Sirios ¡®business¡¯
¡°El deporte es como la guerra pero sin disparos¡±. George Orwell
Mientras los grandes estrategas de Occidente se plantean matar con misiles a gente que mata a gente con gas a favor de gente que come corazones, la sabidur¨ªa de las masas apunta a otras cosas. Entienden sin tener que pens¨¢rselo dos veces que Arabia es para los ¨¢rabes, como dec¨ªa T. E. Lawrence (de Arabia), y que Estados Unidos y Europa no tienen por qu¨¦ actuar como si fueran su conciencia moral. Las masas se interesan por cuestiones de m¨¢s f¨¢cil digesti¨®n, entre ellas el ¨²ltimo esc¨¢ndalo de la cantante Miley Cyrus, la curiosa vida privada de Calvin Klein y el conflicto del hormig¨®n en aguas gibraltare?as.
Pero los l¨ªos de Miley, Calvin y el Pe?¨®n son pasajeros. Vienen y, puff, se van. Los temas eternos son dos: los conflictos en tierras santas y el f¨²tbol, pero el que m¨¢s concentra la atenci¨®n de la humanidad, bendito sea Al¨¢, es el f¨²tbol. Hasta en la propia Siria, no lo duden, tanto los partidarios de Assad (el del bigotito cepillo de dientes, como dijo alguien) como los rebeldes de Al Qaeda y compa?¨ªa han estado trasnochando viendo partidos salvajes entre el Barcelona y el Atl¨¦tico de Madrid, debatiendo sobre el primer caf¨¦ las dif¨ªciles cuestiones morales que despierta la saga Bale, pele¨¢ndose (casi) a muerte entre mourinhistas y fan¨¢ticos del jogo bonito.
Todos sabemos que el f¨²tbol es el gran tema de conversaci¨®n mundial, el ¨²nico fen¨®meno que une a sun¨ªes y chi¨ªes, musulmanes y jud¨ªos, hutus y tutsis y ¡ªaunque en menor medida, claro¡ª a catalanes y el resto de los espa?oles. Pero hasta hace muy poco no tuvimos datos cient¨ªficos para medir el grado de fascinaci¨®n que ejerce el deporte sobre la humanidad. Ahora, gracias a un estudio Made in England, s¨ª.
La Football Association mand¨® hacer una encuesta sobre los h¨¢bitos mentales de los futboleros ingleses y los resultados confirman todas nuestras sospechas. M¨¢s de la mitad de los fans revelaron que pensaban en el f¨²tbol cada 60 segundos y dos de cada tres dijeron que ¨¦ste era, efectivamente, su principal tema de conversaci¨®n y el primero del que hablaban al llegar al trabajo los lunes. El 90 por ciento confes¨® que planeaba su agenda alrededor del calendario de liga y que si una boda o una fiesta de cumplea?os entraban en conflicto con un partido importante no iban (a la boda o la fiesta). La mitad reconoci¨® sufrir s¨ªntomas de depresi¨®n durante el par¨®n veraniego pero dijo encontrar consuelo en las historias de los medios sobre traspasos, ficticios o reales, de jugadores.
El tema que m¨¢s concentra la atenci¨®n de la humanidad, bendito sea Al¨¢, es el f¨²tbol m¨¢s que los conflictos en tierra santa
Podemos tener la seguridad de que estas alentadoras conclusiones se replicar¨ªan entre los fieles de Espa?a, Alemania, Argentina, Brasil, M¨¦xico, Jap¨®n, Togo, Tahit¨ª, Malasia, Egipto y Siria, aunque quiz¨¢ los n¨²meros resultar¨ªan ser m¨¢s altos en los pa¨ªses musulmanes ya que no gozan del acceso a las oportunidades alternativas de diversi¨®n tipo Miley Cyrus y Calvin Klein de las que disfrutamos en el libertino mundo occidental.
La expectaci¨®n global, ahora que arranca la temporada europea, es colosal. Las preguntas, infinitas. ?Habr¨¢ una revoluci¨®n, una primavera hispana, y se har¨¢ un reparto m¨¢s equitativo, menos suicida a la larga, del dinero de los derechos de televisi¨®n en la Liga espa?ola? ?Romper¨¢ alg¨²n equipo de la Premier la secuencia inglesa de fracasos en la Champions League? ?Gozaremos del morbo gal¨¢ctico de un choque Chelsea-Real Madrid en esa misma competici¨®n?
Y, la pregunta m¨¢s apremiante de todas, ?resultar¨¢ que el Tata Martino tuvo raz¨®n al declarar que el fichaje multimillonario de Gareth Bale era ¡°una falta de respeto al mundo¡±, pese a que decir eso siendo entrenador del Bar?a es como que un jeque de Catar denunciara la adquisici¨®n de un jet privado por otro de los vecinos Emiratos? ?Acabar¨¢ Bale siendo un crack, una sensata y brillante inversi¨®n, u otro Kak¨¢, calentando banquillo durante a?os hasta terminar sus d¨ªas en la dulce residencia de ancianos tambi¨¦n conocida como el AC Milan?
Estas cuestiones son lo que los ingleses llamar¨ªan el serious business, los asuntos serios, de la vida para la mayor parte la humanidad en el siglo XXI. Y de mucho mayor inter¨¦s ¡ªpara bien o para mal, cada uno que opine lo que quiera¡ª que las locuras fratricidas de unas gentes crueles ancladas en el siglo XIV.
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