Un d¨ªa aguado

Llev¨¢bamos un Tour de tal intensidad, promet¨ªa tanto la etapa de Le Grand-Bornard, con esas dos ascensiones hors category en su parte inicial, con ese terreno tan quebrado en su segunda mitad, con esos m¨¢s de 200 kil¨®metros abiertos a las emboscadas y al juego t¨¢ctico, que cuando comenzaron a oscurecerse las im¨¢genes en la subida a Col de la Croix Fry, ¨²ltimo escal¨®n a superar antes de la ¨²ltima bajada del d¨ªa, y apareci¨® por fin la anunciada lluvia, el d¨ªa se nos agu¨®. En las dos acepciones del t¨¦rmino, no s¨®lo en la que se refiere a la ca¨ªda del l¨ªquido elemento.

Se agu¨® la fiesta, es decir, se anestesi¨® la batalla. La intensidad de la etapa se interrumpi¨® con el agua, y tal y como dijeron los protagonistas de la lucha por la general en sus posteriores declaraciones, a los planes previstos se les introdujo un elemento bloqueador: no. ¡°No se ha podido romper ni en la subida ni en la bajada¡±, dijo Purito. ¡°Fue un d¨ªa complicado, no se ha podido romper¡±, repet¨ªa Contador. ¡°No tuvimos ocasi¨®n para atacar, a pesar de que mandamos a Valverde por delante. No pudimos intentar como quer¨ªamos¡±, abund¨® Quintana.

Lleg¨® la lluvia y, como el agua destilada que reduce el grado de concentraci¨®n de alcohol de un licor, con ella lleg¨® el conservadurismo. Todos menos Froome ten¨ªan algo que ganar, pero tambi¨¦n algo que perder, y ah¨ª sali¨® a relucir el esp¨ªritu que siempre reina en las terceras semanas de las Grandes Vueltas, ese que dice que en las dos primeras se consiguen las cosas, y en la tercera se afianzan. En este Tour no estaba siendo as¨ª hasta ahora, en gran parte debido al dise?o del recorrido; pero ayer, en el que promet¨ªa ser el d¨ªa m¨¢s intenso de los Alpes, eso es lo que ocurri¨®.

Por delante la etapa era cosa de los valientes fugados desde el Glandon. Primero fue Hesjedal qui¨¦n gast¨® las balas, acompa?ado de un voluntarioso Mikel Nieve, que se vuelve a quedar sin premio gordo a pesar de su generoso esfuerzo ¡ªal menos ahora es tercero en la monta?a¡ª; m¨¢s tarde fue Rolland el que fue a por la etapa y a por el liderato de la monta?a ¡ªse qued¨® a un punto de Froome¡ª, y al final fue Rui Costa qui¨¦n volvi¨® a ganar de nuevo tal y como hizo en Gap, sabiendo economizar al m¨¢ximo en la fuga gracias al trabajo de Rojas y Plaza, y soltando la estocada mortal en lo m¨¢s duro del puerto final.

Por detr¨¢s, el equipo de Contador le hac¨ªa el trabajo al Sky defendiendo el liderato de la clasificaci¨®n por equipos, amenazado en la fuga por el Radioshack. En las rampas del ¨²ltimo puerto, Valverde se march¨® por delante anunciando un ataque de Quintana que nunca lleg¨®. Y en la ¨²ltima rampa, fue Purito el que lo intent¨® t¨ªmidamente, con m¨¢s intenci¨®n de encarar la bajada en una posici¨®n c¨®moda que de amenazar al l¨ªder.

Al margen de Rui Costa, el m¨¢s feliz en la l¨ªnea de meta era Chris Froome. Un d¨ªa menos ¡ªy vaya d¨ªa¡ª, y ahora a tan s¨®lo 125 kil¨®metros de ganar el Tour: ¡°Estar aqu¨ª a un d¨ªa de distancia de Par¨ªs, con m¨¢s de 5 minutos sobre el segundo es realmente una buena posici¨®n, pero no quiero ser demasiado complaciente en absoluto¡±. Hace bien en ser cauto, sabe que el d¨ªa ser¨¢ corto pero intenso, eso seguro. Es la ¨²ltima oportunidad, y nada indica que vuelva a ser un d¨ªa aguado. O eso al menos es lo que esperamos.