Del cole a jugar contra La Roja
Igor Engonga, de 18 a?os y que acaba de debutar en Tercera, se enter¨® por la ma?ana de que era convocado por Guinea y que iba a volar a Malabo con sus ¨ªdolos de Espa?a
En el avi¨®n que este jueves trasladaba a la selecci¨®n espa?ola a Malabo para disputar el s¨¢bado un partido amistoso contra Guinea Ecuatorial hab¨ªa un esp¨ªa. Quiz¨¢s los campeones del mundo no repararon en un muchacho de 18 a?os y 10 meses, seguramente escondido entres los asientos finales, de tez morena y aires estudiantiles, que volaba en su misma direcci¨®n y con el mismo objetivo aunque con intenciones distintas. ?l, santanderino, iba a jugar con la selecci¨®n ecuatoguineana, avisado por la ma?ana de la convocatoria urgente de su seleccionador, Andoni Goikoetxea. Igor se apellida Engonga, lo que significa f¨²tbol, Cantabria, Guinea y mediocentro, todo a la vez, y es hijo de ?scar Engonga, aquel futbolista criado en La Masia que promet¨ªa m¨¢s de lo que luego cumpli¨® y que ahora reside en Malabo, donde se qued¨® tras haber sido seleccionador de aquel pa¨ªs.
Vicente, su t¨ªo, el famoso, que fue internacional espa?ol, se enter¨® por este peri¨®dico de que su sobrino se iba para Guinea para enfrentarse a Espa?a. ¡°De la misma le llam¨¦ al m¨®vil y le pregunt¨¦ si era verdad que hab¨ªa sido convocado para jugar este partido. ¡®Mira, acabo de salir del cole y me lo han comunicado por la ma?ana. Tengo que coger esta noche el vuelo para Malabo¡¯, me dijo con la naturalidad de un muchacho que por fuera es t¨ªmido pero que tiene un car¨¢cter definido, especialmente en el campo, donde le da igual enfrentarse a uno de 17 que a uno de 50. Vamos, que en el campo tiene mala leche...¡±, afirma Vicente.
¡°?Vaya d¨ªa llevo!¡±, comentaba Igor a EL PA?S mientras viajaba en coche a Madrid, donde le esperaba un billete con destino a Malabo; ¡°solo s¨¦ que all¨ª tengo un billete y que no he parado de recibir llamadas, antes, durante y despu¨¦s de salir del cole. Pero en fin, as¨ª de maravilloso es el f¨²tbol¡±, dec¨ªa sin lamentar el sobresalto que supone la posibilidad de jugar contra el campe¨®n mundial.
¡°?Vaya d¨ªa llevo! As¨ª de maravilloso es el f¨²tbol¡±, contaba emocionado el chico
Igor es la tercera generaci¨®n de los Engonga, que, con distintos lugares de nacimiento, hicieron de Torrelavega su domicilio particular. ¡°No s¨¦ lo que va a hacer en el viaje... lo mismo se l¨ªa a pedir aut¨®grafos, porque para ¨¦l son sus ¨ªdolos, y m¨¢s a¨²n siendo un ac¨¦rrimo seguidor del Bar?a. Jugar aunque solo fuera cinco minutos ser¨ªa para ¨¦l un sue?o jam¨¢s so?ado, pero adem¨¢s viajar en su mismo avi¨®n, compartir esas horas de vuelo con los campeones del mundo, supongo que le ha hecho volar mucho antes de que despegue el avi¨®n¡±, afirma su t¨ªo Vicente.
Igor juega en la Gimn¨¢stica de Torrelavega, en Tercera Divisi¨®n, con muy pocos partidos a¨²n a sus espaldas desde que debutara el pasado junio en El Malec¨®n sustituyendo a Dani Cobo. Su primo Joshua, hijo de Julio Engonga, otro exfutbolista, tambi¨¦n juega en la Gimn¨¢stica siguiendo las huellas marcadas por sus antepasados. ¡°Curiosamente¡±, recuerda Vicente, ¡°todos, menos Julio, hemos salido mediocentros, y eso que mi padre jugaba de delantero en aquellos tiempos [los a?os cincuenta y sesenta], cuando para jugar de delantero hab¨ªa que ser muy r¨¢pido y muy valiente. Los defensas, entonces, se hinchaban...¡±. Salvo Julio, que tambi¨¦n fue delantero, el resto hasta Igor y Joshua han sido mediocampistas. ¡°Se conoce que la mezcla de sangres nos fue haciendo m¨¢s lentos¡±, bromea el que fuera futbolista del Valladolid, Celta, Mallorca y Valencia, entre otros.
