La Real se impulsa a Old Trafford

La Real tir¨® de pragmatismo y econom¨ªa de recursos para acabar con el lastre an¨ªmico de nueve partidos sin vencer. Gan¨® en Mestalla por su abnegado trabajo defensivo y por la inutilidad de la delantera del Valencia. Tambi¨¦n porque Rub¨¦n Pardo, tan a gusto siempre en Mestalla, volvi¨® a mostrar parte de su enorme potencial. Djukic est¨¢ manejando de pena sus recursos ofensivos. No son muchos, pero tampoco tan escasos como para esa inocuidad en el remate. Por ejemplo, la marginaci¨®n de Dani Parejo, tan importante en el estir¨®n final del curso pasado, tan olvidado en el presente ejercicio. El triunfo sirve para levantar el ¨¢nimo de la Real, que llega el mi¨¦rcoles a Old Trafford con otra cara, no tanto por el juego, pero s¨ª por la alegr¨ªa contagiosa de la victoria. La derrota sit¨²a al Valencia otra vez en el umbral de la vulgaridad y a su entrenador en la duda sobre su capacidad para sacarlo de ah¨ª.

La Real se fue al descanso con ventaja ante la incredulidad y la rabia de Mestalla. Y a¨²n perdon¨® el conjunto de Arrasate la sentencia al filo de la media parte cuando la contra, perfectamente hilada por Carlos Vela, la desperdici¨® Agirretxe con un tiro desviado. Hubiese sido un castigo desproporcionado. Porque el tes¨®n del Valencia por gobernar el encuentro hab¨ªa sido irreprochable. Sus defensas y sus centrocampistas lo hab¨ªan conseguido con creces, pero sus delanteros lo echaron por tierra. Sus dos fichajes del pasado verano, Pab¨®n y H¨¦lder Postiga, especialmente desacertados. Uno, el colombiano, porque eleg¨ªa casi siempre mal. El otro, el portugu¨¦s, porque no oli¨® ni el bal¨®n ni el espacio para recibirlo. Tampoco ayudaron los otros dos atacantes, Feghouli y Jonas, todos empe?ados en fastidiar el tir¨®n en la medular de Banega y de Javi Fuego. Como meritorias las llegadas de Guardado, percutiendo una y otra vez, viniendo desde el lateral izquierdo hasta la l¨ªnea de fondo, destruido su empe?o por su nulo entendimiento con el interior Pab¨®n.

La Real, que empez¨® con la desconfianza calada en los huesos, sin dar tres pases seguidos, fue creci¨¦ndose a partir de la torpeza de los delanteros valencianistas. Y de un magn¨ªfico pase de cabeza al hueco de Agirretxe, Griezmann se qued¨® solo ante Guaita. Y con la pelota botando mientras los zagueros locales reclamaban un inexistente fuera de juego. El delantero franc¨¦s ajustici¨® a Guaita. En dos toques, el cuadro realista hab¨ªa dado en el clavo, desmontando por una y mort¨ªfera vez la retaguardia local.

Djukic castig¨® a H¨¦lder con la ducha, entr¨® Fede y Pab¨®n se adelant¨® a la posici¨®n de nueve. Sorprendente que fuera Pab¨®n y no Jonas el hombre m¨¢s adelantado. La Real estaba ya m¨¢s suelta, liberada de todos los complejos con los que lleg¨® a Mestalla, y el Valencia m¨¢s cansado. El control, por tanto, m¨¢s dividido. El resultado fue el estupendo latigazo de Rub¨¦n Pardo desde fuera del ¨¢rea. Entr¨® raso, junto al palo izquierdo de Guaita, antes de que el portero pudiera caer al suelo en su estirada. Quedaba mucho, pero el ataque del Valencia sigui¨® descafeinado. El partido cay¨® en punto muerto. Satisfecha la Real por el resultado, guardando fuerzas para Old Trafford, impotente el Valencia con un equipo sin chispa. Salvo la de Parejo, cuya precisi¨®n y ritmo en el pase le dieron cierto aire al conjunto de Djukic. De ¨¦l sali¨® la jugada del gol del Pab¨®n justo antes del final. Parejo entr¨® demasiado tarde.