Cristiano y algunas sombras
El Madrid derrota a una buena ¡®Juve¡¯ con dos goles del luso, pero llega en vilo al final pese a jugar el segundo tiempo contra 10 ¡ñ El equipo de Ancelotti, sin definir, fue muy irregular
De la mejor¨ªa frente al M¨¢laga, a los recelos dejados ante el Juventus. As¨ª est¨¢ el Madrid, que no acaba de definirse, que a¨²n es un conjunto sin rasgos, experimental. Ancelotti revisa y revisa la alineaci¨®n y el grupo no termina de vertebrarse del todo. Fruto de esa falta de armadura es un equipo pendular. Frente al Juventus pas¨® por todas las estaciones, arreones que parec¨ªan optimizarle y, de repente, luego se deshilachaba con facilidad, quedaba sometido a la voluntad del adversario. Sin un juego para el recuerdo, se puso en ventaja, perdi¨® por completo el hilo, recuper¨® el poder por un cortocircuito de Chiellini, desperdici¨® la ocasi¨®n de bajar la persiana tras la expulsi¨®n del propio Chiellini y acab¨® muy ajustado.
Hasta la condena de Chiellini, apenas comenzado el segundo acto, ante el campe¨®n italiano lo mismo requiri¨® de Casillas que de Cristiano Ronaldo. Tras una excelente intervenci¨®n de su portero de Champions tras un zapatazo de Marchisio, el Madrid tuvo una puesta en escena recreativa, con Cristiano al tambor. Esta vez, Ancelotti tir¨® de un 4-3-3, con Khedira a la derecha de Illarramendi y Modric a su izquierda. Los tres arrancaron con soltura y el equipo encontr¨® el premio en una fant¨¢stica maniobra de Di Mar¨ªa y CR. El argentino, sin ?zil el nuevo asistente primordial del Madrid, culebre¨® desde la derecha hacia el balc¨®n del ¨¢rea, donde hizo un gui?o al delantero luso, que rompi¨® a la defensa juventina con un desmarque hacia el interior. Si el pase de Di Mar¨ªa fue un lujazo, la definici¨®n de Cristiano fue exquisita. Ni siquiera ech¨® un vistazo a Buffon, al que hizo descarrilar con una asombrosa facilidad. Este curso, el punto de partida del portugu¨¦s sigue siendo el carril izquierdo, pero su tendencia a descolgarse por el centro se ha multiplicado. Su entrenador le ha soltado las riendas y Cristiano le va cogiendo gusto a lo de ser ariete. Con Bale en la sala de espera, mientras evoluciona Morata y no espabila Benzema, qui¨¦n sabe si finalmente CR no ser¨¢ el nueve.
REAL MADRID, 2-JUVENTUS, 1
Real Madrid: Iker Casillas; Arbeloa, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Illarramendi (Isco, m. 72), Khedira, Modric; Di Mar¨ªa (Morata, m. 78), Benzema (Bale, m. 66) y Cristiano. No utilizados: Diego L¨®pez; Carvajal, Varane y Coentr?o.
Juventus: Buffon; Caceres, Barzagli, Chiellini, Ogbonna (Giovinco, m. 68); Vidal, Pirlo (Asamoah, m. 59), Pogba, Marchisio; T¨¦vez y Llorente (Bonucci, m. 50). No utilizados: Storari; Peluso, Isla y Padoin.
Goles: 1-0. M. 4. Cristiano. 1-1. M. 22. Llorente. 2-1. M. 29. Cristiano, de penalti.
?rbitro: Manuel Gr?fe (Alemania). Expuls¨® con roja directa a Chiellini (m. 48) y amonest¨® a Illarramendi, Vidal, C¨¢ceres, Modric y Sergio Ramos.
