Una historia te?ida de desgracias
Las enfermedades de Tito, Abidal y Mickeal alargan la lista de dramas del barcelonismo, como las muertes de Gamper y Ben¨ªtez, el secuestro de Quini y el infarto de Cruyff
Acumula y encadena el Barcelona en las dos ¨²ltimas temporadas abundantes desgracias, todas humanas. A la repetida enfermedad del t¨¦cnico Tito Vilanova se a?adi¨® la del defensa Eric Abidal ¡ªquerido como nadie dentro del vestuario¡ª, que combati¨® durante dos a?os y con ¨¦xito contra un tumor de h¨ªgado. Y, en la secci¨®n de baloncesto, Pete Mickeal recay¨® el 23 de marzo de este curso de un tromboembolismo pulmonar, la misma dolencia que hab¨ªa sufrido hace dos a?os. Esta vez, sin embargo, debi¨® abandonar el equipo para tratarse en Estados Unidos. Un drama con tintes similares al de ayer, con todos los jugadores y la directiva en primera fila, caras largas, l¨¢grimas en las cuencas de los ojos y miedo nervioso. Fueron tres minutos y medio terribles, suficientes para que Sandro Rosell anunciara la renuncia de Tito Vilanova al banquillo azulgrana. ¡°Un golpe muy duro¡±, admiti¨® el presidente. Pero no el ¨²nico en la historia del club.
Aunque no se puede considerar al Bar?a como un club de historia funesta ¡ªcomo, por ejemplo, el Torino y la tragedia de Superga (1949), el accidente a¨¦reo de M¨²nich del avi¨®n del Manchester United (1958) o la tragedia de Heysel que azot¨® al Juventus y Liverpool en la final de la Copa de Europa de 1985¡ª, s¨ª que cuenta con varios dramas. No en vano, su fundador y primer presidente, Joan Gamper, se suicid¨® de un disparo en 1930, probablemente por la catastr¨®fica ca¨ªda de la Bolsa de Wall Street, por el crac del 29.
Joan Gamper, se suicid¨® de un disparo en 1930, probablemente por la catastr¨®fica ca¨ªda de la Bolsa de Wall Street
Otro de sus primeros episodios negros ocurri¨® el 6 de agosto de 1936, en plena Guerra Civil, cuando el presidente Josep Sunyol, de ideolog¨ªa nacionalista catalana y miembro de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), fue detenido y fusilado en la sierra de Guadarrama. Su ch¨®fer equivoc¨® el camino, cayendo en una zona controlada por los sublevados.
Ya en 1968, sucedi¨® la misteriosa muerte del lateral derecho uruguayo Julio C¨¦sar Ben¨ªtez. Resulta que aprovech¨® un d¨ªa libre con su esposa y un matrimonio amigo para viajar a Andorra, donde ingirieron mejillones, presumiblemente, en mal estado. De la intoxicaci¨®n inicial, Ben¨ªtez pas¨® al coma y al fallecimiento, explicado como una fibrilaci¨®n ventricular consecutiva a una s¨¦pticopiohema, pero que a nadie pareci¨® convencer. As¨ª, en 2006, la viuda de Ben¨ªtez atribuy¨® la muerte a un envenenamiento.
A muchos conmocion¨®, ya en 1981, despu¨¦s de un partido ante el H¨¦rcules, el secuestro del goleador Enrique Castro, Quini. Dos tipos le enca?onaron para iniciar as¨ª un calvario de 25 d¨ªas. Aunque Quini acept¨® el perd¨®n de sus secuestradores, al barcelonismo le cost¨® m¨¢s olvidarlo, sobre todo porque el Bar?a perdi¨® esa Liga a manos de la Real Sociedad; el equipo, conmocionado, solo sum¨® un punto en los cuatro duelos que se perdi¨® el delantero.
Tambi¨¦n sacudi¨® al barcelonismo el 26 de febrero de 1991 cuando el entrenador Johan Cruyff, que estaba de compras con su mujer por la ciudad, not¨® unas molestias que al principio atribuy¨® a una ¨²lcera del duodeno. Pero era una insuficiencia coronaria, un infarto del que tuvo que ser operado al d¨ªa siguiente. Se qued¨® en un susto, un golpe. ¡°Y el Bar?a se ha sobrepuesto a todos¡±, record¨® Rosell.
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