Cristiano es mundial

No perdona Cristiano Ronaldo cuando tiene tapete para recorrer. A la carrera emerge con naturalidad como el mejor delantero del mundo. Potente, veloz y certero anoche hizo enmudecer hasta por tres veces el moderno estadio de Solna, at¨®nito ante su exhibici¨®n brutal que le dio el billete a Portugal para el Mundial de Brasil.

Tres carreras suyas al espacio libre, las temidas contras que tantas precauciones le hicieron tomar al seleccionador sueco, Erik Hamren, durante el primer tiempo certificaron la clasificaci¨®n de Portugal. Fueron tres pases al hueco que el delantero madridista control¨® a 30 metros del ¨¢rea. Desde all¨ª imprimi¨® esas aceleraciones de velocista tan suyas y culmin¨® con dos zurdazos contundentes y un derechazo tras sentar a Isakson. Tres goles que acabaron con las esperanzas de Suecia, demasiado timorata y calculadora durante la mayor parte del partido. Cuando se quiso destapar se encontr¨® con lo que tem¨ªa, un futbolista demoledor, seguro y letal ante la porter¨ªa. El hat-trick le iguala a Pauleta como m¨¢ximo goleador de la historia de Portugal con 47 y goles y de paso terminar de conquistar a un pa¨ªs que le exig¨ªa la misma productividad que en el Real Madrid.

Cada gol de Cristiano fue m¨¢s da?ino por el contexto en el que se encontraba el partido en cada uno de ellos. Sus apariciones frente a Isakson fueron estacazos que derrumbaron uno tras otro a los suecos. El primero porque obligaba a Suecia a marcar tres goles, el segundo porque apag¨® el volc¨¢n local que se hab¨ªa generado con los dos tantos de Ibrahimovic y el tercero porque ya hizo doblar la rodilla de manera definitiva a una selecci¨®n que crey¨® poco en s¨ª misma.

Pese a su condici¨®n de local, Hamren quiso que sus futbolistas jugaran m¨¢s con el reloj que los portugueses. El plan sueco parec¨ªa ser aguantar el empate a cero y apretar en el segundo tiempo. Lo que sucedi¨® es que la primera vez que se destap¨® una pradera para Cristiano, este no perdon¨®. Fue un gol natural por previsible, porque el partido siempre estuvo donde quiso Paulo Bento, con Suecia temerosa de inicio y descabalgada cuando quiso abordar con m¨¢s ambici¨®n una misi¨®n en la que crey¨® poco desde el juego. Ah¨ª creci¨® el partido ideal para CR. En realidad, sus tres tantos respondieron a ese gui¨®n que se pod¨ªa intuir.

La ausencia de Cristiano, monarca indiscutible del f¨²tbol mundial junto a Messi, hubiera sido una mala noticia para la competici¨®n. Tambi¨¦n para la organizaci¨®n por los lazos hist¨®ricos que unen a Portugal con Brasil. El delantero madridista ha gobernado la eliminatoria por empe?o y eficacia. Si en Lisboa trat¨® de ganar el partido emergiendo por todo el frente de ataque e incluso acab¨® como delantero centro, la posici¨®n que en su club se niega a ocupar, anoche supo aguardar para correr los contragolpes.

Temerosa de esas contras que la terminaron por condenar, Suecia calcul¨® hasta el aburrimiento en el primer tiempo. Fue as¨¦ptica, fr¨ªa, sin transmitir en ning¨²n momento de ese periodo que lo que hab¨ªa por medio era el billete para un Mundial. Nada fue m¨¢s representativo de ese planteamiento fr¨ªo que la imagen de Pepe, parado durante m¨¢s de diez segundos con la pelota bajo su suela esperando que alg¨²n sueco decidiera ir a presionarle.

Hamren apost¨® finalmente por el mismo once de Lisboa y orden¨® jugar con el freno echado, con Ibrahimovic alejado del ¨¢rea, m¨¢s pendiente de organizar que de pisar ¨¢rea. No inquiet¨® apenas a Portugal en ese primer periodo miedoso y r¨¢cano, sin nervio alguno.

Con el gol de ventaja que tra¨ªa, Paulo Bento prefiri¨® prescindir de Helder Postiga como referencia de ataque y apostar por Hugo Almeida. No quer¨ªa una elaboraci¨®n ret¨®rica, pero s¨ª juego directo para estirar al equipo con el corpulento delantero del Besiktas. Suficiente para dominar el primer tiempo con balones largos y alg¨²n amago de contra.

Nada hizo Suecia en esos 45 minutos y cuando Hamren quiso hacerlo, metiendo a Svensson por el gris Elm, se top¨® con lo que se tem¨ªa. No perdon¨® Cristiano ese destape. Lo castig¨® con contundencia, sobre todo con el gol que igual¨® los dos tantos de Ibrahimovic, un cabezazo y una falta directa, las dos apariciones m¨¢s decisivas del sueco en 180 minutos. Todo lo contrario que Cristiano, tenaz en Lisboa y demoledor en Solna. Un superdotado, un futbolista mundial.