Nadal est¨¢ de caza
Con el t¨ªtulo en la mirilla, el espa?ol deja otro partido impecable contra Dodig (6-4, 6-3 y 6-3) y espera en octavos al ganador del John Isner-Philippe Kohlschreiber
Rafael Nadal es el cazador e Ivan Dodig el lobo. Los dos salen a la pista sabiendo que su encuentro es irremediable, que el croata tiene colmillos y que el espa?ol es quien lleva la escopeta, quien tiene capacidad para seguir las huellas del n¨²mero 38 y quien est¨¢ de caza. Al final de la persecuci¨®n, Dodig cargando contra la red y Nadal buscando una diana, el n¨²mero dos del mundo se impone por 6-4, 6-3 y 6-3 y se cita en los octavos de final contra Philippe Kohlschreiber, que gan¨® a John Isner. Pasa bajo el sol de Nueva York y ocurre sin que sea necesario gastar demasiada p¨®lvora: con la pericia de quien lleva a?os pisando el intrincado bosque de la competici¨®n de alto nivel, Nadal se lleva en el zurr¨®n una pieza que no es menor y que le hab¨ªa ganado el ¨²nico precedente sobre cemento (2011).
¡°Empec¨¦ con mucha intensidad. Perd¨ª contra ¨¦l en Montreal y sab¨ªa lo dif¨ªcil que puede ser Ivan. He jugado mi mejor partido¡±, explic¨® sobre la pista el mallorqu¨ªn. ¡°Tengo que mejorar todo un poco¡ Gracias por hacerme sentir como en casa¡±, le dijo al p¨²blico.
En tres partidos del Abierto de Estados Unidos, tres partidos a cinco sets, sobre cemento, con la m¨¢xima exigencia, Nadal no ha superado nunca las 2h 15m de juego. El reloj est¨¢ congelado
A Dodig le atiende el fisioterapeuta desde el inicio del partido. Le duele el pie izquierdo. Nunca se ahorra una carrera. Este es un tenista de los que viven el juego apasionadamente, de los que no ahorra una gota de sudor, de los que no mira el marcador cuando compite en los grandes escenarios. El n¨²mero 38 es un tenista pint¨®n, vistoso, de saque poderoso y querencia por la red. En la l¨ªnea de fondo se mueve con intensidad, r¨¢pido, el¨¢stico y capacitado para el contraataque. Hoy, en cualquier caso, est¨¢ muy lejos de poder enfrentarse al alto ritmo de Nadal, que juega un torneo propio, individual, por ahora disputado solo contra s¨ª mismo, porque en las primeras rondas no ha habido nadie que le hiciera siquiera unas pocas cosquillas.
Frente al saque de Dodig, una bomba, el mallorqu¨ªn no retrocedi¨®. Acostumbrado a acularse contra la valla para neutralizar a los bombarderos, hoy el mallorqu¨ªn tiene piernas y confianza como para intentar gobernarles ya desde el resto. El n¨²mero dos del mundo supo aprovechar los segundos saques del 38 y volvi¨® a dejar otra demostraci¨®n de su tenis decidido. Depurada cualquier imperfecci¨®n con la derecha, ya hasta tira con el rev¨¦s en busca de completar su arsenal para cuando lleguen empresas mayores.
En tres partidos del Abierto de Estados Unidos, tres partidos a cinco sets, sobre cemento, con la m¨¢xima exigencia, Nadal no ha superado nunca las 2h 15m de juego. El reloj est¨¢ congelado. El vestuario, pendiente de cada uno de sus pasos. Los rivales, por ahora, son asustados cervatillos en manos de un cazador que afina la punter¨ªa para cuando enfrente empiecen a aparecer los leones. Entonces ser¨¢ el momento de saber cu¨¢ntas balas hay en su cartuchera.
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