La noche triste de M¨¦xico
Humillados, los mexicanos terminan coreando el nombre del rival m¨¢s odiado, EE UU, el vecino que les salv¨® del fracaso futbol¨ªstico
Estados Unidos pod¨ªa tener la purpurina de Hollywood, el control de la frontera com¨²n, el ej¨¦rcito m¨¢s poderoso del mundo, pod¨ªa haberse apropiado de la mitad del territorio mexicano a mediados del siglo XIX, pero todos esos argumentos se dilu¨ªan cuando su vecino del sur hac¨ªa notar su superioridad en el f¨²tbol, el deporte m¨¢s universal. Una generaci¨®n entera de mexicanos creci¨® con ese consuelo, menor o no, pero consuelo al fin y al cabo. Por eso que el martes la afici¨®n acabase gritando por las calles "USA, USA, USA!" y celebrando como suyos los goles de la selecci¨®n estadounidense que salvaron al Tri de quedarse fuera del Mundial supone un antes y un despu¨¦s. La ¨²ltima fortaleza del orgullo futbol¨ªstico mexicano fue asaltada en una noche triste.
Nadie represent¨® mejor el sentir mexicano que Christian Martinoli, comentarista deportivo de TV Azteca. El equipo nacional agonizaba en Costa Rica, impotente, capaz siquiera de merodear la porter¨ªa de los ticos. La selecci¨®n perd¨ªa 2-1 y la televisora conect¨® con Panam¨¢, donde todo depend¨ªa de un gol de EE UU. Lleg¨® en el minuto 92. "?Gol de Estados Unidos! We love you, we love you, forever and ever. ?God bless America! Estados Unidos nos mete en la reclasificaci¨®n, ustedes no, ustedes los que est¨¢n de verde no. Que les quede claro toda su vida: ustedes no hacen nada por la camiseta", narr¨® con pasi¨®n Martinoli. Lejos de clasificarse con orgullo, M¨¦xico tendr¨¢ una nueva oportunidad de estar en Brasil si vence a Nueva Zelanda, un subterfugio que el equipo nacional no utilizaba desde 1962.
En una encuesta de la revista Nexos se le preguntaba a los mexicanos cu¨¢l es el pa¨ªs al que menos les gustar¨ªa parecerse y la mayor¨ªa dijo que a Estados Unidos. Al mismo universo de personas se le pregunt¨® a cu¨¢l es el pa¨ªs al que m¨¢s les gustar¨ªa parecerse, y la respuesta fue la misma. La relaci¨®n entre las dos naciones tiene tintes esquizofr¨¦nicos.
El pol¨ªtologo Agust¨ªn Basave ha ahondado en ese toma y daca de dos vecinos condenados a entenderse. El escritor acu?¨® los t¨¦rminos gringaderas para referirse a los desplantes de los estadounidenses hacia los mexicanos, y gringoner¨ªas para expresar la admiraci¨®n que sienten los mexicanos por los logros americanos. Basave se qued¨® muy sorprendido de la reacci¨®n de los mexicanos en redes sociales a las bromas de los gringos que alardeaban de haberles hecho un favor. "Fue fundamentalmente con sentido del humor. No fue de enojo o virulencia, como habr¨ªa pasado en otras ¨¦pocas. En M¨¦xico la relaci¨®n con EE UU es muy delicada y cualquier cosa que digan ellos puede tocar fibras sensibles. Esta vez, pese al trauma que acab¨¢bamos de vivir, la gente se lo tom¨® a broma. Nuestra sociedad demostr¨® ser m¨¢s madura", razona.
Como muestra de lo que ocurr¨ªa anteriormente baste la an¨¦cdota del presidente Jimmy Carter, que en un discurso en el DF disculp¨® su tardanza por haber sufrido el mal de Moctezuma, como se conoce a un dolor de barriga t¨ªpico de los visitantes que atacan con alegr¨ªa la comida mexicana. El enfado del presidente mexicano L¨®pez Portillo fue muy visible. Desde ese momento la gira por el pa¨ªs del mandatario norteamericano perdi¨® fuelle.
El escritor Juan Villoro (Ciudad de M¨¦xico, 1956) recuerda casi con nostalgia cuando la selecci¨®n mexicana ganaba con facilidad a EE UU, de local o de visitante. Las gradas de los estadios norteamericanos estaban repletas de compatriotas. All¨ª estaban a otra cosa. "Hace 15 a?os las fuerzas se nivelaron y los partidos entre nosotros se convirtieron en un tab¨². En el Mundial de Corea y Jap¨®n incluso nos eliminaron. Les tenemos tantas ganas que no podemos vencerles. La paradoja es que ahora incluso hemos tenido que depender de ellos para clasificarnos. Es una situaci¨®n vergonzosa", lamenta Villoro al otro lado del tel¨¦fono.
