Otro suspenso en definici¨®n

Como ocurri¨® ante Eslovenia, Espa?a suspendi¨® la vital asignatura de resolver un encuentro igualado jugando un ¨²ltimo cuarto muy deficiente, sobre todo en tareas defensivas. Frente a los anfitriones encaj¨® 26 puntos en esos decisivos diez ¨²ltimos minutos y ante los siempre competitivos griegos 27. En el baloncesto actual, dos monta?as de puntos. Y esto es pecado mortal, sobre todo cuando la carretera se empina seg¨²n va avanzando el campeonato. Estos desplomes defensivos de la estad¨ªsticamente mejor defensa del campeonato pueden explicarse en parte por cuestiones energ¨¦ticas.

Para ser competitiva contra equipos de enjundia, Espa?a necesita mostrar una enorme movilidad y agresividad que puede terminar pasando factura a un equipo al que no le sobra f¨ªsico, sino m¨¢s bien lo contrario. Esta circunstancia se agrava para algunos jugadores. En los partidos mayores tiene una rotaci¨®n excesivamente corta en lo que se refiere a sus dos hombres m¨¢s importantes, Marc y Rudy. Ambos jugaron un gran partido, pero en los ¨²ltimos minutos no tuvieron incidencia, lo que puede apuntar a que llegan al final con la gasolina algo justa.

En el caso de Marc y visto el desaguisado que se form¨® cuando tuvo que abandonar la cancha con la tercera falta en el primer cuarto (la decisi¨®n, aparentemente consensuada por jugador y entrenador, de mantenerle en pista al cometer la segunda, termin¨® siendo un riesgo que pas¨® factura) hizo recomendable no sacarle del partido casi ni un solo instante durante toda la segunda parte. Entre mandobles que le daban, con especial cari?o Kavvadas, y el l¨®gico desgaste por tanto minuto seguido, llegado el momento cumbre, no pudo marcar diferencias. Con Rudy pas¨® algo parecido, sus cortas ausencias pesaron mucho, agravadas porque ninguno de los cuatro bases estuvo fino, lo que le oblig¨® a un esfuerzo extra para mantener al equipo a flote.

Entre mandobles que le daban y el l¨®gico desgaste por tanto minuto seguido, llegado el momento cumbre, Marc no pudo marcar diferencias

Tampoco en lo relacionado puramente con el juego Espa?a estuvo a la altura en esos decisivos minutos. La toma de decisiones no fue la correcta en unas cuantas ocasiones, se perdieron demasiados balones, la jerarqu¨ªa, cuando a Marc no le dejan ni respirar no parece clara y los problemas defensivos terminaron sembrando la imprecisi¨®n ofensiva. O igual fue al contrario. El caso es que el ¨²ltimo cuarto, que comenzamos con ventaja, se convirti¨® en un cruce de caminos. El equipo espa?ol, cada vez m¨¢s nervioso e impreciso, echando de menos la consistencia que le hab¨ªa dado Claver y sufriendo el desacierto de sus tiradores. El griego, siempre dirigido por el maestro Spanoulis aunque terminasen la faena secundarios como Bramos o Kaimakoglou, creci¨¦ndose y sabiendo en todo momento el qu¨¦ y el c¨®mo.

M¨¢s all¨¢ de los efectos en la clasificaci¨®n, que sin duda la complica, lo peor fue comprobar que en las dos ocasiones donde el equipo espa?ol ha tenido que afrontar un partido al filo de la navaja, en ambas ha terminado frustrado. Por eso la mayor tarea que tienen entre manos los t¨¦cnicos de la selecci¨®n es analizar los motivos para que por segunda vez al equipo se le hayan fundido los plomos en el momento m¨¢s inoportuno y cuando no hay arreglo posterior. De ello depende lo que nos pueda deparar el futuro en este Europeo.