El h¨¦roe que lo dio todo por el mar
Sir Peter Blake, que muri¨® defendiendo el medio ambiente, est¨¢ considerado por muchos como el participante m¨¢s importante de la vuelta al mundo a vela
Para muchos, era el m¨¢s experto, el m¨¢s emblem¨¢tico y el mejor de los navegantes que ha pasado por la Vuelta al Mundo a Vela. El neozeland¨¦s Sir Peter Blake, ese capit¨¢n alto, rubio y apacible que manten¨ªa la calma a bordo aunque el mundo se le cayese encima, marc¨® un antes y un despu¨¦s en la competici¨®n. Y dicen quienes le conocieron que, adem¨¢s, era un perfecto caballero. Su muerte de forma violenta, en un barco en el Amazonas, lo convirti¨®, si cabe, en una leyenda a¨²n mayor.
Forjado en peque?as regatas en su Nueva Zelanda natal, como joven promesa de la vela que era a principios de los setenta, estaba llamado a formar parte de una nueva aventura de la que algo hab¨ªa escuchado: se trataba de la primera edici¨®n de la Whitbread World Race, el precedente de la Volvo Ocean Race, que parti¨® en 1973 del puerto de Portsmouth (Reino Unido). Blake hab¨ªa dado el salto a Europa tras deshacerse de una embarcaci¨®n que ¨¦l mismo hab¨ªa construido.
Muri¨® en manos de un grupo de piratas, que abordaron el 'Seamaster' para llevarse solo un motor y relojes
El inicio de su leyenda coincide con el comienzo de la competici¨®n: fue el ganador de la primera etapa de la primera edici¨®n. Eso s¨ª, en la siguiente etapa, que parti¨® del puerto de Sydney, tuvo que abandonar por unos problemas estructurales del barco.
Era un habitual en las primeras ediciones de la Whitbread, a la que siempre llegaba apurado y con unas embarcaciones algo endebles. Durante esos a?os, combinaba su pasi¨®n por el mar, que ten¨ªa desde ni?o, con otros trabajos terrenales: fue empleado en una f¨¢brica e intent¨® obtener la licencia de piloto a¨¦rero.
Pero su destino estaba en el mar. Se sobrepon¨ªa a las adversidades con las que se encontraba en sus barcos en plena competici¨®n y manten¨ªa la misma serenidad tanto si hab¨ªa que rescatar a un compa?ero de tripulaci¨®n como si hab¨ªa que achicar agua de la embarcaci¨®n. Tal fue su tes¨®n que Sir Peter Blake ya estaba listo para dar el siguiente paso: tras a?os de aprendizaje, en la edici¨®n de 1981-1982 ya era capit¨¢n a bordo del Ceramco. Y en 1989-1990 se convert¨ªa en el primer hombre en participar en cinco vueltas al mundo... y en arrasar ganando las seis etapas de la competici¨®n.
Tras su paso triunfador por la primeras ediciones, Peter Blake, ya toda una leyenda en su pa¨ªs, prefiri¨® dedicarse a otros asuntos: ganar otras competiciones en los noventa para su pa¨ªs como la Copa del Am¨¦rica.
Pero, sobre todo, cada vez se fue interesando por otras materias, que poco ten¨ªan que ver con la competici¨®n y por lo que hoy es m¨¢s recordado: consciente de lo que el mar le hab¨ªa dado, luch¨® en los ¨²ltimos a?os por la concienciaci¨®n sobre la protecci¨®n del medio ambiente. Sus actividades filantr¨®picas, su concienciaci¨®n y sus logros en el mar lo hicieron caballero del Imperio Brit¨¢nico en 1995. Pese al t¨ªtulo, era habitual verlo navegar cerca de la Ant¨¢rtida o en el Amazonas con el fin de concienciar a la comunidad internacional sobre la necesidad de conservar los oceanos.
En 1990 se convirti¨® en el primer hombre en participar en cinco vueltas al mundo
Precisamente, su final lleg¨® en medio de una de estas batallas: muri¨® a los 53 a?os de manos de un grupo de piratas en un ataque en plena expedici¨®n en el Amazonas. Era el 5 de diciembre de 2001, en medio de una viaje en el que pretend¨ªa alertar de los perjuicios del cambio clim¨¢tico y la contaminaci¨®n. Estaban anclados en el puerto de Macapa, en el brasile?o delta del Amazonas. Viajaba con una tripulaci¨®n formada por 14 personas, su hija incluida. A las nueve de la tarde de ese d¨ªa, un grupo de seis encapuchados se subi¨® al Seamaster, la embarcaci¨®n que hab¨ªa ordenado construir. A gritos de ¡°dinero, dinero¡±, uno de ellos apunto a la cabeza de un miembro de su tripulacion. Blake vio lo que pasaba y, alertado, sali¨® a borda con un rifle en la mano. Dispar¨® en la mano de un agresor. Otro de ellos lo dispar¨® por la espalda y lo mat¨®, solo para robar un motor y unos relojes.
Convertido en una instituci¨®n, miles de neozelandeses acudieron a su funeral en Auckland, aunque sus restos reposen en una localidad costera al sur de Inglaterra. All¨ª acud¨ªa a preparar sus expediciones y a poner a punto sus embarcaciones. Y all¨ª acuden hoy los seguidores neocelandeses, para rendir culto a todo un h¨¦roe nacional.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.