucumbi¨® al l¨ªder. ¡°Froome esta fort¨ªsimo, no se le puede ganar¡±, dijo Contador; ¡°salvo que tenga un d¨ªa malo, veremos qu¨¦ pasa en los Alpes¡±.
Hoy llega el segundo d¨ªa de descanso, pero esta vez m¨¢s que nunca ser¨¢ un d¨ªa de reflexi¨®n, pues va quedando claro que si es por fuerzas, Froome deber¨ªa ganar esta carrera. Pero como se vio el d¨ªa del viento, en determinadas situaciones t¨¢cticas tambi¨¦n puede perderla. Y tanto Saxo Bank como Movistar han demostrado estar por la labor de poner a prueba la inexperiencia en estas lides del hombre de amarillo.
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