Tan inevitable como Bolt
Solo la figura del fen¨®meno jamaicano parece inmune a las sombras y tormentas que acompa?an al atletismo mundial
Cuando los a?os 90, en la NBA corr¨ªa el dicho que dec¨ªa que un t¨ªtulo para los Chicago Bulls era tan inevitable como la muerte, o como los impuestos. Llegados a 2013 y en v¨ªsperas de un Mundial de atletismo, en el Mosc¨² en el que el estadio Lenin se llama Luzniki, no cuesta nada pedir prestada la comparaci¨®n y afirmar que un triunfo de Usain Bolt en las pruebas estrella de la competici¨®n (los 100m y los 200m) es tan inevitable como un anillo para el tr¨ªo Jordan-Rodman-Pippen en los felices 90, a su vez tan impepinable como una ardua resaca tras unas buenas dosis de vodka. Y esa imponderabilidad boltiana, siendo, justamente, una bendici¨®n para el atletismo que tiene su estrella, es, precisa y justamente, uno de los problemas del atletismo, que es un deporte y, por lo tanto, deber¨ªa estar sometido a las leyes contrarias, las de la imprevisibilidad y el suspense.
Lo mismo ocurre con la segunda estrella (o as¨ª lo fue en su Londres), el brit¨¢nico Mo Farah, tan imponente que nadie duda de que volver¨¢ a doblar su victoria ol¨ªmpica en los 5.000 metros y en los 10.000 metros. Y de los segundos nadie se acordar¨¢, ni de sus marcas, lo que es doloroso y triste. Y muy poco apropiado para un Mundial, pues supone admitir que no hay rivales.
Hay 50 turcos suspendidos por dopaje con la campeona ol¨ªmpica de 1.500
Es a?o posol¨ªmpico y, pese al sol radiante del Mosc¨² verde que brilla reflejado en el Moscova apacible, y pese a la alegr¨ªa que puede suponer que el Luzniki acoja por primera vez a todos los mejores atletas, lo que no ocurri¨® en los Juegos de 1980, los del boicot capitalista, los pensamientos son obligatoriamente sombr¨ªos, del tipo ¡°qu¨¦ fastidio, otra vez tener que empezar¡±.
No hay informe previo que no refleje antes que las prometedoras presencias (el Bondarenko que salta por las alturas de Sotomayor 20 a?os despu¨¦s; la Suhr que rivalizar¨¢ con Isinbayeva; Blessing Okagbare, que llega de Nigeria como la nueva, la buena, Marion Jones, en sprints y en longitud; el nuevo obstaculista de Kenia, un chaval de 18 a?os que no es un estilista pero que lo gana todo, Conselsus Kipruto¡) las resonantes ausencias de campeones lesionados, agotados f¨ªsica o psiqui¨¢tricamente o sancionados, lo que tampoco es muy alentador ni muy bondadoso en una evaluaci¨®n de los efectos de la alta competici¨®n sobre el cuerpo y el alma de los deportistas.
Contra Bolt no estar¨¢n los que alguna vez le han ganado y juraban que le ganar¨ªan de nuevo: Tyson Gay, Yohan Blake, Asafa Powell; ni estar¨¢n los campeones ol¨ªmpicos de 1.500, chico y chica, ni David Rudisha (ni siquiera los dos que le hicieron de teloneros en el podio de Londres de los 800 metros, Amos y Kitum), ni las mejores heptatletas Ennis y Chernova; ni la velocista jamaicana Veronica Campbell, ni Sherone Simpson, ni Sanya Richards, ni Philips Idowu, ni Abel Kirui, ni Dayron Robles, ni Caster Semenya¡
Hay informes brit¨¢nicos sobre las horas extra que los mismos psiquiatras del deporte que prepararon mentalmente a sus atletas para triunfar en Londres (y, seg¨²n The Times, algunos lo hicieron medicados con antidepresivos y antipsic¨®ticos) han debido realizar en este 2013 caluroso para recuperarlos del vac¨ªo y la falta de deseo que en su vida han creado los afanes y las medallas ol¨ªmpicas, del mismo tenor negro que engull¨® a Brad Wiggins tras su Tour de amarillo (y la campana y la medalla ol¨ªmpica tambi¨¦n).
Hay informes m¨¦dicos de lesiones puramente f¨ªsicas y de enfermedades varias que afectan a otro buen grupo de medallistas ol¨ªmpicos. Y hay informes, tambi¨¦n, de tipo policial, listas cada vez m¨¢s largas, de atletas ca¨ªdos ante las fuerzas del antidopaje, que se ha convertido en la nueva fuerza dominante en todo el mundo, el nuevo paradigma.
Cuando la Francia del Mundial de f¨²tbol de 1998 o del de atletismo de 2003 quer¨ªa imponer a los deportistas de todo el mundo sus r¨ªgidas leyes y controles contra el dopaje, los dirigentes mundiales y ol¨ªmpicos le advirtieron de que esa intransigencia no era buena para la candidatura de Par¨ªs para los Juegos Ol¨ªmpicos que nunca le concedieron. Diez a?os despu¨¦s, ir¨®nicamente, es el miedo a no conseguir los Juegos o el miedo al desprestigio, a un qu¨¦ dir¨¢n de chismosas, lo que empuja a todos los grandes pa¨ªses con sombras en su pasado a demostrar al mundo que lavan m¨¢s limpio que nadie. Y a algunos deportes, como el atletismo sobre todos.
Nadie duda de la victoria de Mo Farah en los 5.000 y en los 10.000 metros
As¨ª, seg¨²n un informe que publicaba ayer L'?quipe, en la actualidad hay 50 atletas turcos suspendidos por dopaje (entre ellos, la campeona ol¨ªmpica de 1.500m, Asli ?akir), lo que se entiende como un esfuerzo ¨ªmprobo de la candidatura de Estambul 2020; en Estados Unidos, donde la USADA es la ley, hay diez (y uno de ellos es Tyson Gay, doble campe¨®n mundial en 2007 y el ¨²nico que podr¨ªa haber derrotado a Bolt en Mosc¨²); en Jamaica, para desmentir que la isla era el para¨ªso, han suspendido a ocho, con Powell y Veronica Campbell abriendo la lista; en la Rusia de los pr¨®ximos Juegos de invierno de Sochi se han visto obligados a crear su propia agencia antidopaje (y a admitir en su laboratorio de Mosc¨² durante los Mundiales al director del laboratorio de Lausana como supervisor) y a sancionar a 43 atletas, muchos de ellos v¨ªctimas del pasaporte biol¨®gico y otros de los tests retroactivos; y hasta en la Kenia del valle del Rift y su altitud y su gen¨¦tica, 14 fondistas est¨¢n suspendidos actualmente, despu¨¦s de que la IAAF lograra empezar a hacer controles de sangre.
Solo el fen¨®meno Bolt, las dos piernas m¨¢s largas capaces de moverse a mayor velocidad, sus dos r¨¦cords mundiales inigualables (9,58s en los 100m, 19,19s en los 200m), sus seis medallas de oro ol¨ªmpicas y cinco mundiales (una salida nula en los 100 de Daegu 2011 evita el pleno), parece poder levitar por encima de sombras y tormentas. M¨¢s poderoso que nadie, y fuerte, e infalible. Finalmente, solo la muerte ser¨¢ tan inevitable como Bolt.
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