Coro no entiende de sentimentalismos

Corominas no entiende de sentimentalismos porque as¨ª le obligaron, desterrado de su casa cuando le tildaron de revulsivo y nada m¨¢s. De poco le vali¨® ser el h¨¦roe del club en 2006 ¨C¡°no podemos valorarle siempre por un gol¡±, siseaba entonces la direcci¨®n deportiva blanquiazul- con un gol sobre la bocina que salv¨® al equipo de la categor¨ªa. Debi¨® labrarse un nombre en Segunda y ahora se subraya con el Elche, guindilla de dif¨ªcil digesti¨®n, aguij¨®n de su Espanyol con dos dianas. Pero a la punter¨ªa de Coro se sum¨® la absoluta ineptitud del equipo blanquiazul, que no dio pie con bola, de ambiciones p¨¢vidas y fogosidad desbravada, todo un espantap¨¢jaros ante la jugosa propuesta del Elche, que no le hace ascos a la pelota y convive con el descaro, feliz por ser protagonista con el cuero entre los pies. Toda una quimera para este Espanyol, voraz y entonado al principio del curso, desfigurado a la que se le reclama iniciativa y una sola alternativa a la bravura y al empuje, m¨¢s all¨¢ de las jugadas de estrategia.

Present¨® Aguirre una modificaci¨®n en su once, retirado del campo Pizzi porque est¨¢ lejos de la versi¨®n ofrecida con el D¨¦por y porque entendi¨® que con Abraham, como ya hiciera frente al Granada, reforzar¨ªa el m¨²sculo y el trabajo. Pero rest¨® la ¨²nica gota de imaginaci¨®n a un equipo ya de por s¨ª prosaico, con De la Pe?a y Verd¨² en el santoral de los rom¨¢nticos blanquiazules, esos que prefieren el pase al choque, el toque a las segundas jugadas. Es, sin embargo, el librillo de Aguirre, que descifra el f¨²tbol como un juego de balones largos y contragolpes, poca asociaci¨®n y escasa fantas¨ªa. Quiz¨¢, acorde a su personalidad franca y directa, probablemente mal jugador de p¨®ker, El Vasco elige un juego sin enga?os, directo y basado en las segundas opciones. Le alcanza en ocasiones con la brega de Stuani, la garra generalizada y la punter¨ªa de Sergio Garc¨ªa. Pero frente al Elche, sin un aspersor que le surtiera de balones, el ¡®9¡¯ volvi¨® a ser Don Quijote, uno contra molinos de viento. Pura impotencia.

M¨¢s compacto y armonioso se expres¨® el Elche, que mantuvo la l¨ªnea de presi¨®n alta y que desdibuj¨® al rival con las sucesivas permutaciones de los trescuartistas, con la habilidad de Carles Gil, la velocidad de Fidel y la persistencia de Manu del Moral. Todo un caramelo para Corominas, que primero advirti¨® con un remate de cabeza y se marc¨® una galopada desgastada a ¨²ltima hora. Pero a la tercera, tras un saque de banda, se cobr¨® la posici¨®n con el cuerpo y le sac¨® los colores a Ra¨²l Rodr¨ªguez, parche a falta del lesionado H¨¦ctor Moreno. Carrera, vista al frente y golpeo certero ante la salida de Casilla. Gol con festejo, resultado de la felicidad y con premio extra, toda vez que sumaba 50 duelos con el equipo ilicitano y, por consiguiente, un nuevo contrato para el pr¨®ximo curso.

Alertado anta tanta precariedad, se corrigi¨® Aguirre y por extensi¨®n el Espanyol, con Pizzi y Thievy en el segundo acto, con vida y pu?eter¨ªa en campo ajeno, un plan b a lo arcaico. Poco le cost¨® coger el hilo al partido al equipo blanquiazul, por m¨¢s que no se tuvieran noticias de Sim?o y, extra?amente, V¨ªctor S¨¢nchez se mostrara torpe en la fabricaci¨®n, expulsado al final. Pero Pizzi se subray¨® en el f¨²tbol de entrel¨ªneas y Thievy tiene chispa, adem¨¢s de gol. Bast¨® una jugada trenzada entre Sim?o y Sergio Garc¨ªa, una llegada de Thievy para completar el tanto. Era el momento del Espanyol, que no finaliz¨® otro remate de Sergio Garc¨ªa y se acord¨® de las jugadas a bal¨®n parado malogradas por Stuani y David L¨®pez. Un desatino may¨²sculo porque Coro no perdona.

Fue Carles Gil, jugador con una pinta estupenda porque a¨²na velocidad, quiebro y toque, el que se fabric¨® una jugada por la banda de a¨²pa hasta que puso el bal¨®n al ¨¢rea, al coto privado de Coro. Control, chut y gol, algarab¨ªa total. O casi, porque en un salto, Coro cay¨® mal y se fue en camilla del campo, con la mano en la rodilla y el gesto torcido. Fue solo un susto. El partido, los dos goles y la victoria no se las quitar¨¢ nadie. Y menos el Espanyol, que acumula tres derrotas seguidas.