Sevilla tiene un 800 especial
Me van a perdonar que denote una predilecci¨®n especial por esta prueba y sus protagonistas, pero me siento hermanada a estos dos j¨®venes tras compartir con ellos el momento de grabar en nuestras pieles el icono del sue?o ol¨ªmpico, hace ahora un a?o. Y para qu¨¦ nos vamos a enga?ar, a Marco me une un v¨ªnculo mucho m¨¢s especial.
Dos perfiles f¨ªsicos tan diferentes y sin embargo tan parecidos en otros aspectos. Luis Alberto Marco es un coloso, fuerte, potente, alto¡ Kevin L¨®pez, ligero, liviano, menudo y muy r¨¢pido. Ambos son compa?eros de fatigas, ambos son amigos en su d¨ªa a d¨ªa. Desde la perspectiva de una atleta cuesta pensar que de verdad sea posible esta buena relaci¨®n, que la competitividad no corrompa esos lazos. Pero quien conoce a ambos, ve r¨¢pidamente que el destino ha juntado a dos hermanos separados, con la nobleza por coraz¨®n y la honradez como estandarte.
Cuando empec¨¦ a frecuentar este grupo de entrenamiento Luis ten¨ªa 20 a?os; Kevin apenas 16, y es que han crecido en esto juntos, han aprendido juntos. Curioso ha sido ver todos estos a?os en los que mimetizaban ciertos comportamientos, detalles peque?os, pero que ah¨ª est¨¢n. Luis llevaba siempre una marca de agua mineral al entrenamiento, y pronto L¨®pez le imitar¨ªa. Lo mismo ocurri¨® con el primer veh¨ªculo propio de ambos, y me da que en breve van a compartir el modelo que el lore?o conduce. Comparten hasta el modelo de smartphone, poco habitual. Y es que es una relaci¨®n simbi¨®tica que se ha ido construyendo mano a mano, llegando a compartir una jerga intr¨ªnseca al grupo de entrenamiento, un lenguaje con expresiones que pocos entienden y que Los Morancos nutren.
He tenido el privilegio de compartir los ¨²ltimos compases del entrenamiento que han realizado en su ya habitual concentraci¨®n estival en Segovia (huir del calor de la capital hispalense no es un capricho, sino casi una necesidad para entrenar). Tradici¨®n que tambi¨¦n ha compartido alg¨²n a?o un tercer sevillano en discordia, y del que no quiero olvidarme, otro grande: Antonio Reina.
Con el pasaporte para Mosc¨² en el bolsillo, tocaba afrontar los ¨²ltimos disparos en el tart¨¢n antes de abordar la gran cita. Y es que ellos no corren, son balas. Testigo de que se pueden mover las piernas m¨¢s r¨¢pido de lo que pensaba, he visto c¨®mo la elipse de la pista para ellos parec¨ªa m¨¢s corta, capaces de trazarla en tiempos solo al alcance de unos pocos. Ambos est¨¢n en condiciones de mejorar sus registros personales, lo que en el caso de L¨®pez ser¨ªa un r¨¦cord nacional, ah¨ª es nada¡
Tutelados por Paco Gil, han afrontado la ¨²ltima recta con mimo, puliendo los ¨²ltimos detalles, escuchando todas las sensaciones que desbordan tu cuerpo en las ¨²ltimas zancadas de la temporada. Parando y vigilando cualquier m¨ªnima molestia, pues en este momento, m¨¢s que nunca, es mejor realizar una serie menos que tener un problema de m¨¢s. Todo es poco para llegar en plenitud de condiciones a la prueba que se me antoja con la final m¨¢s complicada de conseguir. Con unas condiciones de clasificaci¨®n dur¨ªsimas, sin el Dios Rudisha ni sus acompa?antes en el podio ol¨ªmpico, los mortales se pelear¨¢n por ocho puestos car¨ªsimos. Los nuestros nos han hecho sufrir con el pase a semis, accediendo a ella por tiempos. Pero ah¨ª est¨¢n, una ronda m¨¢s superada y una menos para la final. Porque esto es un Mundial, nunca se sabe qu¨¦ puede pasar. Caprichosa selecci¨®n en la que se me antoja un peque?o sue?o, desafiar a la historia con dos el¨¢sticas rojas en la salida de esa final, puede que esta semana, puede que dentro de dos a?os¡ pero llegar¨¢.
Isabel Mac¨ªas es subcampeona europea de 1.500 en pista cubierta y estuvo en los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres.
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