Martin, rey de los vatios

Dec¨ªa Brad Wiggins, el sir ingl¨¦s y campe¨®n ol¨ªmpico, que lo que m¨¢s le gusta de las contrarrelojes es que no se puede controlar lo que van a hacer los otros ciclistas ni ellos tampoco lo que va a hacer ¨¦l. ¡°Es simplemente uno contra su bicicleta¡±, declaraba en L¡¯?quipe el primer ingl¨¦s que ha ganado el Tour, un hombre hecho campe¨®n en la pista, en el esfuerzo solitario de la persecuci¨®n. ¡°Y eso me encanta¡±. Quiz¨¢s no muchos aficionados disfruten tanto viendo una contrarreloj como Wiggins disput¨¢ndolas, pero, pocos disentir¨¢n de ¨¦l seguramente despu¨¦s de, por ejemplo, contemplar la lucha cerrada de ayer por la tarde en las largas rectas toscanas (58 kil¨®metros entre Montecatini Termini y Florencia y sus maravillas renacentistas), entre Wiggins y Fabian Cancellara y Tony Martin, quiz¨¢s los tres mejores contrarrelojistas del siglo XXI.

Hace falta tambi¨¦n capacidad de sufrimiento, o lo que se llama clase

Aparentemente todo es tan sencillo en las contrarrelojes, y m¨¢s en una de pura potencia como la del Mundial toscano, como proclama Wiggins: un hombre, su m¨¢quina y la carretera. Y seguramente, viendo a verdaderos brutos de enormes cuerpos y trazas, y de escaso estilo, como el sueco Larsson, destrozar los pedales y la est¨¦tica y machacar el cron¨®metro, muchos pensar¨¢n que ni siquiera es necesario saber andar bien en bicicleta para ser un especialista en la materia. Sin embargo, observando la clasificaci¨®n final, la victoria esperada de Tony Martin (la tercera consecutiva del alem¨¢n, el rey de la d¨¦cada) con claridad sobre sir Wiggins y el tercer puesto, por solo 2s, de Cancellara, habr¨¢ que convenir que hace falta algo m¨¢s, que para rodar durante m¨¢s de una hora a 53 kil¨®metros por hora de media hace falta algo m¨¢s que fuerza bruta, aunque el estilo, la clave en los tiempos de Anquetil, sea ahora secundario, pues las nuevas tecnolog¨ªas, los manillares extensibles, suplen el efecto de la joroba, la marca anta?o de los m¨¢s grandes.

No hacen falta solamente vatios en estado puro, aunque seguramente a bruto y a vatios no gane nadie a Martin, el ¨²nico capaz de mover en su Specialized calzada con cubiertas (es el ¨²nico que no usa tubulares) un plato de 58 dientes, casi una paella por su tama?o desmesurado, que combinada con pi?¨®n de 11 dientes genera un avance de m¨¢s de 12 metros por cada pedalada. Hace falta sobre todo capacidad de sufrimiento y conocimiento de uno mismo, o lo que se llama clase. Dec¨ªa el mismo Wiggins, felizmente revivido psicol¨®gica y f¨ªsicamente para la alta competici¨®n tras el desastre del Giro y su ausencia del Tour, que para preparar el Mundial hab¨ªa entrenado primordialmente la resistencia al dolor durante 65 minutos, el tiempo que ¨¦l calculaba que durar¨ªa la prueba, pero, evidentemente, ese concepto, el del sufrimiento, el de generar capacidad de pedalear al m¨¢ximo durante largo tiempo sin mover un mil¨ªmetro la posici¨®n del cuerpo sobre el sill¨ªn, la perfecci¨®n aerodin¨¢mica, la que m¨¢s duele, no le es extra?o a Martin, quien lo repite una y otra vez, aburridamente, con sus entrenamientos con la cabra alrededor del lago Constanza, cuando cubre el sill¨ªn de la bici con papel de lija que se agarra al culotte para impedir el menor movimiento del culo, y que en la ¨²ltima Vuelta fue capaz de mantener el esfuerzo durante casi cuatro horas con una fuga solitaria y espl¨¦ndida de m¨¢s de 170 kil¨®metros.

Luis Le¨®n S¨¢nchez, 35? y Castroviejo, 14? estuvieron invisibles

A su fuerza y a su clase, Martin le ha unido la elecci¨®n de la especializaci¨®n exclusiva en la contrarreloj, la renuncia a so?ar con ganar alg¨²n a?o el Tour o una gran cl¨¢sica, lo que le hace pr¨¢cticamente imbatible y le distingue de sus rivales de ayer, del Wiggins ganador del Tour y del Cancellara que es igual de grande en las contrarrelojes (cuatro t¨ªtulos mundiales y uno ol¨ªmpico) que en las cl¨¢sicas, con sus victorias en Flandes, Roubaix y San Remo.

El domingo, en la prueba en l¨ªnea, habr¨¢ que contar con Cancellara, dicen los que est¨¢n en Florencia. Frente a ¨¦l, como trabajadores de la selecci¨®n espa?ola de M¨ªnguez al servicio de Valverde, estar¨¢n Luis Le¨®n S¨¢nchez y Jonathan Castroviejo, ayer invisibles. El murciano termin¨® 35?, a m¨¢s de 5m de Martin, y el vizca¨ªno, 14?, a 3m 13s.