Recuerdos de una tarde hist¨®rica
Las entradas, el programa, el cartel promocional, los sellos conmemorativos...
Antes de que Puskas se pusiera a hacer malabarismos en el centro del campo, cuando a¨²n ni siquiera hab¨ªa comenzado el encuentro, que acabar¨ªa con aquel hist¨®rico 3-6 en el m¨ªtico estadio de Wembley, ya pasaron muchas cosas. Para promocionar el choque entre Inglaterra, el pa¨ªs que hab¨ªa inventado el f¨²tbol, y Hungr¨ªa, una selecci¨®n desconocida, se confeccionaron carteles, banderines... objetos cotidianos que acabaron convertidos en codiciadas presas para coleccionistas, porque sirven para recordar una tarde hist¨®rica en la que el f¨²tbol cambi¨® para siempre.
La entrada de aquel d¨ªa en Wembley, 25 de noviembre de 1953, a las 14.15 locales, 15.15 de Espa?a, no era cualquier cosa. Firmada por el director y gestor del estadio, como garant¨ªa de que se cumplir¨ªa el compromiso del asiento esperando al due?o, ya avisaba de si la localidad ser¨ªa o no a cielo descubierto. No solo eso. Con un meticuloso plano en el reverso, le explicaba al due?o c¨®mo llegar hasta su sitio, para que no se perdiera nada del duelo. De hecho, le aconsejaba al espectador no llegar m¨¢s tarde de las 13.45 locales, 14.45 de Espa?a, seg¨²n reflejan los documentos que han sobrevivido al paso de 60 a?os. Estos fueron los onces que se presentaron ante los 110.000 espectadores que abarrotaron aquel d¨ªa el estadio.
Por Inglaterra jugaron algunos hombres con nombres de resonancias m¨ªticas. Merrick; Ramsey (marc¨® en el m. 57); Eckersley; Wright; Johnston;? Dickinson; Matthews; Taylor; Mortensen (marc¨® en el m. 38) ; Sewell (marc¨® en el m. 13) y Robb. T¨¦cnico: Walter Winterbottom.
Por Hungr¨ªa jugaron algunos futbolistas que escribir¨ªan luego brillantes p¨¢ginas de su deporte: Grosics (Gell¨¦r le sustituy¨® en el m. 78); Buzanszky, Lorant, Lantos, Boszik (marc¨® en el minuto 50), Zakarias, Budai, Kocsis, Hidegkuti (marc¨® en el m.1, el m. 20 y el m. 53), Puskas (marc¨® en el m. 24 y 27) y Czibor. Entrenador: Guszt¨¢v Sebes
Del 3-6 con el que acab¨® el partido nacieron decenas de recuerdos que quisieron conmemorar aquel monumento al f¨²tbol moderno. As¨ª, en Hungr¨ªa se hicieron sellos y medallas con los rostros de los vencedores y de los derrotados. El r¨¦gimen comunista, siempre bien visible la hoz y el martillo, no perdi¨® la oportunidad de utilizar el resultado como un elemento m¨¢s de propaganda con la que apuntalar su discurso interno y reforzar el que constru¨ªa para espectadores externos.
No solo eso. En honor del f¨²tbol se fundi¨® bronce y hierro para hacer estatuas con las que recordar a los h¨¦roes que fueron capaces de derrotar como un rel¨¢mpago a Inglaterra en el m¨ªtico Wembley.
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