El equipo mexicano califica porque casi no le queda otra. Se enfrenta a pa¨ªses peque?os con poca tradici¨®n futbol¨ªstica. Despu¨¦s de un lastimoso camino por la fase de grupos tiene ante s¨ª una nueva oportunidad. "M¨¦xico ha ido a 14 mundiales por posici¨®n geogr¨¢fica, no por calidad", le entra al debate el legendario periodista deportivo Jos¨¦ Ram¨®n Fern¨¢ndez. Hubo quien le quit¨® dramatismo y se lo tom¨® con humor. "Gracias USA. Qu¨¦dense con Texas y California. ?Vamos M¨¦xico!", dijo Mario Delgado, senador por la Ciudad de M¨¦xico.
?Estados Unidos salvando in extremis a su vecino? El polit¨®logo Sergio Aguayo cree con humor que fue parte del acuerdo informal que el embajador Dwight W. Morrow y el presidente mexicano Plutarco El¨ªas Calles firmaron en 1929: una y otra naci¨®n deb¨ªan ayudarse en caso de necesidad. Aguayo considera que lo que se ve sobre una cancha de f¨²tbol es un microcosmos de las virtudes y defectos de las sociedades. "Es lo que vimos ayer. Una selecci¨®n mexicana mediocre, pusil¨¢nime y unos cronistas aun m¨¢s mediocres. Y al final un rescate¡ como el de 1995", dice Aguayo.
Los mexicanos se las promet¨ªan muy felices despu¨¦s de ganar el oro ol¨ªmpico en Londres 2012 frente a la todopoderosa Brasil, pero desde entonces el equipo ha ido a la baja, de mal en peor. Se ha cuestionado durante estos meses el compromiso de los futbolistas, sus excentricidades de ni?os ricos, sobre todo de los que juegan en Europa y vienen a disputar estos partidos de la Concacaf, frente a selecciones te¨®ricamente inferiores, con aires de grandeza. Lo vivido en Costa Rica fue un ba?o de realidad para ellos. El mejor ejemplo es la entrega de los muchachos de las barras y las estrellas que, sin nada en juego, apretaron hasta el final en Panam¨¢.
Leon Krauze, periodista y escritor, acapar¨® buena parte del debate en Twitter, vivo y en llamas desde hace 12 horas. Pidi¨® un monumento para Zusi, el jugador norteamericano que con su testarazo clasificaba a M¨¦xico, sin duda el tanto de su carrera que m¨¢s feliz a hecho a m¨¢s gente, por mucho que sea la afici¨®n contraria. "Vaya circunstancia futbolera de hoy para nuestros viejos y peores complejos¡ Asombroso", escribi¨® horas despu¨¦s. La red se hab¨ªa incendiado con comentarios sobre la compleja relaci¨®n que une a estos dos pa¨ªses. El t¨®pico "tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos" se vir¨®. M¨¦xico, al menos por un tiempo, agradecer¨¢ a su vecino del norte, admirado y odiado en proporciones similares, su existencia.
En el mundo del f¨²tbol tampoco gust¨® nada que tenga que ser EE UU la naci¨®n salvadora. "Se est¨¢ celebrando el pasar a un repechaje ya no de panzazo, de milagro. El aficionado mexicano no olvida, cuando empiecen a jugar con sus equipos ver¨¢n las rechiflas, el repudio hacia ellos va a ser grande por la falta de orgullo", dice con crudeza Jos¨¦ Luis L¨®pez, un exinternacional que disput¨® el Mundial de Espa?a 82. El entrenador mexicano Vucetich aport¨® en rueda de prensa que esta nueva oportunidad hace justicia a los suyos pero lo cierto es que los jugadores estadounidenses hicieron el trabajo sucio. Vucetich se neg¨® a agradecer nada a sus vecinos del norte. "Y me parece l¨®gico", tercia Villoro, "fracasar ha sido para nosotros cuesti¨®n de m¨¦todo. No le hemos atinado ni a perder. EE UU no hizo eso por benevolencia sino por pundonor deportivo. Suena exagerado pero depender de EE UU es como si nos estuvieran devolviendo Texas". La noche m¨¢s triste de M¨¦xico fue esa en la que cay¨® en la cuenta de que tambi¨¦n necesitaba a EE UU en el f¨²tbol.
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