El M¨¢laga sonr¨ªe ante un ingenuo Betis

No fue el f¨²tbol demasiado justo con el Betis. O quiz¨¢s s¨ª. Con el M¨¢laga entregado, casi rendido, el conjunto verdiblanco desperdici¨® un contragolpe tras otro para ponerse en ventaja en el marcador. A su falta de eficacia, lo que es sin¨®nimo de calidad, se uni¨® el penalti que no vio Undiano de Sergio S¨¢nchez a Vadillo. Dos factores de los que se aprovech¨® bien el M¨¢laga para conseguir, en el descuento, un triunfo de oro. Schuster fue valiente en sus cambios y sus jugadores siempre lo intentaron. Encontraron el premio al pillar al contragolpe a un Betis que no supo conservar el empate. Tendr¨¢ que explicar Mel el cambio de Vadillo, que sali¨® del campo siendo el mejor futbolista de los suyos. La ¨²nica respuesta posible es que el extremo le pidiera el cambio. Fue una fiesta La Rosaleda despu¨¦s de un segundo tiempo donde el Betis fue mejor, aunque su ingenuidad en las dos ¨¢reas lo mand¨® al precipicio. El M¨¢laga tuvo la virtud de hacer tres goles, lo que fue una tarea imposible para el cuadro sevillano.

Ni el M¨¢laga ni el Betis se encuentran en su mejor momento. El derbi regional mostr¨® a dos equipos sumidos en un mar de dudas, como demuestran las rachas negativas con las que llegaron al encuentro. Es especialmente significativo el pavor que acompa?a al Betis, al que se le est¨¢ haciendo un suplicio alternar la competici¨®n europea y la dom¨¦stica. La puesta en escena del equipo de Mel fue, sencillamente, catastr¨®fica. Un manojo de nervios, presa f¨¢cil de un M¨¢laga que impuso una intensidad fuera del alcance de los verdiblancos. Tissone, ¨¦l solito, se comi¨® el centro del campo de un Betis irreconocible, incapaz de dar dos pases seguidos, muy metido atr¨¢s. Un grupo que ofrec¨ªa unos s¨ªntomas muy preocupantes. Si bien es cierto que el equipo de Mel acudi¨® la cita plagado de bajas, tambi¨¦n lo es que su escasa competitividad lo puede condenar a pasar una temporada de lo m¨¢s convulsa. El M¨¢laga, que tampoco est¨¢ para muchos trotes, encontr¨® el gol en su primer acercamiento al ¨¢rea del Betis. M¨¢s que acierto local, el tanto fue un desprop¨®sito en el que quedaron retratados el portero, Andersen, y los centrales Jordi y Perquis. Santa Cruz recibi¨® un bal¨®n algo pasado de Eliseu. El paraguayo le dio dos veces en el ¨¢rea peque?a con la cabeza ante la inactividad de los zagueros del Betis.

El M¨¢laga, que lo hab¨ªa tenido demasiado f¨¢cil, decidi¨® darle m¨¢s campo a su rival. Retras¨® la l¨ªnea de presi¨®n y, contra todo pron¨®stico, el Betis comenz¨® a crecer. Lo hizo de forma d¨¦bil, aupado por un futbolista que quiere ser grande. Se trata de Vadillo, quien a sus 19 a?os tom¨® la responsabilidad de un equipo a la deriva. El canterano se march¨® con facilidad de Eliseu. Sergio S¨¢nchez le meti¨® la pierna y la falta peligrosa estaba servida. Entonces emergi¨® la calidad, esperada en verdiblanco durante todo este tiempo, de Verd¨². Su toque a la escuadra fue imposible incluso para un portero de la talla de Caballero. Un golazo el del catal¨¢n, que tranquiliz¨® algo a un Betis con mucho miedo durante la primera media hora de partido.

Mejor¨® mucho el conjunto verdiblanco en el segundo tiempo. Incluso a pesar del golpe que supuso ver c¨®mo Perquis era trasladado inconsciente al hospital despu¨¦s de un tremendo choque con Fabrice. Vadillo, en plan estrella, desbord¨® una y otro vez a un M¨¢laga que, siendo un flan, se encontr¨® con un gol despu¨¦s de un enorme detalle de Portillo. El canterano desbord¨® a la defensa b¨¦tica con un gran pase a Eliseu. Tuvo el Betis la virtud de empatar muy r¨¢pido en un gran remate de Jordi Figueras. A ra¨ªz de esa igualada, los de Mel dominaron a su antojo, aunque les falt¨® definici¨®n y que Undiano Mallenco pitara penalti de Sergio S¨¢nchez a Vadillo. El lateral cort¨® la carrera del extremo, que se iba en busca de Caballero.

El M¨¢laga, desbordado, mal colocado y sin chispa, fue presa de los contragolpes del Betis. En uno de ellos, Caballero salv¨® ante Vadillo. En el minuto 90, Steinhofer no acert¨® a dar el pase de la muerte a Molina. Tanto perdonar le cost¨® muy caro al Betis, que cedi¨® un bal¨®n incomprensible entre Juanfran y Steinhofer en el descuento para que el M¨¢laga encontrara el 3-2 en una acci¨®n de oportunismo de Samu. Sonri¨® el M¨¢laga, con tres goles como tres soles ante un Betis que debe pasar por el div¨¢n. Ni jugando bien ni jugando mal gana. Eso no es problema del M¨¢laga, que fue a lo suyo.