Repentinamente, Gareth Bale
El atacante del Madrid sorprende a los t¨¦cnicos por la velocidad para finalizar las jugadas cuando le dan espacio
Los grandes defensores son los primeros en husmear el peligro. Manolo Sanchis, el capit¨¢n madridista que levant¨® la s¨¦ptima y la octava, cruz¨® los Alpes hasta Tur¨ªn a bordo de un Bombardier para ver el Juventus-Madrid y regres¨® con una impresi¨®n viva. ¡°Bale arma el disparo en una baldosa¡±, dijo.
Gareth Bale se agiganta cerca de la raya que indica el fin del campo, quiz¨¢ porque el l¨ªmite advierte que solo se puede avanzar hacia el medio. Como referencia en punta, bajo la vigilancia de los centrales, sufre como un preso. Cuando le marcan con ayudas le cuesta conducir el bal¨®n pegado al pie. Sufre para irse de su defensor si no es con un regate largo. Sin espacios parece desgarbado y con espacios por delante sus movimientos se agilizan con garbo majestuoso. Algo parecido se?alaron los t¨¦cnicos del Madrid que elaboraron los informes sobre el gal¨¦s cuando jugaba en el Tottenham. Tambi¨¦n apuntaron que pose¨ªa la extra?a cualidad de finalizar las jugadas ahorrando gestos ya que el suyo era el don de la productividad en el tiempo m¨¢s breve posible. Eso valor¨® Sanchis: que en las inmediaciones del ¨¢rea su zurda se carga autom¨¢ticamente, como si su cuerpo siempre estuviese perfilado y listo en relaci¨®n al bal¨®n.
Ancelotti cree que el equipo se parte con el gal¨¦s, Benzema y Cristiano juntos
El gol de Bale al Juventus permiti¨® al Madrid ganar el punto que lo clasifica virtualmente para octavos de la Champions y reforz¨® la posici¨®n del jugador dentro del club cuando m¨¢s lo necesita. La presi¨®n que soporta tras haberse convertido en el fichaje m¨¢s caro de la historia, en palabras de su agente, Jonathan Barnett, se multiplic¨® debido a los problemas f¨ªsicos que le mantuvieron casi inactivo tres semanas. Solo el respaldo del presidente, Florentino P¨¦rez, su gran valedor, le permiti¨® ganarse la titularidad sin pr¨¢cticamente haber competido por el puesto. El t¨¦cnico, Carlo Ancelotti, prefer¨ªa a Di Mar¨ªa porque el argentino maneja conceptos de centrocampista, combina mejor con los volantes, y, sobre todo, sabe ayudar en defensa.
Ancelotti sigue sin convencerse de la viabilidad de un equipo que juega con Bale, Benzema y Cristiano en el frente de ataque porque cree que solo entienden el f¨²tbol en sentido vertical. El entrenador siente que necesita compensar esta carencia acorazando el centro del campo con volantes con oficio y resistencia f¨ªsica, y es consciente de que este tipo de futbolistas no siempre son los m¨¢s l¨²cidos para administrar la pelota. No es casual que en partidos de gran trascendencia valore alinear a Khedira, Ramos o Pepe, para ayudar a Alonso. Dice Ancelotti en la caseta que el equipo se parte porque juegan Bale, Benzema y Cristiano, que son muy directos, y no queda m¨¢s remedio que reforzar el medio campo con gente fuerte antes que sutil, cosa que, parad¨®jicamente, acaba condicionando al equipo a partirse m¨¢s todav¨ªa y a elaborar menos. Ese 4-3-3 explica la marginaci¨®n de Illarramendi, Isco o Carvajal ante rivales grandes.
¡°Bale arma el disparo en una baldosa¡±, dice Sanchis tras el encuentro ante la Juve
Bale, de 24 a?os, necesita maximizar sus apariciones para compensar lo que, para Ancelotti, es un riesgo alarmante de desequilibrio. Contra el Sevilla, contra el Rayo y frente al Juventus lo ha logrado. Sus ¨²ltimos d¨ªas fueron un resumen fabuloso de intervenciones tan espor¨¢dicas como resolutivas: dos goles y dos asistencias ante el Sevilla, dos asistencias contra el Rayo, y un gol frente a la Juve que fue la s¨ªntesis de la obra colectiva de la delantera del Madrid. Primero un desmarque de Cristiano que se va de C¨¢ceres para recibir el pase largo de Marcelo; despu¨¦s Barzagli que intenta cerrar al portugu¨¦s pero que no impide su centro; luego Benzema arrastrando a Bonucci y abriendo un hueco para la irrupci¨®n del extremo desde el otro lado. Finalmente Bale, mano a mano con Asamoah, controlando el bal¨®n, haciendo un par de recortes y soltando el zurdazo a la base del primer palo.
Siempre con espacios y frente a defensas descolocadas por el contrapi¨¦. Aprovechando el enorme talento de sus compa?eros para fabricar espacios y ocasiones. Ah¨ª, Bale arrasa. En la intimidad del vestuario Ancelotti se pregunta qu¨¦ pasar¨¢ cuando se topen con defensas cerradas. ?Encontrar¨¢ Bale el camino? El futuro aclarar¨¢ el enigma.
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