Vadillo despierta al Betis

Un gran destello de calidad de Vadillo despert¨® al Betis. El buen golpeo del extremo fue la base sobre la que se ciment¨® una ajustada victoria del equipo andaluz, que respira en la Liga Europa y coge moral para la Liga. Le cost¨® mucho al Betis, ap¨¢tico en la primera mitad, mucho m¨¢s din¨¢mico en la segunda, cuando el gol le borr¨® el pesimismo con el que encar¨® el encuentro. El Guimaraes, un equipo correcto, sin m¨¢s, tuvo una clara ocasi¨®n para empatar, pero surgi¨® el meta Andersen para hacer la parada de la noche. El conjunto portugu¨¦s podr¨¢ quejarse de la situaci¨®n de Vadillo en el gol, en posible fuera de juego, y de un penalti de Juanfran sobre Malonga en la primera mitad. Razones de peso, sin duda, para justificar una vuelta a su pa¨ªs sin al menos un punto que llevarse a la boca. Mejor¨® el equipo andaluz, que se mostr¨® m¨¢s s¨®lido en defensa para crecer a ra¨ªz del gol de Vadillo, ayudado, eso s¨ª, por las err¨®neas decisiones del griego Koukoulakis

El triunfo le a¨²pa al liderato del grupo I, con cinco puntos, junto al Lyon y le permite encarar con m¨¢s moral el duelo del pr¨®ximo domingo ante el Atl¨¦tico de Madrid. En la Liga, el conjunto de Mel debe mejorar sus prestaciones, puesto que las ocasiones que cedi¨® ante el Guimaraes se convertir¨¢n en gol en un campo tan exigente como el Vicente Calder¨®n.

En lugar de disfrutar, da la sensaci¨®n de que el Betis se agobia con la Liga Europa. No ha tenido un buen inicio de temporada el equipo andaluz y traslada esas sensaciones a una competici¨®n en la que deber¨ªa competir sin ataduras. Solo bajo ese bloqueo mental se entiende que encarara el partido ante el Vitoria de Guimaraes con m¨¢s respeto del debido, reacio a mostrar los galones que se le presuponen al s¨¦ptimo clasificado de la Liga espa?ola ante el octavo de la portuguesa. Si bien es cierto que el conjunto luso llegaba a Sevilla como l¨ªder del grupo, tambi¨¦n lo es que no es un rival de gran enjundia. Un grupo de buen toque y una m¨ªnima organizaci¨®n para ser competitivo, dirigido, eso s¨ª, por un central de muy buena pinta, Ba.

Ante ese Guimaraes sin demasiado brillo mostr¨® el Betis su cara m¨¢s t¨ªmida. Le cost¨® un mundo combinar y apenas encontr¨® espacios para sorprender a un rival que se movi¨® con comodidad. Solo Verd¨², de forma espor¨¢dica, encontraba alg¨²n resquicio para mostrar su f¨²tbol. El centrocampista catal¨¢n est¨¢ lento y despierta la inquietud de la grada del Villamar¨ªn, pero tiene el f¨²tbol en su cabeza. Por eso de sus botas naci¨® la mejor y ¨²nica ocasi¨®n del Betis en una primera parte de escaso brillo y demasiado aplatanada. Un perfecto bal¨®n en profundidad de Verd¨² a Chuli fue despejado con apuros por Ba. El bal¨®n qued¨® muerto en el ¨¢rea. Jorge Molina, que ven¨ªa como un cohete desde atr¨¢s, le peg¨® con el alma. Douglas salv¨® al conjunto portugu¨¦s con una excelente intervenci¨®n.

En lugar de disfrutar, da la sensaci¨®n de que el Betis se agobia con la Liga Europa

El Guimaraes estaba m¨¢s que satisfecho con el punto, mientras que al Betis le faltaba un punto de intensidad, alg¨²n que otro jugador que agitara el encuentro con una carrera o con un desborde. Vadillo y Chuli, destinados a esa misi¨®n, fracasaron al intentar cumplirla, superados por dos laterales explosivos, de mucho m¨²sculo y potencia. Empieza a ser llamativo el caso de Vadillo, un extremo con una enorme proyecci¨®n que raramente encuentra salida al f¨²tbol que se le presupone. Mel, su principal valedor ante los recelos del entorno, lo mantuvo en el campo. Vadillo se reivindic¨® como los buenos. Con una perfecta pared con Verd¨² y un preciso golpeo que acab¨® en la red. El colegiado no vio el fuera de juego del canterano del conjunto sevillano. El gol estimul¨® al Betis, que por fin se desprendi¨® de sus complejos y, con espacios, comenz¨® a disfrutar. Se solt¨® Vadillo, que encontr¨® una buena pareja en Verd¨², y el equipo andaluz fue feliz. Le ayud¨® Andersen, con un parad¨®n, y ese colegiado con dos decisiones trascendentes en el desarrollo del partido. Dos razones para el l¨®gico lamento portugu¨¦s.