El coraje iguala al orden
El Athletic tira de su ¨²nico argumento para empatar ante un Elche con oficio y velocidad
En el descanso, San Mam¨¦s hizo esa mueca que est¨¢ a medio camino entre la costumbre y la sorpresa, esa mueca que minimiza un lamentable partido rojiblanco porque ya se sabe que el nuevo San Mam¨¦s arranca siempre con el viento en contra. Es lo que toca, lo que sucede, pensaba el sector optimista. Es un desastre, opinaba el sector realista asustado por la exhibici¨®n de orden, estrategia y fortaleza de un Elche que le rob¨® el bal¨®n al Athletic cuando lo necesit¨®, se lo dio cuando le intereso (a cambio de organizarse en defensas) y lo escondi¨® entre la nube de piernas que poblaban el centro del campo Cuando el Elche quer¨ªa ten¨ªa una bala, Carles Gil, que atravesaba la pradera vac¨ªa de San Mam¨¦s con la velocidad y la precisi¨®n de una flecha lanzada por Guillermo Tell. El Athletic le ve¨ªa pasar siempre con el rabillo del ojo, pregunt¨¢ndose a donde iba ese muchacho a esa velocidad tan peligrosa. ?Ser¨¢ loco este t¨ªo! Pensaban mientras el valenciano sorteaba defensas y piernas como un vallista de 65 kilos y pierna corta. Para m¨¢s inri de la parroquia catedralicia, todos y cada uno de los balones que deb¨ªan dilucidarse al choque los ganaba el Elche trastornando la presunta fiereza rojiblanca.
ATHLETIC, 2 - ELCHE, 2
Athletic: Iago Herrer¨ªn; Iraola, Gurpegui, Laporte, Balenziaga; Iturraspe, Mikel Rico (De Marcos, m. 46), Ander Herrera (Be?at, m. 58); Susaeta, Muniain (Aduriz, m. 67) y Toquero. No utilizados: Kepa; San Jos¨¦, Ekiza e Ibai G¨®mez.
Elche: Manu Herrera; Dami¨¢n Su¨¢rez, Bot¨ªa, Lomb¨¢n, Domingo Cisma; Rub¨¦n P¨¦rez, Carlos S¨¢nchez; Carles Gil, Aar¨®n ?¨ªguez (Mantec¨®n, m. 68), Fidel (Javi M¨¢rquez, m. 85); y Coro (Manu del Moral, m. 78). No utilizados: To?o; Pelegr¨ªn, Rivera y Cristian Herrera.
Goles: 0-1. M. 9. Lomb¨¢n. 0-2. Aar¨®n ?¨ªguez. 1-2. M. 55. Susaeta. 2-2. M. 69. Aduriz.
?rbitro: P¨¦rez Montero. Amonest¨® a Bot¨ªa, Aar¨®n ?¨ªguez, Aduriz, Cisma y Laporte.
Unos 30.000 espectadores en San Mam¨¦s.
Pero el gol lleg¨® a bal¨®n parado, en un saque de esquina que Lomb¨¢n cabece¨® a placer sin que Gurpegui, su presunto marcador, llegara ni siquiera a saltar. Tambi¨¦n el juego a¨¦reo era ilicitano. ?Qu¨¦ quedaba entonces del Athletic? Superado en el juego a¨¦reo, en la presi¨®n, en la utilizaci¨®n del espacio, en el choque y en el marcador desde los nueve minutos, quedaba la heroica, apelar a todo aquello que no forma parte del juego sino del ¨¢nimo, de la fortuna.
El partido lo gobernaba el Elche con las l¨ªneas juntas, jugando con el viento a favor pero sin aspavientos. El Athletic se agarraba insistentemente a Susaeta, el ¨²nico con ganas de encarar al rival y alcanzar la l¨ªnea de fondo. Y en esa placidez de la t¨¢ctica y el orden, lleg¨® el segundo gol del Elche en el colmo del infortunio: un despeje de Laporte dio en la pierna de Aar¨®n, que habilit¨® al jugador del Elche inicialmente en fuera de juego, para batir a Herrer¨ªn.
El equipo de Fran Escriba pens¨® que el viento ser¨ªa ya una leve brisa, pero en San Mam¨¦s raro es que no haya al menos un cicl¨®n. Valverde retir¨® a un Herrera inoperante y a un Mikel Rico que ejerc¨ªa de buen ladr¨®n (todo lo que robaba se lo devolv¨ªa al Elche) y dio entrada a De Marcos, un futbolista imprevisible, y a Be?at, tacto puro y duro. Y son¨® la trompeta, que no la flauta. Susaeta obtuvo premio a su tes¨®n con un remate a bote pronto que acarici¨® todo el fondo de la red como si no quisiera perderse ni un cent¨ªmetro. El gol le encendi¨® la sangre al Athletic tanto como se la hel¨® al Elche. Lo que para uno fue fuego, para el otro fue miedo.
El Elche junt¨® a¨²n m¨¢s sus l¨ªneas, pero 10 metros m¨¢s atr¨¢s, empujado por un Athletic definitivamente corajudo, que hab¨ªa interiorizado la fuerza de la costumbre, la fuerza del destino que juguetea con su suerte a su antojo. Y quiso ese destino que el goleador seco, Aduriz, que hab¨ªa perdido la titularidad en favor del destajista Toquero, marcara su segundo gol de la temporada un minuto despu¨¦s de saltar al campo. Son los caprichos del gol, los caprichos del juego, los caprichos del f¨²tbol. San Mam¨¦s se ha acostumbrado a ver dos partidos en uno, como una sesi¨®n doble en los cines de barrio (cuando exist¨ªan). El primero fue una pel¨ªcula alemana, con el guion impecable del Elche, bien escrito y bien interpretado y con el Athletic haciendo el papel de malo mal¨ªsimo de los spaghetti westerns. El segundo fue cine de acci¨®n, con el Athletic lleno de munici¨®n y el Elche ejerciendo de pianista asustando en el saloon. Y lo uno por lo otro, la contienda se qued¨® en un empate que dej¨® mal sabor a ambos: al Elche porque se vio ganador y al Athletic porque super¨® la depresi¨®n y so?¨® con el ¨¦xito. Jugarretas del destino. Lo ¨²nico que qued¨® claro es que los futbolistas de ambos equipos no sab¨ªan elegir el taco de las botas. Tanto resbal¨®n es impropio de la ¨¦lite.
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