El Atl¨¦tico vive en plenitud

El Atl¨¦tico vive en estado de plenitud. Marca en la primera pelota clara, le sale la estrategia con una frecuencia que asusta a sus contrarios, rota su entrenador con la Liga de Campeones a la vista, gana y hasta tira de tac¨®n para golear. Cuenta el equipo de Simeone en lo que va de Liga sus partidos por victorias, cuya gestaci¨®n no tienen por qu¨¦ estar directamente relacionadas con lo que produce ofensivamente en determinados momentos. Siempre vive agarrado a la colocaci¨®n y a la anticipaci¨®n como primera premisa y despu¨¦s tramita el juego como puede, como le dejan o como le sale.

No hab¨ªa nada en el primer cuarto de hora m¨¢s que las buenas intenciones del Almer¨ªa de salir jugando desde atr¨¢s y el empe?o del Atl¨¦tico de no pon¨¦rselo f¨¢cil. En medio de esa indefinici¨®n que apuntaba a partido duro de digerir, un centro de Juanfran lo despej¨® hacia atr¨¢s Pellerano. La pelota le cay¨® a Villa, sin marca, con la espera paciente del ratonero cazagoles... y ?pum! Un zurdazo seco y cruzado. Se est¨¢ caracterizando Villa en estos sus primeros partidos por acciones tan selectivas como definitivas. Aparece poco, pero con detalles resolutivos. Suya fue la pared con Filipe Luis que propici¨® el penalti de Pellerano, que fue al bulto. No fue Villa, especialista consumado, el que ejecut¨® el lanzamiento. Fue Diego Costa, en una decisi¨®n que le ratifica todos los galones que ha conquistado como referente an¨ªmico y futbol¨ªstico del equipo. Un partido m¨¢s, sus carreras al espacio supusieron la arteria por la que discurri¨® el juego ofensivo del Atl¨¦tico. Antes de marcar el penalti ya hab¨ªa protagonizado una con recorte final sobre Trujillo, al que sent¨® antes de incrustar la pelota contra Esteban. Tuvo tanta finura Costa para sentar al central como le falt¨® para superar la salida del guardameta.

A la media hora, el Atl¨¦tico no echaba de menos ni a Arda ni a Mario Su¨¢rez, en el banquillo por la visita del Zenit el mi¨¦rcoles. El trabajo de Koke y Gabi, las proyecciones de Filipe Luis y Juanfran y la salida limpia de Tiago le bastaban al Atl¨¦tico para domar al Almer¨ªa, que tuvo en Suso a su futbolista m¨¢s rebelde ante la derrota. Primero en la derecha y despu¨¦s en la izquierda, gote¨® la suficiente clase para predecir que el Almer¨ªa va a depender mucho de sus pases interiores, de sus recortes y de la naturalidad con la que convierte los ca?os en rutina.

Tampoco jug¨® Miranda, con fiebre. Su lugar lo ocup¨® el uruguayo Gim¨¦nez, que a sus 20 a?os tiene una planta que impacta. Ven¨ªa de secar a Falcao en encuentro internacional y su partido estaba siendo m¨¢s que correcto en las anticipaciones por arriba y por abajo, en la colocaci¨®n y hasta en el inicio del juego, hasta que pifi¨® en un despeje que supuso que el Almer¨ªa se metiera en el partido con el oportuno gol de Rodri, que sale a gol por jornada.

No se destempl¨® el Atl¨¦tico con el tanto. Sigui¨® a lo suyo y sali¨® a resolver r¨¢pido en el segundo tiempo. Avis¨® Koke con un derechazo al larguero con aires de centrocampista alem¨¢n. Despu¨¦s fue Ra¨²l Garc¨ªa, con una buena maniobra de control y giro que cerr¨® con un disparo cruzado que se escap¨® por poco. Fue Tiago el que ya aplast¨® el choque en una jugada de estrategia que le debe explicar a Francisco, el joven t¨¦cnico del Almer¨ªa, por qu¨¦ su propuesta atrevida no se ve correspondida con mejores resultados. Su equipo flaquea en su ¨¢rea, donde las concesiones que ha hecho en lo que va de curso le han costado ya media docena de puntos. Sac¨® Gabi una falta r¨¢pida por abajo y Tiago se gir¨® y tir¨® una especie de penalti sin que un defensa del Almer¨ªa llegara incordiarle.

Con dos goles de ventaja, Simeone sent¨® a Villa, a Koke y a Ra¨²l Garc¨ªa. Los tres se fueron con las gradas puestas en pie, que as¨ª tambi¨¦n recibieron a Arda, ?liver y Adri¨¢n. La primera pelota que toc¨® Arda fue un taconazo que desvencij¨® todo el costado izquierdo del Almer¨ªa. La jugada la culmin¨® Koke de tac¨®n. En ese estado de plenitud que vive el Atl¨¦tico, sus centrocampistas est¨¢n siendo tan determinantes con el gol como sus delanteros.