El Bayern gana por inercia

Acostumbrados a su energ¨ªa desbordante y contagiosa, sorprendi¨® verlo hundido en el banquillo, sin muchas ganas de celebrar un triunfo sin brillo. Tanto se espera de Guardiola en el Bayern que su estreno en la Bundesliga fue una victoria decepcionante. Tambi¨¦n para ¨¦l, que tanto conf¨ªa en el triple campe¨®n del pasado curso. Por supuesto, es demasiado pronto para sacar conclusiones, pero quienes buscaron anoche en el Allianz Arena alguna reminiscencia del Bar?a de Guardiola no encontraron ninguna. Sin presi¨®n adelantada, ni dinamismo ni control. Ni clase. Fue un equipo plano que gan¨® por inercia.

Suplente Javi Mart¨ªnez y ausentes por lesi¨®n Thiago y G?tze, Guardiola premi¨® a los triunfadores del pasado curso, aunque en distinto estado de forma. Muy por debajo de su nivel Schweinteiger y M¨¹ller, especialmente. No fluy¨® el Bayern, que exhibi¨® la pegada del curso pasado, pero descubri¨® carencias nuevas en la parte central de su defensa. Ah¨ª el zurdo Dante emboc¨® en su propio arco con la puntera derecha un centro raso desde la izquierda del venezolano Arango. El conjunto b¨¢varo se fue al descanso con la distancia recortada. Minimizados los tantos de Robben (tras un delicioso centro en diagonal de Rib¨¦ry) y de Mandzukic (tras el rechace del portero Ter Stegen). Es imposible trasladar a M¨²nich al Bar?a de Guardiola. Los actores son muy distintos y el Bayern de Pep ser¨¢ otra cosa. Sin saberse todav¨ªa qu¨¦.

A la espera de Thiago, los centrocampistas (Schweinsteiger, Kroos y M¨¹ller) no ejercieron el dominio esperado, a expensas del desequilibrio exterior de Rib¨¦ry y Robben, como en el curso pasado a las ¨®rdenes de Heynckes. Siempre dispuestos los extremos a alimentar a Mandzukic, un delantero m¨¢s contundente que el¨¦ctrico. El espect¨¢culo lo dio Rib¨¦ry, cambi¨¢ndose el bal¨®n de pie a velocidad de v¨¦rtigo, escap¨¢ndose de hasta tres marcadores del M?nchengladbach.

El partido se abri¨® en canal en el segundo tiempo. El Bayern se defendi¨® por momentos muy atr¨¢s, hundido en su propia porter¨ªa (un sacrilegio para Guardiola), recibiendo remates del M?nchengladbach desde la frontal. El sufrimiento b¨¢varo lo apacigu¨® el central espa?ol ?lvaro Dom¨ªnguez, empe?ado en jugar con la mano: cometi¨® dos penaltis consecutivos despu¨¦s de que el meta Ter Stegen le rechazara el primero a M¨¹ller. Confirm¨® el joven portero unos excelentes reflejos. Pero el segundo penalti lo transform¨® con suavidad Alaba. En el palco, Rumenigge y H?eness apenas celebraron el tanto. El estreno de Guardiola en la Bundesliga no era para tirar cohetes. ?l, absorto, decidi¨® contemplarlo desde su mullido sill¨®n. A la espera de una gran transformaci¨®n.