El Madrid mejora sin Bale
El gal¨¦s se altern¨® con Cristiano entre la punta y la banda, pero ambos no conectaron
El Madrid ten¨ªa el mejor costado izquierdo del planeta, con Marcelo, ?zil y Cristiano, cuando emprendi¨® el fichaje de Gareth Bale, un extremo zurdo con mucho gol. La empresa result¨® extra?a, y no solo por los 90 o 100 millones de euros que cost¨® la transacci¨®n, seg¨²n las cifras del Madrid o del Tottenham. Bale lleva casi dos meses entren¨¢ndose en Valdebebas. Durante este periodo de adaptaci¨®n, Cristiano Ronaldo no dej¨® de afirmar en p¨²blico y en privado que no quer¨ªa dejar su posici¨®n habitual. El portugu¨¦s advierte que se siente menos a gusto tanto cuando juega en punta como cuando ocupa la banda derecha. Ancelotti, el entrenador, ha repetido de puertas adentro que quiere mantener a Cristiano en su sitio habitual y que tampoco ve a Bale como punta porque carece de oficio para desempe?arse entre los centrales contrarios. Llegado el duelo m¨¢s importante de la temporada, sin embargo, Ancelotti prescindi¨® de alinear a un nueve y Bale acab¨® altern¨¢ndose con Cristiano entre la punta y la banda izquierda. Fue una t¨¢ctica que se prolong¨® durante toda la primera parte a lo largo de un partido desapacible para jugadores y p¨²blico.
A Ancelotti le se?alaban desde la presidencia la? necesidad de exhibirle cuanto antes en partidos importantes
Ancelotti vivi¨® las ¨²ltimas semanas bajo una lluvia de mensajes procedentes desde la presidencia del club. Le se?alaban la trascendencia de Gareth Bale para el proyecto y la necesidad de exhibirle cuanto antes en partidos importantes. Las dimensiones del Camp Nou invitaban a pensar en una gran ocasi¨®n para el brillo del reci¨¦n llegado. El gal¨¦s es un jugador potente, veloz, muy eficaz en el regate largo y capaz de un disparo temible. Pero para expresar su talento primero necesita recibir una pelota y solo recibi¨® dos a menos de 40 metros del arco. El Madrid tard¨® casi una hora en hilar el juego con un poco de sentido y sus atacantes permanecieron inhabilitados. Cuando Bale recibi¨® en zonas calientes lo encim¨® Piqu¨¦. Solo se anim¨® a rematar desde fuera del ¨¢rea. En las dos oportunidades la pelota vol¨® por encima del larguero hacia la grada baja.
Bale transit¨® por el campo sumido en la perplejidad. No consigui¨® entenderse con Cristiano y entre los dos se negaron algunos espacios. Cristiano no encontr¨® en Bale un socio que le buscara con entregas de cara a la porter¨ªa. Tampoco hall¨® la complicidad del gal¨¦s a la hora de crear espacios. Su coincidencia en la alineaci¨®n titular no les hizo felices. Lo disfrut¨® especialmente la castigada defensa del Bar?a, con un Piqu¨¦ medio lesionado y un Mascherano que no pasa por su mejor momento. Cristiano llevaba ocho goles marcados en las ¨²ltimas seis visitas al Camp Nou pero en esta ocasi¨®n solo remat¨® una vez, que detuvo Vald¨¦s. La paciencia de Ancelotti se agot¨® a la hora de encuentro, cuando sustituy¨® a Bale por Benzema. El cambio, junto con la entrada de Illarramendi, fue uno de los puntos de apoyo de la estabilizaci¨®n del Madrid, que se adue?¨® del partido, si no por juego al menos por presencia en la cancha. Durante media hora la hinchada cul¨¦ permaneci¨® muda, at¨®nita, ante la aparente crecida madridista.
Gareth Bale disput¨® su sexto partido con el Madrid. Fue un trozo de partido. El gal¨¦s sigue sin completar los 90 minutos. El proceso de ajuste no acaba. El equipo sigue comport¨¢ndose mejor cuando el fichaje estrella no est¨¢ en el campo.
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