Un Bar?a con m¨¢s goles que f¨²tbol
Cesc, autor de dos goles, lidera el triunfo (0-3) de los azulgrana, que pasaron por Vigo con solvencia y concreci¨®n
Suma y sigue el Barcelona, que pas¨® por Vigo con solvencia y concreci¨®n, con m¨¢s goles que f¨²tbol, guardando piezas para futuras exigencias. Prueba superada para Martino ante Luis Enrique en el duelo que confront¨® a los dos t¨¦cnicos que opositaron al banquillo azulgrana tras la urgencia motivada por la reca¨ªda de Vilanova. Obviamente no compet¨ªan en igualdad. Ante el Barcelona el Celta es un modesto, un meritorio que parte de la premisa de minimizar errores para poder competir con garant¨ªas. No lo logr¨®. Le penaliz¨® de inicio un error may¨²sculo, nada novedoso en un equipo acostumbrado a tirar por el desag¨¹e gran parte de su valor en errores no forzados. Porque nadie estaba apurando de manera extrema a Cabral para que en lo que semejaba una n¨ªtida salida de la pelota desde la zaga pusiera el bal¨®n en los pies de Pedro. No precisa favores el Barcelona para activarse. Si algo mostr¨® en Bala¨ªdos fue viveza y explosividad en la punta. As¨ª que recogi¨® el regalo, activ¨® a F¨¢bregas en la contra y la remach¨® con Alexis mientras medio Celta ve¨ªa la peripecia treinta metros atr¨¢s.
CELTA, 0; BARCELONA, 3
Celta: Yoel; Hugo Mallo, Cabral, Font¨¤s, Aurtenetxe (Toni, m. 55); Oubi?a, ?lex L¨®pez, Rafinha; Augusto (Santi Mina, m. 59), Charles y Nolito (Orellana, m. 68). No utilizados: Sergio; David Costas, Madinda y David Rodr¨ªguez.
Barcelona: Vald¨¦s; Alves, Bartra, Puyol, Adriano (Montoya, m. 31); Busquets, Song, Cesc (Iniesta, m. 69); Pedro, Messi y Alexis (Tello, m. 83). No utilizados: Pinto; Xavi, Mascherano y Neymar.
Goles: 0-1. M. 9. Alexis. 0-2. M. 48. Cesc. 0-3. M. 54. Cesc.
?rbitro: Fern¨¢ndez Borbal¨¢n. Mostr¨® tarjeta amarilla a Rafinha, Cesc, Augusto y Cabral.
Estadio de Bala¨ªdos. Unos 25.000 espectadores.
Nunca se sabr¨¢ si el gol condicion¨® lo que vino despu¨¦s. Si fue la alineaci¨®n del Barcelona o la disposici¨®n del Celta. Seguramente hubo de todo un poco. Nada cambi¨® en cuanto a la disposici¨®n que hab¨ªa tramado Luis Enrique, que sali¨® desde el principio a buscar al rival, a encimar a Vald¨¦s en el rol que ejerce el meta azulgrana en la construcci¨®n del juego. Pronto se percibi¨® que la respuesta del Barcelona no pasaba por la medular. Encar¨® una liza de respuestas r¨¢pidas, de transiciones centelleantes y escasa paciencia. No pareci¨® tan c¨®modo como acostumbra. Seguramente en la valoraci¨®n de este plan que empieza a mostrar el Bar?a con cada vez m¨¢s persistencia incide el recuerdo de gloriosas demostraciones, de partidos controlados con brazo de hierro ante rivales de todo pelaje. Al menos en Bala¨ªdos no dio esa sensaci¨®n de dominio m¨¢s que por el talento individual, no tanto por el colectivo. Tanto, que hubo un momento, pasado el ecuador de la primera parte, en el que tras dos disparos consecutivos de Rafinha cerca de los palos tras ganar sendos rechaces y una acci¨®n que termin¨® en gol anulado a Nolito, pareci¨® que el Barcelona se descos¨ªa. ¡°?Vamos, que no tienen nada!¡±, bram¨® entonces un aficionado en la grada de R¨ªo, m¨¦dula del celtismo.
Algo ten¨ªa el Barcelona, obviamente. Pero Xavi e Iniesta guardaban espera en el banquillo. Igual Martino avanz¨® sin querer algo de lo que espera cuando estos dos irrepetibles centrocampistas sean pasado futbol¨ªstico. Imposible entender sin ellos el Bar?a triomfant o la edad de oro de la selecci¨®n espa?ola. S¨ª, se podr¨¢ jugar bien al f¨²tbol porque la pelota se alimentar¨¢ de nuevos talentos. Pero no se jugar¨¢ igual. Y el Bar?a sin esta pareja es otro. Lo fue porque ni siquiera busc¨® Martino futbolistas que siguieran esos pasos. En la hoja de c¨¢lculo del reparto de minutos la suma ofreci¨® un resultado apenas explorado, el de Song y F¨¢bregas en el papel de interiores. El primero pas¨® de puntillas por el partido; el segundo no. Con ¨¦l se arm¨® un Barcelona vertical, sin pausa. Y acab¨® por romper el partido.
Messi dej¨® retazos, pero fall¨® ante la porter¨ªa y se le vio ansioso por marcar
Fue en los primeros minutos de la segunda mitad. El Celta se hab¨ªa rearmado antes del descanso. Hab¨ªan aparecido Rafinha y ?lex L¨®pez, dos llegadores. Oubi?a empezaba a estar c¨®modo. F¨¢bregas fulmin¨® ese atisbo de reacci¨®n. Lo hizo con esa ductilidad que le caracteriza, con un disparo a la escuadra y una de esas irrupciones desde segunda l¨ªnea que le retratan. Fueron dos bofetadas a la ambici¨®n del Celta, dos tortazos que le mandaron a la lona.
Restaba entonces media hora larga para las reivindicaciones. La de Nolito, un ex Bar?a que forz¨® el caracoleo y acab¨® colocando un libre directo en el larguero de la meta de Vald¨¦s. Pero sobre todo la m¨¢s esperada, la de Messi, que dej¨® retazos, la pared con F¨¢bregas en el tercer gol; alguna conexi¨®n con Alexis y Pedro en la primera parte, un par de intentos fallidos en el ocaso del duelo. Por momentos se le vio ansioso por llegar al gol. Se le sigue esperando.
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