Gatos con guantes en Anoeta
La Real y el M¨¢laga, dos equipos que no son lo que fueron el curso pasado, no encuentran el callej¨®n del gol
Ni la Real ni el M¨¢laga son lo que hace poco fueron. Lo del M¨¢laga tiene explicaci¨®n: est¨¢ en obras, tras desarmar el equipo y reconstruirlo con materiales de menor calidad. Lo de la Real es m¨¢s misterioso: cansancio a estas alturas ser¨ªa una excusa peligrosa. Pero el equipo de Arrasate muestra una oscuridad preocupante, no inquietante, cuando todo acaba de comenzar. Vela no ha despegado y sin Vela la Real corre por la pista pero no vuela. Griezmann, el otro pu?al, est¨¢ cuidado para que sea resolutorio en los momentos se?alados. Y en ese vaiv¨¦n, a la Real se la lleva el viento a poco que el rival le apriete las tuercas. Y como ni uno no otro son lo que fueron, el resultado se qued¨® en nada y el partido en poco, muy poco.
Lo que antes era claridad, ahora es nebulosa, un f¨²tbol opaco, est¨¢tico en busca del arabesco o de un instante de inspiraci¨®n, m¨¢s que la b¨²squeda de oportunidades de negocio en el ¨¢rea rival. La Real dedic¨® la primera mitad a jugar, plano, despacio y al pie. Moverse parec¨ªa una cobard¨ªa en la que solo parec¨ªa caer Chory Castro, de forma tan obtusa como voluntariosa. El resto eran estatuas que se mov¨ªan con ruedas de cemento. Lo peor para la Real, en cualquier caso, era el cemento en los ojos. Atrapado en el centro del campo, Rub¨¦n Pardo no pod¨ªa con el partido.
REAL SOCIEDAD, 0; M?LAGA, 0
Real Sociedad: Bravo; Carlos Mart¨ªnez, Mikel, I?igo Mart¨ªnez, Jos¨¦ Angel; Bergara, Rub¨¦n Pardo (Zurutuza, min. 65), Xabi Prieto; Vela, Castro (Griezmann, min. 65) y Agirretxe (Seferovic, min. 75).
M¨¢laga: Caballero; Jes¨²s G¨¢mez, Sergio S¨¢nchez, Angeleri, Antunes; Tissone; Duda, Sergi Darder, Portillo (Camacho, min. 83), Eliseu (Morales, min 54) y El Hamdaoui (Santa Cruz, min. 65).
?rbitro: Teixeira Vitienes. (Cantabria). Amonest¨® a I?igo Mart¨ªnez, Pardo, Xabi Prieto, Sergio S¨¢nchez y Angeleri.
25.265 espectadores en Anoeta.
El M¨¢laga tras sus ventas al por mayor, se ha quedado sin ¨¢ngel. Ahora es un equipo industrial en el que lo importante es que la cadena de producci¨®n nunca se pare. No de producci¨®n de ocasiones, sino de trabajo, orden y sudor. Por eso, la figura se antoja Tissone, un futbolista con tenazas en las botas, pero re?ido con el arte.
Por eso el partido hac¨ªa honor al sopor de las sobremesas. Que si un remate de Mikel Gonz¨¢lez violento pero sin ¨¢ngulo, que si un tiro de Portillo que Bravo casi agradeci¨® para superar la modorra, que si un gol con el pu?o de ??igo Mart¨ªnez que no fue la mano de Dios sino tarjeta amarilla. Y Vela apagado, consumido, errando controles que otrora los hiciera con los ojos cerrados, ausente.
A gol, lo que se dice a gol, solo oli¨® al comienzo de la segunda mitad, cuando Agirretxe encar¨® a Caballero pero su disparo hizo honor al partido y se fue fuera. Era el fogonazo que la Real buscaba a oscuras. El M¨¢laga tuvo m¨¢s ambici¨®n (por llamarlo de alguna manera) en la segunda mitad. Solo dio un paso adelante, sin desnudar la retaguardia, y, con la entrada de Santa Cruz, en lugar de un invisible (pese a su tama?o) El Hamdaoui, asom¨® varios mordiscos de peligro. De hecho dominaba el partido ya no solo a lo ancho, sino a lo largo. Por detr¨¢s de Santa Cruz hab¨ªa m¨¢s ambici¨®n que por detr¨¢s de El Hambdaoui. Primero casi sin querer y luego queriendo, el M¨¢laga se adue?¨® del partido con la Real metida en una confusi¨®n absoluta incluso tras la entrada de Zurutuza, Griezmann y Seferovic.
Pero era un duelo de gatos persas, a veces elegante, pero siempre suave. Faltaba el gato callejero que encontrar el callej¨®n del gol, all¨ª en la oscuridad. Anduvo m¨¢s cerca el M¨¢laga de degustar la raspa del gol, con Morales y Santa Cruz, que la Real, que enga?¨® el hambre con los destellos de Griezmann, un gato solitario en un callej¨®n sin salida. Y as¨ª acab¨® el partido: con la raspa de la sardina intacta, despu¨¦s de tanto correr sin encontrarla.
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