D¨²o de bronce

Transcurridos dos minutos y medio de la sucesi¨®n de ocho figuras preestablecidas que componen la rutina t¨¦cnica del d¨²o, cuando el ¨¢cido l¨¢ctico comienza a paralizar los m¨²sculos, Ona Carbonell y Margalida Cresp¨ª, sumergidas cabeza abajo, ajustaron los pies y los compases en el tirabuz¨®n de 180 grados en posici¨®n de espagat y salvaron la jornada asegurando un lugar en el podio. El segundo bronce de Espa?a supuso un paso atr¨¢s respecto a los Juegos de Londres del verano pasado. Pero fue un resultado previsible, al fin y al cabo, en el deporte m¨¢s previsible de los Mundiales.

El d¨ªa que Andrea Fuentes decidi¨® retirarse, a finales del pasado enero, un maremoto sacudi¨® al equipo espa?ol de nataci¨®n sincronizada. El vac¨ªo dejado por la gran capitana fue cubierto del ¨²nico modo posible, dadas las turbulencias que amenazaban al grupo desde septiembre: con precipitaci¨®n.

La marcha de Andrea Fuentes comprometi¨® el podio, pero se ofreci¨® a ayudar

La seleccionadora, Esther Jaum¨¢, nombr¨® a Margalida Cresp¨ª para sustituir a la nadadora saliente y formar pareja con Ona Carbonell. Tuvieron seis meses para compenetrarse. La entrenadora espec¨ªfica del d¨²o, Mayuki Fujiki, valor¨® la disposici¨®n de la novata: ¡°Marga es una luchadora. Me dijo: ¡®Har¨¦ lo que me pidas. T¨² apri¨¦tame las clavijas¡±.

Ona y Andrea hab¨ªan mantenido una relaci¨®n estrecha, dentro y fuera de la piscina. Entre 2009 y 2012, durante el ciclo ol¨ªmpico, trabaron una s¨®lida amistad que les ayud¨® a ganar la plata ol¨ªmpica con la coreograf¨ªa del zapateado de la bailarina flamenca Flora Albaic¨ªn. La marcha de Andrea comprometi¨® la medalla en Barcelona, pero fue la propia veterana la que, tras retirarse, se ofreci¨® a adiestrar a Margalida.

Ayer en la piscina, la cu¨¢druple medallista ol¨ªmpica espa?ola reuni¨® a sus compa?eras al mediod¨ªa para ajustar el ejercicio, corregir errores, y ultimar detalles. Andrea se comport¨® como una aut¨¦ntica entrenadora. La l¨ªder que siempre fue. ¡°Andrea¡±, dijo Margalida, ¡°ha sido un plus para ayudarme a notarme m¨¢s c¨®moda en el d¨²o. Ella se conoce la rutina un poco mejor que yo. Me orient¨® para que no se vieran tantas diferencias con Ona. Me ense?¨® trucos para que se me viera m¨¢s alta en el agua¡±.

Me orient¨® para que no se vieran tantas diferencias con Ona¡±, explic¨® Margalida

Los jueces que valoran los d¨²os premian la sincron¨ªa, la uni¨®n, la capacidad para nadar como una sola criatura, de memoria. Pero Ona nada m¨¢s arriba y Margalida m¨¢s abajo. Ona va m¨¢s r¨¢pida y Margalida m¨¢s lenta. Ona debe frenar y Margalida debe acelerar. Ona debe bajar y Margalida debe subir. Hicieron lo que pudieron.

Despu¨¦s de algunos errores de sincronizaci¨®n recibieron 93.800 puntos. Lo suficiente para dejar atr¨¢s a las ucranianas y seguir en la estela de las mellizas chinas Jiang, valoradas con 94.900 puntos. En otra dimensi¨®n nadaron las rusas, Svetlana Romashina y Svetlana Kolesnichenko, que, como las espa?olas, llevan seis meses juntas. Verlas actuar, sin embargo, fue lo m¨¢s memorable que ocurri¨® anoche en el Palau. Los jueces les pusieron 97,300 puntos y el p¨²blico les dedic¨® una ovaci¨®n cerrada.