Vettel sigue batiendo r¨¦cords

Ni sombra de relajaci¨®n. La consecuci¨®n del cuarto t¨ªtulo mundial consecutivo no ha supuesto que Sebastian Vettel bajara la guardia. El alem¨¢n, de 26 a?os, sigue tan firme como siempre al frente del pelot¨®n de la f¨®rmula 1, y en Abu Dabi volvi¨® a demostrar que es uno de los mejores pilotos del mundo y que cuenta con el apoyo total del mejor equipo, que le proporciona el coche m¨¢s r¨¢pido y m¨¢s fiable. Nada que alegar, pues, a su triunfo en el Yas Marina Bay. Desde que adelant¨® en la salida a su compa?ero de equipo, Mark Webber, nadie pudo hacerle sombra, nadie logr¨® cuestionar su liderato y adquiri¨® una ventaja que roz¨® los 30 segundos mediada la carrera. Por detr¨¢s, Webber, Rosberg y Grosjean se disputaban las otras dos plazas del podio, que finalmente terminaron en ese orden.

Da la sensaci¨®n de que el asturiano est¨¢ tocado al comprobar que su coche va peor en cada carrera.

Su 37? victoria acerca al alem¨¢n un poco m¨¢s al ¨²ltimo objetivo que se ha propuesto para esta temporada: igualar el r¨¦cord de 13 victorias en un a?o, que estableci¨® Michael Schumacher en 2004, cuando era el rey de los circuitos con Ferrari. Vettel lleva ahora ya 11 victorias en 2013 y le quedan las carreras de Estados Unidos y Brasil. Necesita todav¨ªa otras dos victorias y todo parece apuntar a que las lograr¨¢. Su superioridad es tan aplastante que, si no es por alg¨²n problema mec¨¢nico o por alg¨²n incidente inesperado, la gesta no solo parece posible sino muy probable. De momento, ha igualado ya la marca de siete victorias consecutivas que ostentaban Michael Schumacher (2004) y Alberto Ascari (1952/53). En Abu Dabi rod¨® con asiduidad un segundo m¨¢s r¨¢pido que su compa?ero, Webber, que ocupaba la segunda posici¨®n.

Fernando Alonso, en cambio, no logra despegar en este final de temporada. Ferrari parece haber tirado la toalla y dedicar todos sus esfuerzos en el coche de la pr¨®xima campa?a, sin preocuparse excesivamente de la consecuci¨®n de la segunda posici¨®n en el Mundial de constructores, por la que todav¨ªa est¨¢n luchando Massa y Alonso. Da la sensaci¨®n de que el asturiano est¨¢ tocado al comprobar que su coche va peor en cada carrera. Le cuesta entender que estando en la mejor escuder¨ªa, no logre tener un coche competitivo. Pero es evidente que no lo tiene. Y lo m¨¢s grave es que en las ¨²ltimas clasificaciones incluso su compa?ero de equipo, Massa, le ha pasado por encima.

La carrera de Abu Dabi fue otro episodio duro para el asturiano. Luch¨® como un condenado hasta la extenuaci¨®n. Pero su coche no le permit¨ªa codearse con los mejores. Mientras ve¨ªa c¨®mo Vettel y Webber volaban por encima de todos los dem¨¢s, ¨¦l se peleaba con su compa?ero de equipo por la quinta posici¨®n. Ni tocar al Mercedes de Rosberg, que ten¨ªa pr¨¢cticamente asegurado el tercer eslab¨®n del podio, ni al Lotus de Grosjean, que se alejaba cuando el asturiano aceleraba para acerc¨¢rsele. Cuando Massa entr¨® al taller a cambiar neum¨¢ticos (38? vuelta), Alonso se instal¨® en quinta posici¨®n, a la espera de que sus neum¨¢ticos le aguantaran unas cuantas vueltas m¨¢s.

Su entrada en el taller se produjo en la vuelta 44?. Y la salida del pit-lane fue espectacular, porque sali¨® casi rozando el coche de Vergne para evitar a toda costa verse superado de nuevo por Massa, que ven¨ªa detr¨¢s del franc¨¦s. Alonso tuvo que situar sus cuatro ruedas fuera de la pista para concluir su adelantamiento. Una vuelta m¨¢s tarde, el brasile?o adelant¨® tambi¨¦n a Vergne e inici¨® la batalla desigual con Fernando, porque el asturiano iba con blandos. Fue entonces cuando se anunci¨® que se investigaba esta maniobra de Alonso. Pendiente de lo que ocurriera, el asturiano sacaba provecho de la ventaja que le conced¨ªan los neum¨¢ticos blandos. Adelant¨® a Hamilton, supero a Di Resta y se coloc¨® quinto. Y ah¨ª acab¨® la historia. Alonso acab¨® en esta posici¨®n, lo m¨¢ximo a lo que pod¨ªa aspirar con su Ferrari. Ni Vettel, ni Webber, ni Rosberg, los tres primeros, ni tampoco Grosjean estaban a su alcance. Massa, en cambio, concluy¨® octavo, a la espera de una hipot¨¦tica sanci¨®n al doble campe¨®n mundial espa?ol que, finalmente, no lleg¨®.