Poniendo la aguja del comp¨¢s en Torrelavega, y en el membrete del papel de dibujo el apellido Engonga, se puede dar la vuelta a Espa?a sin salirse del c¨ªrculo que dibuja el carboncillo. Vicente, padre, jug¨® en el Rayo Cantabria, Matar¨®, Condal y Sant Andreu, adem¨¢s, obviamente de en la Gimn¨¢stica. Vicente hijo, el m¨¢s famoso, en O Val, Sporting Mahon¨¦s, Valladolid, Celta, Valencia, Mallorca, Oviedo y Coventry, adem¨¢s, por supuesto, de en la Gimn¨¢stica. Su hermano ?scar, el segundo m¨¢s famoso de la saga, en el Bar?a (categor¨ªas inferiores), Sporting Mahon¨¦s, Valladolid, Tudelano, Toledo, Racing, Figueres, Mensajero y Racing de Ferrol, adem¨¢s, naturalmente, de en la Gimn¨¢stica. Los mellizos, Rafael (recientemente fallecido, de profesi¨®n alba?il y futbolista por vocaci¨®n) y Julio, defendieron los colores del Reoc¨ªn y Tropez¨®n ¡ªc¨¢ntabros¡ª, el primero (am¨¦n de en la Gimn¨¢stica); y Levante, Las Palmas, Avil¨¦s, Talavera, Laredo, Escobedo y Velarde el segundo, que se inici¨® en la Gimn¨¢stica. La noria no se ha detenido y se mueve como los balones a poco que les d¨¦ el viento (y en el Malec¨®n, el campo de la Gimn¨¢stica, sopla a menudo).
De Tercera al ¨¦xtasis no hay m¨¢s que un vuelo, el que hizo madrugada del jueves el joven Igor, rememorando el que no pudieron hacer sus t¨ªos cuando tras ser convocados los cuatro por la selecci¨®n de Guinea perdieron el dinero para el viaje en Madrid y no pudieron volar a Malabo. Pero lo que la selecci¨®n de Guinea no uni¨® lo hab¨ªa unido la Gimn¨¢stica en septiembre de 1985, cuando el entrenador Venancio D¨ªez Prieto decidi¨® alinear a los cuatro juntos en un partido en El Malec¨®n frente al Arenas de Getxo en la Copa de Aficionados. ¡°En Getxo nos hab¨ªan ganado 2-0 y en El Malec¨®n ganamos 1-0, por lo que ca¨ªmos eliminados. Y creo que el portero del Arenas era el hijo de Iribar. No estoy muy seguro¡±, recuerda Vicente.
Es tercera generaci¨®n de los Engonga y sobrino de Vicente, internacional espa?ol
Ninguno de los cuatro jug¨® jam¨¢s con Guinea. ¡°Yo ten¨ªa muy claro¡±, afirma Vicente, ¡°que no quer¨ªa jugar con Guinea Ecuatorial porque si lo hac¨ªa no pod¨ªa jugar en la Segunda B espa?ola, donde no se permit¨ªan extranjeros. Entonces ni so?aba con jugar en la selecci¨®n espa?ola. So?aba con jugar al f¨²tbol en Espa?a¡±. As¨ª que se evapor¨® Guinea, el pa¨ªs del que hab¨ªa salido Vicente padre y al que regresa ahora su nieto, Igor, encontr¨¢ndose con la dictadura de Obiang. Su hijo Vicente, gracias a aquel incidente en Madrid, pudo luego ser internacional espa?ol y jugar incluso una Eurocopa (2000) con la Roja a la que ahora se enfrenta su sobrino. Las circunstancias a veces traen un pan debajo del brazo. Ni ?scar, ni Rafael ni Julio se vistieron la roja de Guinea ni la roja de Espa?a.
¡°Por supuesto que quiero que gane Espa?a¡±, asegura Vicente Engonga, ¡°pero tambi¨¦n s¨¦ que a Igor esta experiencia no se le va a borrar en la vida. Al llegar a Malabo le espera su padre, ?scar¡±. La saga promete continuar...
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