La leyenda de ¡®Casemarra¡¯
El centrocampista Casemiro, con fama de conflictivo en Brasil, es la gran revelaci¨®n del Real Madrid durante la pretemporada
A Carlos Henrique Casemiro no le gust¨® que se supiera que Luis Fabiano ¡ªLuisfa para el sevillismo¡ª le llamara Casemarra. El muchacho aguantaba con filosof¨ªa porque en el S?o Paulo, su compa?ero, el veterano Luisfa, era mucho Luisfa. Pero el apodo que le retrataba se extendi¨® r¨¢pidamente por las inmediaciones del equipo brasile?o. Esa combinaci¨®n de Casemiro, su apellido, con marrento, el vocablo portugu¨¦s que significa arrogante, marra, defin¨ªa la actitud del centrocampista. ?C¨®mo culparlo? Casemiro, como tantos talentos prematuros que destacaron en el centro del campo de los grandes equipos sudamericanos, como Falcao, como Gerson, como Clodoaldo, siempre fue un atrevido. Un joven que, con 18 a?os, ya se sent¨ªa en condiciones de manejar ¨¦l solo los hilos del viejo S?o Paulo, y que, tres a?os despu¨¦s, parece c¨®modo organizando al Real Madrid.
Carlo Ancelotti se sinti¨® atra¨ªdo por el entusiasmo que desprend¨ªa en los primeros entrenamientos de la pretemporada. El chico hab¨ªa subido del Castilla con cartel de segund¨®n, y permaneci¨® a la sombra de veteranos como Modric o Khedira, y de reci¨¦n llegados con gran aparato, como Illarramendi. Fue suplente frente al Bournemouth y el Olympique de Lyon, en los dos amistosos que abrieron la serie estival. Pero cada vez que tuvo ocasi¨®n se entreg¨® como esos jugadores que sienten que se encuentran en la encrucijada de su vida. Con una mezcla de ambici¨®n y desesperaci¨®n. Tan conmovedor result¨® verle que Ancelotti intuy¨® que ah¨ª pod¨ªa encontrar un fil¨®n.
¡°Lo ced¨ª por miedo a que diera problemas¡±, dijo el presidente del S?o Paulo
Hay jugadores tard¨ªos y jugadores que se ven venir. Casemiro pertenece a la segunda especie. Su mentor, Ney Franco, le llev¨® por todas las categor¨ªas inferiores de la Confederaci¨®n Brasile?a de F¨²tbol. Con gran ¨¦xito. Gan¨® un Sudamericano sub-17, otro Sudamericano sub-20, y un Mundial sub-20. Coincidi¨® con Lucas Moura y con Neymar. Desde juvenil hizo demostraciones continuadas de valent¨ªa, sentido del pase, y esp¨ªritu competitivo. Como medio centro, como interior, y hasta como central. Era una de las perlas de Cotia, sede de la cantera, cuando en 2010, bajo la direcci¨®n de Paulo C¨¦sar Carpegiani, debut¨® en el primer equipo del S?o Paulo. Estaba tierno. Carpegiani no tard¨® en ponerle un r¨®tulo que a un juvenil menos bravo le habr¨ªa desconcertado: ¡°Casemiro no marca a nadie¡±.
Metido en la refriega del campeonato paulista, le costaba encontrar la colocaci¨®n para anticiparse a los atacantes profesionales. Destacaba por la calidad de sus entregas, usaba ambas piernas, casi siempre aclaraba las jugadas, casi nunca pasaba en horizontal. Era un virtuoso. Pero robaba pocos balones. As¨ª es que Carpegiani, pragm¨¢tico, le adelant¨® unos metros para que conectara m¨¢s con los delanteros. El resultado fue tan bueno, que cuando Brasil qued¨® eliminada de la Copa Am¨¦rica de Argentina, en 2011, Tostao encabez¨® una ola de reclamos para refundar la selecci¨®n con la joven figura del S?o Paulo.
El 2012 fue un mal a?o para Casemiro. Lo m¨¢s parecido a una versi¨®n oficial que explicara la causa del estancamiento fue obra del presidente del S?o Paulo, el extravagante Juvenal Juvencio, cuando justific¨® su cesi¨®n al Madrid en enero. ¡°Lo hice porque ten¨ªa miedo de que Casemiro nos diera problemas¡±, dijo. ¡°Cuando un internacional como ¨¦l deja de ser titular surgen problemas. Yo esper¨¦ m¨¢s de ¨¦l, pero ¨¦l no respond¨ªa. Discutimos muy fuerte. Y era mejor cederlo¡±.
Ancelotti se sinti¨® atra¨ªdo por el tes¨®n con que se entrenaba cada d¨ªa
Aterriz¨® en Barajas el 6 de febrero a las seis de la madrugada con el objetivo de incorporarse al Castilla y jugar en Segunda. La decisi¨®n, una degradaci¨®n para alguien que ven¨ªa de disputar 111 encuentros con el S?o Paulo, implic¨® una valent¨ªa inusual. Ram¨®n Mart¨ªnez, responsable de la secci¨®n de f¨²tbol madridista, fue el principal impulsor de la operaci¨®n. El entonces entrenador, Jos¨¦ Mourinho, dio su aprobaci¨®n y lo inscribi¨® en la lista de la Champions. Cuando le hizo debutar en la Liga, contra el Betis, el 20 de abril, en la plantilla del primer equipo circul¨® la versi¨®n de que Mourinho lo favorec¨ªa porque su agente, Jorge Mendes, ten¨ªa una relaci¨®n empresarial con el agente del futbolista, Joseph Lee. Fue la clase de conjetura que agitaba al vestuario del Madrid en esa ¨¦poca. La indignaci¨®n de los veteranos ante un posible trato de favor contrast¨® con la felicidad y la confianza que expres¨® Casemiro al acabar el partido. ¡°Ha sido un sue?o hecho realidad¡±, dijo, meneando su imponente cabeza de peso pesado, ¡°?claro que me gustar¨ªa que me asciendan al primer equipo! ?Para eso he venido a Espa?a!¡±.
La adquisici¨®n de Casemiro cost¨® seis millones de euros al Madrid. Es el ¨²nico fichaje que no ha sido presentado con pompa y circunstancia este a?o. Si de verdad hubo un Casemarra, qued¨® enterrado en alg¨²n lugar entre Valdebebas y San Luis, en Estados Unidos, lugar de su consagraci¨®n como gran revelaci¨®n de la pretemporada.
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