Unos 75.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
Su golazo ante el Juventus lejos de catalizar el partido para los madridistas, les puso a rebufo de su rival. La Juve no es un equipo de descamisados, ni mucho menos. En Chamart¨ªn no tir¨® del cat¨¢logo italiano de toda la vida. Su respuesta al gol de Ronaldo fue contundente. Coloniz¨® la pelota y el gobierno fue de Pirlo, de Marchisio, de Pogba, de Vidal, un muy buen muestrario de centrocampistas. Pogba se ali¨® con T¨¦vez para sacar la cadena a Arbeloa; Marcelo tambi¨¦n ten¨ªa tajo. Con el Madrid a la intemperie, se le vieron las costuras en el empate de Llorente. C¨¢ceres irrumpi¨® por la banda derecha sin se?ales de Marcelo, su centro al segundo palo tampoco tuvo defensa por parte de nadie. Pogba, en soledad, cabece¨® en un escorzo e Iker evit¨® el gol como pudo, hasta que el bal¨®n cay¨® a pies de Llorente, que cant¨® un bingo que falta le hace por su precaria aportaci¨®n en este curso.
Cuando se presagiaba lo peor para el Madrid, Chiellini desnort¨® a los suyos al querer defender una falta lateral con un arte marcial sobre Sergio Ramos. Una temeridad, m¨¢s en estos tiempos de vig¨ªas arbitrales en las ¨¢reas. No suelen intervenir mucho, pero al ayudante del alem¨¢n Gr?fe no le qued¨® m¨¢s remedio. Penalti o penalti. Cristiano no titube¨®, no hay Buffon que le intimide.
La tropel¨ªa de Chiellini hizo marchitar al Juventus, que cerr¨® el primer tiempo a merced del Madrid, ya con Illarramendi al frente de las operaciones. El guipuzcoano todav¨ªa no ha explotado, pero tiene repertorio, conoce el juego. Le sobra timidez, l¨®gico en un chico reci¨¦n llegado. Con el encuentro abierto, de vuelta del descanso, otra vez Chiellini en las mazmorras. Hab¨ªan pasado un par de minutos cuando en una carrera con Cristiano le puso el antebrazo de corbata, un obst¨¢culo m¨¢s que un golpe. El colegiado le expuls¨® de forma directa, para desconsuelo de sus compa?eros. La tarjeta roja tambi¨¦n se llev¨® por delante a Llorente, relevado por el defensa Bonucci.
Faltos a¨²n de armadura, los blancos son un equipo pendular que, de repente, se deshilacha
Con superioridad, era el momento del Madrid, la hora de abrochar definitivamente el partido. El Juventus decidi¨® tomar cautelas, esperar su momento cediendo la iniciativa. La tuvo el Madrid, aunque sin tirar confetis, sin mucha claridad pero con empuje. El discurrir del partido era del todo favorable. En pleno acoso, Di Mar¨ªa enfil¨® a Arbeloa por la derecha con un sobresaliente pase con el empeine como palanca, por encima de los defensores italianos. Arbeloa avanz¨® por la l¨ªnea de fondo y concedi¨® a Benzema un gol de bandeja. El franc¨¦s solo ten¨ªa que poner el me?ique, de frente a la red, sin escoltas, a un palmo de la l¨ªnea de gol. Definitivamente, alguien ha hechizado Benzema, preso de alg¨²n embrujo. La gente la tom¨® con ¨¦l, por m¨¢s que un sector de la hinchada replicara con algunas palmas. Un palo para Benzema, que poco despu¨¦s escuch¨® c¨®mo el Bernab¨¦u a quien s¨ª reverenciaba era a Pirlo, despedido a lo grande por un p¨²blico que nunca tuvo reparos en condecorar a los grandes, y Pirlo lo es, como en su d¨ªa se fueron por la puerta grande Del Piero, Ronaldinho y muchos otros. Con Benzema fue m¨¢s ben¨¦volo al ser sustituido por Bale, que sigue sin dejar migas.
Menos clara que la oportunidad de Benzema, pero tambi¨¦n la tuvo Khedira, que intent¨® una vaselina en un mano a mano con Buffon que acab¨® con la pelota mansa en las manos del eterno capit¨¢n juventino. El Madrid no era capaz de cerrar el duelo, otra vez fluctuante, hasta el punto de que su oponente de nuevo dio un paso al frente incluso con diez. El Madrid termin¨® apuradillo. Mientras se sacude las sombras suma puntos y tiene los octavos a placer. Para entonces, por bien del Madrid Ancelotti habr¨¢ tenido que dar con el molde.
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