Sud¨¢frica desaprovech¨® el tir¨®n
Tres a?os despu¨¦s del Mundial, el f¨²tbol no ha arraigado en un pa¨ªs asolado por la pobreza, la corrupci¨®n y el desempleo
Un ya demacrado Nelson Mandela saludaba a los 85.000 espectadores que llenaban el Soccer City de Soweto la fr¨ªa noche del 11 de julio de 2010 en que el gol de Andr¨¦s Iniesta daba a Espa?a su primer mundial. Aquella fue la ¨²ltima imagen del viejo expresidente en un acto p¨²blico. Desde entonces, Mandela se asocia a partes m¨¦dicos que advierten de su debilitada salud. El pasado 8 de junio fue ingresado grave en un hospital por una infecci¨®n pulmonar, de la que est¨¢ siendo tratado en su casa. El ¨²ltimo comunicado de hoy lunes se?ala que sigue ¡°cr¨ªtico pero estable¡±.
Mandela hace una d¨¦cada que se retir¨® de la escena pol¨ªtica pero, a seis meses de las elecciones previstas en abril de 2014, su figura y su legado sigue presente y enfrenta a todo el arco parlamentario. Desde el gubernamental Congreso Nacional Africano hasta el partido tradicionalmente de blancos Alianza Democr¨¢tica, todos se proclaman heredero de su esp¨ªritu de reconciliaci¨®n y acusan al adversario de pervertir la idea de una Sud¨¢frica igualitaria. Los sudafricanos asisten a una larga precampa?a electoral centrada en la corrupci¨®n, la pobreza o las diferencias raciales que a¨²n persisten.
Sud¨¢frica se ha ganado un asiento en el club de las econom¨ªas emergentes, pero no ha sido capaz de redistribuir riqueza
Si aquella noche de julio, Sud¨¢frica brillaba en el mundo por su ¨¦xito organizativo, hoy ocupa titulares por episodios de brutalidad policial, ya sea en la mina de Marikana o contra un taxista mozambique?o. ?C¨®mo los hijos pol¨ªticos de Mandela mandan en una polic¨ªa que masacra a mineros en huelga por mejorar unas paup¨¦rrimas condiciones de vida y laborales?, se preguntan los analistas.
La recesi¨®n econ¨®mica que golpea a Occidente no se vive con el mismo dramatismo por estas tierras del sur, quiz¨¢ porque la mayor¨ªa pobre no ha podido perder lo que nunca gan¨®. En los ¨²ltimos a?os Sud¨¢frica se ha ganado un asiento en el club de las econom¨ªas emergentes, BRICS, pero en cambio ha sido incapaz de redistribuir riqueza y beneficios entre esa mayor¨ªa de la poblaci¨®n. Se da por hecho que en breve dejar¨¢ de ser la econom¨ªa m¨¢s grande del continente. El antiguo sector minero pierde fuelle, a pesar de que el turismo crece cada a?o; el desempleo oficial est¨¢ estancado en el 25% y la inflaci¨®n se sit¨²a en el 6%, cuando en 2010 cerr¨® con un 4%.
No hay d¨ªa en que la prensa local no saque a relucir un caso de corrupci¨®n pol¨ªtica. El mismo presidente, Jacob Zuma, que en 2010 reci¨¦n se estrenaba con promesas de equidad y mejoras en el empleo, est¨¢ en el ojo del hurac¨¢n, acusado de construirse un complejo residencial multimillonario en su aldea natal a costa del erario p¨²blico.
En su presidencia, Zuma ha hecho caso omiso de las lecciones de Mandela y se ha despachado con discursos llenos de nosotros los negros y ellos los blancos. Nosotros los africanos, ellos los europeos. As¨ª, en los meses hasta las elecciones, se reflejar¨¢ una de las cuestiones sin resolver de este pa¨ªs del arco¨ªris ¨Cen definici¨®n de Mandela¨C con multitud de mensajes que evidencian que hay convivencia pero no integraci¨®n racial porque el 85% de los blancos contin¨²an siendo ricos, en la misma medida que los negros ¨Cmayor¨ªa de casi el 90%- son los pobres.
Ni en deportes hay comuni¨®n racial. En 1995, jugando en casa la Sud¨¢frica reci¨¦n liberada del apartheid se llev¨® la Copa del Mundo de rugby, en un intento de Mandela de unir a negros y blancos alrededor del bal¨®n ovalado. No hubo manera, como tampoco despu¨¦s del Mundial de F¨²tbol de 2010 los estadios se han llenado de blancos y el f¨²tbol contin¨²a siendo territorio negro.
Despu¨¦s del Mundial los estadios no se han llenado de blancos y el f¨²tbol contin¨²a siendo territorio negro
En el apartado deportivo, Sud¨¢frica no aprovech¨® el tir¨®n. Lo sostiene, por ejemplo, Sy Lerman, un veterano periodista local, que no duda en se?alar que ¡°propietarios de clubes o la federaci¨®n nacional se han preocupado m¨¢s de engrandar sus propios beneficios que en los generales del f¨²tbol¡±. El resultado, concluye, es que Bafana Bafana, el nombre con el que se conoce a la selecci¨®n sudafricana, encadena desastre tras desastre. A principios de 2013 Sud¨¢frica volv¨ªa a tener la oportunidad de redimirse con la Copa de Naciones de ?frica pero el equipo cay¨® ante Mali en cuartos. Lo m¨¢s grave a¨²n estaba por llegar. Sud¨¢frica no estar¨¢ en el Mundial de Brasil y eso ¡°es muy grave¡±, sentencia Lerman.
Tampoco en el f¨²tbol de base le ha ido mucho mejor. Orlando Pirates y Kaizer Chiefs, los dos grandes equipos de la liga, han cerrado en estos tres a?os sus academias porque se descubrieron que ment¨ªan en la edad de sus alumnos. S¨®lo el Mameladi Sundowns de Pretoria mantiene una escuela. El barcelon¨¦s Enric Dur¨¢n es su director t¨¦cnico y coincide en que ¡°el poco inter¨¦s¡± que muestran los directivos de clubes en dejarse asesorar o en forjar una ¡°manera de hacer a la sudafricana¡± ha provocado que el nivel haya bajado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.