Factor C
La Espa?a baloncest¨ªstica de la ¨²ltima y esplendorosa d¨¦cada se ha articulado alrededor de una espina dorsal formada por un base con galones, Calder¨®n, un alero dinamitero, Navarro, y un p¨ªvot gal¨¢ctico llamado Pau Gasol. A partir de esta base estructural que cubr¨ªa juego y liderazgo, la selecci¨®n espa?ola ha vivido una ¨¦poca esplendorosa. Por razones ya conocidas, en este curso de los tres s¨®lo se ha personado Calder¨®n, y la l¨®gica le otorga un papel protagonista mayor si cabe al de otras ocasiones, al que Calde est¨¢ respondiendo.
En un partido dif¨ªcil, no ya por la val¨ªa del rival, sino por lo vivido 48 horas antes, Calder¨®n tir¨® de galones y bajo su mandato, incidencia y acierto, el equipo espa?ol se rearm¨®. Las necesidades del equipo exigen al base extreme?o una doble funci¨®n. Sin dejar de dirigir, tiene que anotar, sin perder de vista las tareas de intendencia, debe tener la canasta entre ceja y ceja. Echando un vistazo a su estad¨ªstica, 23 puntos y cinco asistencias, parece que tuvo tiempo para todo. Viendo los tiempos en los que altern¨® ambas responsabilidades, el calificativo de su actuaci¨®n no puede ser otro que el de la excelencia, lo que sin duda es una gran noticia por el impacto y ascendencia que tiene en el grupo.
Con Calde enchufad¨ªsimo, Espa?a se vino arriba lo suficiente para pasar una tarde bastante relajada a partir de que Koponen dej¨® de meterlas todas, lo que dur¨® algo menos de 10 minutos. La vigilancia a la que le fueron sometiendo los hombres exteriores (especial menci¨®n al siempre eficaz San Emeterio) terminaron difumin¨¢ndole, lo que fue determinante para que Finlandia, a la que el torneo se le est¨¢ haciendo un poco largo despu¨¦s de sus proezas en la primera fase, no inquietase en demas¨ªa. La cosa pintaba tan bien que hasta permiti¨® a Orenga experimentar un poco dando m¨¢s minutos de los habituales a Germ¨¢n Gabriel, Mumbr¨², Xabi Rey o San Emeterio, mientras resguardaba a Marc o Rudy.
Las necesidades del equipo exigen al base extreme?o una doble funci¨®n. Sin dejar de dirigir, tiene que anotar
Calder¨®n no fue la ¨²nica C sobre la que se dirigi¨® el foco de atenci¨®n. Confirmando su buena actuaci¨®n ante Grecia, a la que la derrota quit¨® lustre, parece ser que podr¨ªamos estar ante el definitivo paso hacia delante de V¨ªctor Claver. Tanto condicional est¨¢ basado en la excesiva espera y m¨¢s de una decepci¨®n que hemos vivido desde que hace unos cuantos a?os, Claver se postul¨® como un posible hombre importante para el futuro. De sus capacidades baloncest¨ªsticas no hay ninguna duda. Tiene un f¨ªsico ideal, buena mano, puede saltar, correr, defender y rebotear. El sitio de tres alto o cuatro bajo, tan importante en el baloncesto actual y del que tenemos tan pocos representantes, parec¨ªa aguardarle.
Pero por unas cosas o por otras, muchas relacionadas con un car¨¢cter excesivamente templado para la extrema competici¨®n, no terminaba de cuajar. Por fin estamos viendo la versi¨®n de Claver tan demandada. Agresivo para atacar la canasta, muy activo en defensa y corri¨¦ndole la sangre por las venas. De confirmarse esta impresi¨®n, el alegr¨®n tiene que ser obligado. Por el jugador y por el salto de solidez que puede dar al equipo. Con Claver activo y atento, aprovech¨¢ndose de la extrema vigilancia que todos ejercen sobre Marc, reboteando con solvencia, sum¨¢ndose a las correr¨ªas de los peque?os y sacando r¨¦dito a un cuerpo que a¨²na altura y velocidad, Espa?a gana mucho. Equilibrio, estabilidad, fuerza y revoluciones. Despu¨¦s de tanto an¨¢lisis donde no ha estado presente, ?y si la clave se llama Claver?
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