Kempes regresa a casa
Tres d¨¦cadas despu¨¦s de jugar su ¨²ltimo partido oficial con el Valencia, El Matador vuelve como nuevo embajador por el mundo
Acudir a Mestalla en d¨ªa de partido evoca a tiempos pasados. Cientos de aficionados de mayor o menor edad tienen como denominador com¨²n el mismo atuendo: la camiseta de la senyera, actual o retro, con el n¨²mero diez y el nombre de Kempes o su apodo, El Matador, serigrafiado en la espalda. Tres d¨¦cadas despu¨¦s de jugar su ¨²ltimo partido oficial con el Valencia, Mario Alberto Kempes, regresa al club ch¨¦, a su casa, como nuevo embajador del Valencia por el mundo y su representante institucional. ¡°Ser embajador del club es oficializar algo que ya hac¨ªa, llevar al Valencia en mi coraz¨®n¡±, declar¨® Kempes feliz con su nuevo cargo.
Amadeo Salvo y su consejo directivo tienen demasiados retos entre manos. El principal, salvar de la bancarrota al Valencia (Bankia est¨¢ dispuesta a vender el club al mejor postor si el aval del Instituto Valenciano de Finanzas se confirma como nulo por el Tribunal Superior de Justicia valenciano), terminar el nuevo estadio y recuperar y promocionar el valencianismo por el mundo. Y nada mejor que recurrir al ba¨²l de los recuerdos, uno de los m¨¢ximos iconos en la historia del Valencia para que le represente.
A pesar de llegar a ser el mejor equipo del mundo en el inicio del nuevo milenio, tras conquistar dos Ligas una copa de la UEFA y una Supercopa de Europa, recordar una ¨¦poca feliz del Valencia es rememorar a la segunda mitad de la d¨¦cada de los setenta del siglo pasado. A mediados 1976, la llegada a la capital del Turia de un delantero argentino de larga melena y poderosa zurda, procedente del Rosario Central, a pesar de haber anotado 97 goles en 127 partidos con los canallas, no despert¨® gran entusiasmo en el club de Mestalla, que pag¨® 30 millones de las antiguas pesetas por su pase.
Estuvo ocho temporadas en Mestalla, tras un breve par¨¦ntesis de un curso por el River Plate, y dej¨® el Valencia en 1985
Sus grandes referencias quedaron pronto plasmadas y en su primera temporada de blanco, 1976-1977 (por aquel entonces no figuraba el pantal¨®n negro en la indumentaria che), se proclam¨® m¨¢ximo goleador de la Liga espa?ola con 24 goles. Repiti¨® pichichi la temporada siguiente anotando 28 tantos. Y culmin¨® el curso proclam¨¢ndose campe¨®n del mundo con la Argentina anfitriona siendo adem¨¢s el m¨¢ximo goleador del Mundial y anotando dos goles en la final ante Holanda. En 1979 consigui¨® con el Valencia la Copa del Rey ante el Madrid anotando los dos goles de la final. La celebraci¨®n de estos, con su carrera euf¨®rica y los brazos abiertos, perduran grabados en la memoria del valencianismo. El a?o posterior Kempes complet¨® su palmar¨¦s logrando la Recopa y la Supercopa de Europa para el Valencia.
Kempes estuvo ocho temporadas en Mestalla, tras un breve par¨¦ntesis de un curso por el River Plate argentino, y dej¨® el Valencia en 1985. Ninguneado por los dirigentes del Valencia durante tres d¨¦cadas (salvo unos meses en la temporada 1993-94, en la que fue segundo entrenador con H¨¦ctor N¨²?ez en el banquillo), Kempes, cuya trayectoria profesional tras retirarse como futbolista no pas¨® de dirigir a equipos menores de campeonatos ex¨®ticos y de ejercer de comentarista deportivo, siempre presente en la memoria del valencianismo, regresa a Mestalla.
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