La ¨¦pica de Cristiano

Se quit¨® la camisa y exhibi¨® la musculatura del incre¨ªble Hulk. Marc¨® Cristiano Ronaldo en el minuto 93, unos segundos antes del final. A este Madrid sin un juego apreciable le va la ¨¦pica de las remontadas. Como si fuera parte de su piel, de su tradici¨®n de tantos a?os. No reacciona a menos que le pinchen. Lo hizo un excelente Levante a trav¨¦s de goles en contra: El Zhar daba la victoria con el suyo a los granota en el 85. Vibraba el Ciutat de Val¨¨ncia con el esfuerzo glorioso de sus chicos hasta que el mazo de Morata y de Cristiano sumi¨® al estadio en la incredulidad. El triunfo blanco no maquilla las enormes carencias madridistas, entre ellas su falta de fluidez en la medular, pero s¨ª advierte de que este equipo es mucho m¨¢s con Marcelo y Morata dentro, protagonistas indiscutibles del ¨²ltimo tramo.

A partir de la rigidez de Khedira como eje, el Madrid se despleg¨® en el primer tiempo con la lentitud de un dinosaurio, facilitando el repliegue intensivo del Levante, feliz de guarecerse en torno a Keylor Navas. Sin un mediocentro para gobernar el choque ni laterales que patearan la l¨ªnea de fondo (sorprendente la suplencia de Marcelo), el cuadro de Ancelotti tard¨® tanto en arrancar que se march¨® al descanso con la sensaci¨®n de no haber jugado. El lenguaje corporal de Cristiano Ronaldo delataba la irritaci¨®n de los delanteros blancos, desconectados del partido. El primer tiro a puerta lleg¨® en el minuto 29, de una falta de Cristiano desde unos 35 metros. CR7, el futbolista mejor pagado del planeta, acab¨® desquiciado el primer periodo, persiguiendo sombras cuando los zagueros granota se pasaban la pelota. Tan solo alguna avanzadilla por el extremo derecho de Di Mar¨ªa, al filo del descanso, caus¨® desaz¨®n en la grada levantinista. Un s¨ªntoma peligroso se cierne sobre Benzema: la fobia al ¨¢rea contraria. Huye de ella y se siente m¨¢s c¨®modo cuanto m¨¢s se aleja, acomodado en el toque en la zona de tres cuartos.

El Ciutat de Val¨¨ncia despidi¨® puesto en pie a sus muchachos al final del primer periodo. Los chicos de Caparr¨®s jugaron sin ning¨²n complejo, como si la distancia entre ellos y los madridistas fuera recuperable con ilusi¨®n. Tambi¨¦n algunas dosis de calidad por parte de Rub¨¦n e Ivanschitz para entretener la pelota. Y lanzar a Baba, el t¨ªpico delantero potente que acaba cuajando en un equipo tan habituado a jugar en largo como el Levante. Hubo tajo para un fin¨ªsimo Varane, titular para Ancelotti a poco de haberse recuperado de la rotura de menisco, relegando a la suplencia a Pepe. Y tambi¨¦n para Diego L¨®pez, que repeli¨®, a mano cambiada, un trallazo de Baba, en una preciosidad t¨¦cnica por parte del portero gallego. Ancelotti no reaccion¨® en el descanso. Ni un solo cambio, como si pudiera estar satisfecho de un rendimiento tan escu¨¢lido. El Levante arranc¨® la segunda parte con la misma sensaci¨®n de superioridad con que la termin¨®. Marcelo ya estaba calentado en la banda. Ramos y Varane achicaban agua. Benzema se esforzaba por defender. Solo Ronaldo, con un disparo raso al palo, trat¨® de combatir el desastre.

Un desmarque, a veces, vale un imperio. Como el del peque?o Rub¨¦n en la contra demoledora del Levante. Modric lleg¨® tarde a cerrar el arranque de la jugada. Xumetra condujo y ote¨® el horizonte: dos delanteros (Rub¨¦n y Baba) contra dos defensas (Ramos y Varane). El interior meti¨® el pase a Baba justo despu¨¦s de la maniobra de despiste de Rub¨¦n. Dud¨® Varane y descuid¨® a Baba, que remat¨® a placer.

Ante el abismo, Ancelotti dio paso a Marcelo y este le inyect¨® al Madrid la ambici¨®n que le hab¨ªa faltado hasta entonces. El esp¨ªritu de Sergio Ramos apareci¨® al segundo palo, se zamp¨® a Xumetra y remat¨® de volea un centro de c¨®rner de Di Mar¨ªa. El Madrid estaba desatado y Benzema, sin querer, par¨® con el cuerpo el cabezazo a gol de Ramos.

Morata fue la segunda bala de Ancelotti. El chico hab¨ªa marcado en este campo al final del encuentro del pasado ejercicio. O sea, se sab¨ªa el camino. Supli¨® a un irrelevante Isco. El t¨¦cnico italiano dispuso para el ¨²ltimo cuarto de tres delanteros: Cristiano, Benzema y Morata. Y, sin pre¨¢mbulos, el Madrid comenz¨® a llegar por aplastamiento ante Keylor Navas. Pero a Marcelo le jug¨® una mala pasada ser un zurdo tan cerrado: sin ninguna oposici¨®n, dispar¨® alto con la derecha.

Benzema fue el sacrificado por Ancelotti para el ¨²ltimo tramo. Entr¨® Jes¨¦. Ante las embestidas finales, la defensa granota cerr¨® sus filas. Y su barrera al tiro de falta de Cristiano. Caparr¨®s firmaba el final del encuentro. El Levante aguantaba con uno menos, mientras atend¨ªan a Diop en la banda. Y le enviaron un balonazo a Barral para que lo entretuviera. Hizo mucho m¨¢s. Lo escondi¨® entre tres rivales y lo envi¨® al centro a ¨²nico espacio libre de la zaga madridista. Lo ocup¨® El Zhar, de espaldas a la porter¨ªa, protegi¨® el cuero con el alma, aguant¨® las embestidas y se revolvi¨® justo para marcar. Los aficionados granota daban por finiquitado el partido, sin contar con que la ¨¦pica madridista reaparece cuando nadie se la espera. El tiro cruzado de Ronaldo, tras el suspense de golpear en el otro palo, es la exaltaci¨®n del adn del Bernab¨¦u.